La UE libra un pulso existencial contra el nacionalismo espoleado por el virus
Bruselas intenta apuntalar el multilateralismo pero las disputas internas minan la Uni¨®n
El coronavirus amenaza con acelerar el desmoronamiento del orden internacional nacido en el siglo XX y del que Bruselas se ha convertido en el ¨²ltimo basti¨®n. La Uni¨®n Europea intenta apuntalar el multilateralismo con iniciativas como las aprobadas este martes (primera ayuda humanitaria a Ir¨¢n y operaci¨®n naval para frenar la guerra de Libia). Pero el cierre generalizado de fronteras y el repliegue nacional, incluso dentro de la UE, ha reforzado las tendencias unilaterales alimentadas desde la Casa Blanca por Donald Trump y secundadas con entusiasmo, por diferentes motivos, desde Londres a Mosc¨².
La UE hab¨ªa resistido hasta ahora con grandes dificultades los embates de una Administraci¨®n Trump que desde su llegada al poder en 2017 ha logrado poner en duda el futuro de la OTAN, ha condenado a la par¨¢lisis a la Organizaci¨®n Mundial de Comercio, se ha desmarcado de la lucha mundial contra el cambio clim¨¢tico y ha puesto al borde del colapso el acuerdo internacional para evitar la nuclearizaci¨®n de Ir¨¢n.
Bruselas opt¨® por evitar el choque frontal con Trump y preservar los rescoldos del orden multilateral a la espera de tiempos mejores o de un nuevo inquilino en la Casa Blanca. El plan pasaba, al mismo tiempo, por reforzar las propias estructuras de la UE, aumentar la presencia global del euro (estancada desde su nacimiento hace 20 a?os) y dotar al club comunitario de unas capacidades de defensa que redujesen la dependencia pol¨ªtica, econ¨®mica y militar de Washington.
Pero la sacudida de la pandemia de la Covid-19 ha sorprendido a la UE sin haber logrado ning¨²n avance significativo en su trayectoria hacia una autonom¨ªa geoestrat¨¦gica. La crisis sanitaria sin precedentes y su temido impacto econ¨®mico ha provocado, adem¨¢s, una reacci¨®n nacionalista en la mayor¨ªa de los Estados que pone en duda la capacidad del club comunitario para responder de manera conjunta y multilateral no solo al drama humano y social que recorre el Viejo Continente sino tambi¨¦n a los problemas que ya acarreaba el club comunitario.
¡°Estamos en un momento cr¨ªtico de la construcci¨®n europea¡±, se?al¨® este martes el ministro franc¨¦s de Finanzas, Bruno Le Maire. ¡°O Europa se reencuentra con su sentido pol¨ªtico y sale reforzada, u olvida su vocaci¨®n y desaparece¡±, a?adi¨®.
Shada Islam, directora para Europa del centro de estudios Friends of Europe, cree que el reordenamiento global desencadenado por la pandemia ofrece, de hecho, una oportunidad para la Uni¨®n Europea. ¡°Pa¨ªses como China, Rusia o Turqu¨ªa no disponen de la tracci¨®n necesaria para liderar un nuevo orden y con EE UU de retirada, se abre un vac¨ªo¡±, apunta Islam.
La Comisi¨®n Europea se muestra convencida de que esta crisis, como otras anteriores, ofrece una ocasi¨®n para profundizar la integraci¨®n europea y reforzar su peso en el mundo. ¡°No debemos olvidar que ninguno de los problemas que ten¨ªamos antes del virus ha desaparecido¡±, ha advertido este martes Josep Borrell, alto representante de Pol¨ªtica Exterior de la UE. ¡°Algunos de esos problemas crecen y empeoran y debemos seguir prest¨¢ndoles atenci¨®n¡±, ha a?adido Borrell al anunciar la puesta en marcha de la operaci¨®n naval Irini, que pretende frenar las injerencias de Rusia o Turqu¨ªa en la guerra de Libia.
Como se?al de esa intenci¨®n de mantenerse en la escena global, Europa tambi¨¦n ha estrenado este martes el sistema Instex que, por primera vez, permite esquivar el bloqueo de EE UU y enviar ayuda humanitaria a Ir¨¢n, pa¨ªs muy golpeado por la epidemia.
La Uni¨®n tambi¨¦n ha retomado sus planes de expansi¨®n territorial con la luz verde a la apertura de negociaciones para la adhesi¨®n con Albania y Macedonia del Norte (este ¨²ltimo pa¨ªs se ha incorporado esta semana a la OTAN).
Pero las se?ales aparentemente positivas se ven empa?adas por la sensaci¨®n de par¨¢lisis e impotencia que la Uni¨®n ofrece ante una crisis sanitaria sin precedentes. La bronca de la ¨²ltima cumbre europea sobre la posible respuesta econ¨®mica a la crisis en ciernes se une a la sensaci¨®n de desamparo que los pa¨ªses m¨¢s afectados por la epidemia, como Italia o Espa?a, sienten ante la aparente insolidaridad de sus socios comunitarios.
El drama humano golpea a la Uni¨®n, adem¨¢s, en un momento delicado, con la primera ruptura del club reci¨¦n consumada (con la salida del Reino Unido el pasado 31 de enero) y con los presupuestos actuales (2014-2020) a punto de expirar. La cumbre europea del pasado mes de febrero, la ¨²ltima vez que los l¨ªderes europeos pudieron reunirse f¨ªsicamente, se sald¨® con un rotundo fracaso en el intento de pactar las nuevas cuentas (2021-2027), lo que deja el club ante el riesgo de afrontar la crisis del coronavirus sin unos presupuestos o a verse abocados a aprobar unos presupuestos de emergencia al menos para el a?o que viene.
¡°La UE tiene la tendencia de reconcentrarse en sus propios peque?os problemas cada vez que surge un desaf¨ªo global¡±, lamenta Islam. ¡°En estos momentos, la respuesta de la UE deber¨ªa ser una inspiraci¨®n para otros lugares del planeta, pero est¨¢ lejos de serlo por culpa de sus disputas internas¡±, a?ade la directora para Europa de Friends of Europe.
Guerra de propaganda
Bruselas cree que la mala imagen de la respuesta europea a la pandemia de la Covid-19 es fruto, en parte, de la guerra de propaganda que libran las diferentes potencias mundiales. ¡°Hay una batalla global por el relato¡±, avisaba hace unos d¨ªas el Alto Representante de Pol¨ªtica Exterior de la UE, Josep Borrell. El departamento de Borrell, dentro de los an¨¢lisis sobre campa?as de desinformaci¨®n, ya ha detectado un centenar de oleadas de mensajes que intenta desacreditar a las administraciones europeas y alentar la desconfianza entre la opini¨®n p¨²blica europea. Esas campa?as aparecen ligadas a intereses relacionados con Mosc¨². Pero no solo. China tambi¨¦n impulsa su propio relato, basado, seg¨²n un documento interno de la Comisi¨®n, ¡°en el admirable trabajo [de Pek¨ªn] en contener el coronavirus¡± y en ¡°la gratitud que Occidente deber¨ªa mostrar hacia China por su r¨¢pida reacci¨®n¡±. El mensaje subliminal de esa campa?a, seg¨²n Bruselas, es que la fortaleza de un Estado centralizado como el chino ¡°puede ser un activo¡± en casos como el de la epidemia.
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