M¨¦xico vive su mes m¨¢s violento pese a la pandemia
El pa¨ªs registra 2.585 asesinatos en marzo en plena contingencia por el Covid-19
Ni la escalada de contagios, ni las alertas globales de pandemia ni la recomendaci¨®n del Gobierno de quedarse en casa. Nada impide que la ola homicida que sufre M¨¦xico siga creciendo. Con 2.585 v¨ªctimas de asesinato, marzo se ha convertido en el mes m¨¢s sangriento desde que hay registros en el pa¨ªs. La mala noticia ahora es que la contingencia sanitaria podr¨ªa obligar al Gobierno a desviar recursos para atender la crisis.
¡°Es m¨¢s f¨¢cil que la gente se quede en casa para evitar una balacera o un bloqueo que para evitar un contagio. La gente le tiene m¨¢s miedo a las balas que al virus¡±, dice desde Guanajuato la periodista Gabriela Montejano, que vive en Celaya. Este martes mismo, Celaya y otros municipios de alrededor vivieron una nueva jornada de persecuciones, ataques y balaceras entre grupos criminales. Hubo siete muertos, 14 en total en todo el Estado. Guanajuato es una de las entidades que m¨¢s asesinatos registra en M¨¦xico.
Son decenas de casos todos los d¨ªas en la mayor¨ªa de Estados del pa¨ªs. Solo el s¨¢bado 28 de marzo fueron 102, el d¨ªa en que el Gobierno elev¨® el tono sobre la gravedad de la situaci¨®n e insisti¨® enf¨¢ticamente a la poblaci¨®n en que permanezca en casa. Al d¨ªa siguiente, que adem¨¢s era domingo, el pa¨ªs registro 98 asesinatos. Este martes, 31 de marzo, cuando M¨¦xico contaba un nuevo fallecimiento por Covid-19 para alcanzar un total de 29, al menos 80 personas murieron asesinadas, seg¨²n la cuenta oficial.
Determinar las causas de la violencia depende de la cercan¨ªa del mir¨®n. A nivel micro, hay grupos de criminales peleando por cualquier cosa en un buen pu?ado de ciudades, grandes y peque?as, y otras tantas zonas rurales: mercados locales de droga, rutas internacionales de narc¨®ticos, campos de cultivo de amapola y marihuana o laboratorios clandestinos para fabricar otras sustancias, trozos de tuber¨ªa para robar combustible, extorsiones, secuestros, robos... A nivel macro, la sempiterna pobreza de millones de ciudadanos y la frustraci¨®n de no poder salir adelante o de no hacerlo a la velocidad deseada, acaban de dibujar el mapa.
Puede tomarse de ejemplo casi cualquier Estado, pero Guanajuato parece ahora mismo el candidato perfecto. Primero, por lo irreal de sus cifras de homicidios y segundo -segunda irrealidad- porque en plena emergencia pand¨¦mica, el Estado ha batido su propio marca. En marzo, Guanajuato cont¨® 315 asesinatos, m¨¢s que nunca antes, m¨¢s que en febrero y enero, que ya hab¨ªan sido meses duros.
Extra?a la ola de violencia que vive Guanajuato porque hasta hace un par de a?os era un Estado tranquilo. Sede de importantes empresas de la industria automotriz, potente actor en el plano agr¨ªcola, la regi¨®n viv¨ªa ajena a la violencia de estados como Guerrero o Michoac¨¢n, siempre inmersos en din¨¢micas violentas, emanadas de contextos pobres y geograf¨ªas tan endiabladas como apetecibles para las mafias de la droga.
Pero la tranquilidad mud¨® en guerra. O dicho de otra manera, la guerra de los estados aleda?os prendi¨® all¨ª. Las guerras de Jalisco, Michoac¨¢n, San Luis Potos¨ª¡ Dicen los estudiosos que Guanajuato sufre por la batalla entre dos grupos delictivos, por un lado, el cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n, CJNG y por otro, el cartel de Santa Rosa de Lima. Ninguno de los dos son, en realidad, c¨¢rteles: no pactan con nadie el precio de nada.
Herederos medi¨¢ticos del cartel de Sinaloa -que tampoco es en estricto sentido un cartel-, los de Jalisco han extendido sus tent¨¢culos por buena parte de los Estados del pa¨ªs. Para el Gobierno de Estados Unidos, el CJNG es el actor principal del tr¨¢fico de drogas desde M¨¦xico hac¨ªa aquel pa¨ªs. Hace apenas unas semanas, el 11 de marzo, el Departamento de Justicia elev¨® a 10 millones de d¨®lares el monto de la recompensa que ofrece por informaci¨®n sobre su l¨ªder, Nemesio Oseguera, alias El Mencho, a la vez que anunciaba cientos de arrestos de supuestos integrantes de la organizaci¨®n en el pa¨ªs.
Los de Santa Rosa de Lima toman el nombre de una localidad de la zona. De all¨ª es supuestamente su l¨ªder, Jos¨¦ Antonio Y¨¦pez, alias El Marro, tan escurridizo como el que m¨¢s. El mismo d¨ªa que Estados Unidos elev¨® el monto de la recompensa de El Mencho, El Marro volvi¨® a escapar. Fuerzas federales y estatales trataron de atraparle en Celaya, pero ¨¦l los evit¨®. ?l y sus hombres bloquearon carreteras hasta en 14 puntos distintos, con coches robados a los que prendieron fuego.
Despu¨¦s de aquello, escuelas y universidades de la zona decidieron suspender las clases, para evitar riesgos. Mientras el resto del pa¨ªs se preparaba para la cuarentena por el coronavirus, recomendada por el Gobierno, Guanajuato se adelantaba por la violencia. La periodista Montejano, vecina de Celaya, cuenta que, ¡°afortunadamente, ayer los bloqueos les tocaron a menos gente, porque como no hay escuela, todo el mundo trata de estar replegado en casa¡±.
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