Bolsonaro hace campa?a contra el aislamiento social en Brasil con ¡®selfis¡¯ y paseos
Los mensajes contradictorios de las autoridades sobre el coronavirus sumen en el desconcierto a los brasile?os mientras aumentan los casos
Ya no queda ni un solo presidente democr¨¢tico en el bando del brasile?o Jair Bolsonaro. Solo ¨¦l y los dictadores de Bielorrusia, Turkmenist¨¢n y Nicaragua siguen empecinados en minimizar o negar la amenaza del coronavirus. El presidente del pa¨ªs latinoamericano m¨¢s afectado por la Covid-19 se pase¨® tanto el Jueves como el S¨¢bado Santo sin mascarilla ni guantes. Adem¨¢s se hizo selfis con admiradores, les dio la mano y proclam¨® desafiante: ¡°Nadie cercena mi derecho a ir y venir¡±. Las cr¨ªticas de otras autoridades brasile?as son cada vez m¨¢s directas pero la ciudadan¨ªa empieza a deso¨ªr las recomendaciones sanitarias.
¡°Parece que este asunto del virus se est¨¢ yendo¡±, afirm¨® Bolsonaro el domingo de Pascua, durante una videoconferencia con l¨ªderes religiosos. Aunque los datos oficiales retratan todo con contrario, un aumento sostenido de fallecidos (1.223 hasta el domingo) y 22.169 contagios. Bolsonaro est¨¢ tambi¨¦n pol¨ªticamente aislado dentro de Brasil, un pa¨ªs en cuarentena desde hace tres semanas por orden de los gobernadores siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Salud y la OMS.
Pero la ciudadan¨ªa est¨¢ desconcertada, sin saber a qui¨¦n hacer caso cuando las escuelas, las tiendas, los centros comerciales y algunas industrias siguen cerrados en la mayor¨ªa del territorio. El ministro de Salud de Bolsonaro, Luiz Henrique Mandetta, admite los efectos de la cacofon¨ªa: ¡°Necesitamos tener un discurso unificado. [Porque] el brasile?o est¨¢ en la duda. No sabe si escuchar al ministro de Salud o al presidente¡±, afirm¨® a uno de los programas estrella de la televisi¨®n este m¨¦dico que ha tenido sonoros enfrentamientos p¨²blicos con el presidente.
El jefe del Estado incumple flagrantemente las campa?as para que la ciudadan¨ªa restrinja al m¨ªnimo las salidas. ¡°Yo, alcalde de Belo Horizonte, le pido, por el amor de Dios, que se quede en casa¡±, dice un mensaje oficial proyectado en un rascacielos. No obstante, Bolsonaro sigue pase¨¢ndose sin cautela ninguna cuando incluso sus admirados Donald Trump, en EE UU, y Boris Johnson, en el Reino Unido, cambiaron sus estrategias iniciales para respaldar el confinamiento. El pico de la enfermedad en Brasil se espera en unas semanas.
Este fin de semana el presidente se comi¨® un bocadillo en una cafeter¨ªa, se hizo fotos con las dependientas, gener¨® aglomeraciones de admiradores y dio la mano a muchos de ellos. Se salt¨® as¨ª las medidas de precauci¨®n m¨¢s b¨¢sicas que las autoridades se esfuerzan por hacer cumplir en este pa¨ªs de 210 millones de habitantes con un sistema de sanidad p¨²blica universal pero que puede verse desbordado f¨¢cilmente ante una avalancha de casos graves, como ha ocurrido en Espa?a e Italia.
Presidente @jairbolsonaro p¨¢ra para comer numa padaria de Bras¨ªlia. pic.twitter.com/uVcRWqyZDj
— Eduardo Bolsonaro?? (@BolsonaroSP) April 9, 2020
Los hospitales de dos estados, Amazonas y Cear¨¢, empiezan a tener problemas graves de saturaci¨®n. Pero a medida que se agrava la emergencia, aflora m¨¢s crudamente el descontento de otros pol¨ªticos con el boicoteo presidencial. ¡°El presidente Bolsonaro es hoy el principal aliado del virus¡±, se lamentaba Arthur Virgilio, el alcalde de Manaos, capital de Amazonas. Seg¨²n ¨¦l, la proporci¨®n de los vecinos que siguen las recomendaciones de aislamiento social ha ca¨ªdo del 70% al 50% ¡°despu¨¦s de que el presidente empezara a salir reiteradamente a la calle en una campa?a contra el aislamiento¡±. En la megal¨®polis de S?o Paulo tampoco alcanza el 70% que recomiendan los m¨¦dicos. El gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema, en cambio, se ha mostrado en sinton¨ªa con Bolsonaro al declarar: ¡°Necesitamos que el virus viaje un poco¡±, para defender su objetivo de inmunizar a la poblaci¨®n.
Bolsonaro lleg¨® al poder con la promesa de una fuerte mejora econ¨®mica y, a las dificultades que se fue encontrando en su primer a?o de mandato, se suma ahora la debacle del coronavirus. El Banco Mundial estima que el PIB de Brasil se va a contraer un 5%. De ah¨ª, las contantes declaraciones en las que se hace eco de la necesidad de que los brasile?os puedan retomar la actividad y salir a la calle a trabajar, incluidos las decenas de millones empleados en el mercado informal y que carecen de ahorros. Para aminorar el hambre que ya sufren mucho entre los m¨¢s pobres, a finales de la semana pasada comenz¨® el pago de una renta b¨¢sica a 60 millones de personas. Durante los pr¨®ximos tres meses recibir¨¢n 600 reales al mes (115 euros, 105 d¨®lares).
La avenida Paulista, la principal de S?o Paulo, fue esta Semana Santa fiel reflejo del pulso pol¨ªtico que se libra en torno a la crisis de la Covid-19. Un peque?o grupo de bolsonaristas se manifest¨®, interrumpiendo incluso el paso de unas ambulancias, para reclamar que acabe la cuarentena. Pero no solo fue esa minor¨ªa que desoy¨® las recomendaciones de la mayor¨ªa de los poderes p¨²blicos y las empresas. Otros muchos ciudadanos tomaron las bicicletas, aprovechando el buen tiempo del principio del oto?o, y llenaron los carriles bici. El consenso en torno a la cuarentena como medida m¨¢s eficaz para ralentizar la propagaci¨®n del virus se mantiene entre los gobernadores pero la ciudadan¨ªa no parece tan convencida como al principio.
E a manifesta??o segue noite adentro...pic.twitter.com/9ysyRP3gVo
— Guilherme Casar?es (@GCasaroes) April 11, 2020
Y por si fuera poco, el virus ha llegado a la c¨¢rcel. Veinte presos de la prisi¨®n de Papuda, la principal del Distrito Federal, y 18 guardas estatales, han dado positivo por coronavirus, seg¨²n informa O¡¯Globo. El primer preso al que se le detect¨® la enfermedad el jueves fue aislado del resto pero eso no logr¨® evitar que la Covid-19 se propagara. Son los primeros casos oficialmente confirmados en el sistema carcelario de Brasil, el tercero con m¨¢s reos del mundo. Las c¨¢rceles brasile?as, con casi 800.000 reclusos, son para muchos una bomba de relojer¨ªa porque el hacinamiento y la ausencia de condiciones m¨ªnimas de higiene son casi generalizados.
Mientras, el alcalde de Manaos sospecha que Bolsonaro tiene un motivo no confesado para pasearse con tanta tranquilidad. ¡°A veces me da hasta la impresi¨®n de que Bolsonaro ya ha padecido, levemente, la enfermedad. Est¨¢ inmunizado. Puede andar por donde quiera. Pero se olvida de que las personas a las que saluda no est¨¢n inmunizadas¡±, dijo. Aunque un buen pu?ado de colaboradores del presidente ha enfermado, ¨¦l asegura que ha dado negativo en los test pero nunca ha mostrado los resultados.
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