La erradicaci¨®n forzosa de plantaciones de coca en Colombia, una chispa en medio de la pandemia
El Gobierno de Iv¨¢n Duque intensifica el combate contra los cultivos il¨ªcitos en la cuarentena, mientras productores cocaleros salen de sus casas a impedirlo y se enfrentan a la Polic¨ªa. Ya hay dos muertos
Mientras las grandes ciudades en Colombia est¨¢n volcadas a la crisis del coronavirus, en el campo colombiano se libra otra batalla que ya ha dejado dos cultivadores de hoja de coca muertos y un polic¨ªa herido. De acuerdo con varias asociaciones de productores, durante la cuarentena el Gobierno de Iv¨¢n Duque ha intensificado la erradicaci¨®n forzosa de cultivos il¨ªcitos y los campesinos han salido de sus casas, donde cumplen el aislamiento obligatorio, para evitar que les arranquen las hojas.
El mi¨¦rcoles fue el ind¨ªgena ?ngel Artemio Nastacuas quien muri¨® en Tumaco, sur del pa¨ªs, despu¨¦s de enfrentamientos con la Fuerza P¨²blica que acompa?a a las brigadas encargadas de la erradicaci¨®n; pero la resistencia se ha presentado en varias regiones. En el otro extremo, en la frontera con Venezuela, el 26 de marzo la v¨ªctima mortal fue Alejandro Carvajal, un caso por el que se investiga a un soldado que le dispar¨® con su arma de dotaci¨®n.
La Coalici¨®n de Acciones para el Cambio, que re¨²ne a 11 organizaciones civiles del pa¨ªs ha detectado que durante el aislamiento obligatorio por la covid-19, el Ej¨¦rcito ha realizado operativos de erradicaci¨®n forzada en siete departamentos. La organizaci¨®n solicit¨® al Ministerio de Defensa que se suspendan para ¡°garantizar el derecho a la salud y a la seguridad alimentaria de las comunidades campesinas¡±. El Ministerio les respondi¨® que no interrumpir¨¢n las operaciones militares.
Colombia tiene 169.000 hect¨¢reas sembradas de hoja de coca, a cierre de 2018, seg¨²n el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Il¨ªcitos de Naciones Unidas (Simci). Dada la magnitud del fen¨®meno, el acuerdo de paz entre el Gobierno y las extintas FARC contempl¨® un programa de sustituci¨®n voluntaria de la coca en algunos de los territorios con m¨¢s sembrados. Cerca de 100.000 familias campesinas se acogieron a ¨¦l y arrancaron sus propias matas a la espera de lo prometido por el Estado. Sin embargo, la transici¨®n entre la Administraci¨®n de Juan Manuel Santos y la de Iv¨¢n Duque supuso un viraje de la pol¨ªtica antidroga. El actual Gobierno privilegi¨® la erradicaci¨®n forzosa en lugar de la sustituci¨®n voluntaria, y apost¨® por el prohibicionismo y el retorno de la aspersi¨®n a¨¦rea.
Desde la frontera con Venezuela, Juan Carlos Quintero, l¨ªder de la Asociaci¨®n Campesina del Catatumbo (Acamcat), cuenta que muchos de los que hoy ¡°se van detr¨¢s del Ej¨¦rcito a impedir la erradicaci¨®n¡± son campesinos que creyeron en el Gobierno, firmaron los acuerdos colectivos de sustituci¨®n de cultivos en 2018 y, tras sentirse abandonados y sin sustento econ¨®mico, volvieron a sembrar cultivos il¨ªcitos. ¡°En Sardinata, Norte de Santander, departamento fronterizo con Venezuela, son cerca de 1.500 familias productoras de hoja de coca que se hab¨ªan comprometido a sustituir. Ni el Gobierno de Santos ni el de Duque han hecho la tarea completa ni han cumplido con la segunda parte del proceso¡±, afirma. Precisamente estos productores llevaban varios d¨ªas de protesta en las carreteras cuando el Ejecutivo decret¨® la cuarentena por el coronavirus. Por temor al virus decidieron detener las manifestaciones y aislarse en sus casas.
La preocupaci¨®n por un posible contagio de coronavirus es otra de las razones que argumentan los pobladores para pedir que se detengan las erradicaciones forzosas. Temen que los erradicadores, civiles contratados por el Gobierno, les lleven el virus desde las ciudades. Y a su manera, intentan protegerse de la covid-19. En El Capricho, un peque?o poblado del selv¨¢tico departamento del Guaviare, los campesinos instalaron un puesto de control donde desinfectan a los veh¨ªculos que abastecen de comida y la ponen en cuarentena durante 12 horas en una casa. En esa zona, como explica Olmes Rodr¨ªguez, l¨ªder de Asocapricho, antes raspach¨ªn de hoja de coca y ahora defensor de bosques, unas 6.000 familias cambiaron sus cultivos de forma voluntaria pero luego no les cumplieron con el dinero para el recambio a otros productos.
La realidad es similar en los departamentos de C¨®rdoba, Choc¨®, Cauca y Caquet¨¢, pero en otras zonas como Putumayo y Nari?o, en frontera con Ecuador, la violencia de los grupos armados suma dramatismo a la ecuaci¨®n. Durante los primeros d¨ªas de la cuarentena fue asesinado en Putumayo, Marco Rivadeneira, uno de los l¨ªderes m¨¢s visibles de la sustituci¨®n de cultivos il¨ªcitos. Los armados les cobran a los l¨ªderes haber intentado abandonar la hoja de coca. Y en Nari?o, los choques entre los cocaleros y el Ej¨¦rcito cada vez son m¨¢s fuertes. ¡°Nunca la erradicaci¨®n forzada va a ser la salida para enfrentar este flagelo, la violencia siempre va a generar m¨¢s violencia. Hoy tenemos que enfrentar el riesgo de una pandemia como la covid-19, las amenazas por la presencia y el accionar de los grupos armados ilegales y las agresiones desmedidas contra los ind¨ªgenas¡±, expres¨® a trav¨¦s de un comunicado la Unidad Ind¨ªgena del Pueblo Aw¨¢ y exigi¨® investigaciones tras la muerte de su compa?ero en el cultivo de hoja de coca.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
- El mapa del coronavirus: as¨ª crecen los casos d¨ªa a d¨ªa y pa¨ªs por pa¨ªs
- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus
- Gu¨ªa de actuaci¨®n ante la enfermedad
- En caso de tener s¨ªntomas, estos son los tel¨¦fonos que se han habilitado en cada pa¨ªs de Am¨¦rica Latina.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.