Donald Trump, un presidente en minor¨ªa frente al coronavirus
Una encuesta revela que la gran mayor¨ªa de norteamericanos apoya las medidas de cuarentena y que el apoyo a la gesti¨®n del presidente se est¨¢ erosionando
La crisis del coronavirus en Estados Unidos est¨¢ dejando al aire las heridas pol¨ªticas del pa¨ªs, acentuadas por la gesti¨®n de Donald Trump. Pero si la divisi¨®n entre republicanos y dem¨®cratas ha alcanzado niveles inauditos, las medidas sanitarias generan un consenso tambi¨¦n raro en estos tiempos. Una encuesta recurrente que se realiza semana a semana revela que el presidente Donald Trump est¨¢ desconectado de la mayor¨ªa de los norteamericanos cuando pone en duda la ciencia o las ¨®rdenes de cuarentena. No se pueden sacar conclusiones en una situaci¨®n tan vol¨¢til, pero gestionar en contra del sentido com¨²n, en general, no pinta bien para Trump.
El m¨¢ximo responsable de la salud y la econom¨ªa de EE UU ha puesto en duda las ¨®rdenes de cuarentena de ciudades, condados y estados. L¨®gicamente, es el que m¨¢s impacto medi¨¢tico tiene. Pero ?a qui¨¦n representa? No ha habido muchos intentos de poner cifras a la confusi¨®n entre pol¨ªtica y medidas sanitarias que vive Estados Unidos desde marzo. Una aproximaci¨®n se puede encontrar en la encuesta semanal Nationscape, realizada por el centro de estudios Democracy Fund Voter Study Group y la Universidad de California en Los ?ngeles (UCLA), que revela que m¨¢s del 90% de los norteamericanos se declara preocupado por la pandemia.
Esa cifra es algo distinta entre los que se declaran republicanos (el 46% muy preocupados y el 38% ¡°algo¡± preocupados), y los dem¨®cratas (69% muy preocupados). Aun s¨ª, revela una ampl¨ªsima mayor¨ªa de consenso a la que comentarios como la recomendaci¨®n de inyectarse desinfectante, o ver al presidente negarse tozudamente a llevar mascarilla en cualquier situaci¨®n, puede no hacerles ninguna gracia.
En este sentido, uno de los puntos m¨¢s interesantes de la encuesta es la aprobaci¨®n del trabajo de Trump al frente de la crisis. En la semana del 19 al 25 de marzo, cuando la encuesta comenz¨® a preguntar por el coronavirus, el 59% de los encuestados aprobaba en alg¨²n grado la gesti¨®n de Trump. La cifra se ha reducido al 42% hasta el 6 de mayo. M¨¢s revelador es el dato entre los republicanos. Hace dos meses, el 89% apoyaba en cierto grado la gesti¨®n de Trump (un 58%, ¡°completamente¡±). La semana pasada se hab¨ªa erosionado 10 puntos, hasta el 79%. Entre los que se declaran independientes, la actitud positiva sobre la gesti¨®n de Trump se ha desplomado del 59% al 32%.
¡°El sentido com¨²n nos dice que la recesi¨®n econ¨®mica es mala para el que est¨¢ en cargo¡±, argumenta por tel¨¦fono Robert Griffin, director del estudio. ¡°La gente siempre culpa al que gobierna. Creo que hay buenas razones para pensar que el efecto no ser¨¢ muy grande, porque Estados Unidos est¨¢ muy polarizado y la gente no se sale de sus creencias. Pero que sea un efecto peque?o no significa que no tenga efecto. La historia nos dice que esto ser¨¢ malo para el presidente¡±. Trump sac¨® 2,8 millones de votos menos que su rival en 2016 y gan¨® la presidencia por unas decenas de miles de votos en cuatro estados clave.
La serie del proyecto Nationscape comenz¨® en 2018 tratando de encontrar actitudes en los norteamericanos que explicaran un poco mejor la forma en que votan. Si algo hab¨ªan demostrado las encuestas de 2016 era que preguntar por la intenci¨®n de voto a secas se dejaba fuera del cuadro ciertas opiniones que explican las motivaciones de la gente. Nadie supo ver que el odio a Hillary Clinton era tan intenso. Nadie supo ver que a los republicanos les daban igual las astracanadas de Donald Trump a la hora de votar, por mucho que se indignaran en p¨²blico. ¡°Se trataba de cubrir los huecos que hubo en las encuesta entre las actitudes de la gente y la forma en que votan¡±, explica Griffin. La encuesta realiza 6.250 entrevistas a la semana con vistas a las elecciones de noviembre. Lleva 500.000 respuestas.
Hace dos meses, cambi¨® todo. Tambi¨¦n las encuestas. EE UU ya no estaba en campa?a, sino en guerra. Desde marzo, Nationscape empez¨® a medir semanalmente la actitud de los norteamericanos sobre las medidas contra el coronavirus. Griffin no se atreve a trazar a¨²n las consecuencias de esto en noviembre. ¡°La pol¨ªtica norteamericana nos est¨¢ sorprendiendo desde hace dos a?os¡±, comenta Griffin. ¡°Pero esto es una escala nueva. Lo comparamos con la Segunda Guerra Mundial o la Gran Depresi¨®n. Es monumental, es un evento que define una era¡±, por lo que no se pueden sacar conclusiones de los manuales de campa?a. Nadie puede anticipar, por ejemplo, la respuesta de los norteamericanos a una segunda oleada en oto?o, en plenas elecciones.
En los informativos se ven solo dos focos de oposici¨®n a las medidas de cuarentena: peque?os grupos armados y la sala de prensa de la Casa Blanca. En medio, est¨¢ el resto del pa¨ªs. Mientras el presidente tuitea cosas como ¡°?Liberad Michigan!¡±, la encuesta revela un masivo apoyo a las medidas locales. El 84% de los republicanos apoya el teletrabajo obligatorio, el 73% el cierre de bares y el 65% las restricciones de viajes, la medida con menos apoyo, aunque ese consenso se est¨¢ erosionando poco a poco. M¨¢s de 36 millones de personas han perdido su empleo en EE UU por estas medidas, pero el apoyo sigue siendo muy robusto.
¡°La ret¨®rica de Trump va a tener un impacto en la forma en que la gente act¨²a¡±, concluye Griffin. ¡°Con el tiempo, ir¨¢ convenciendo a m¨¢s personas. Pero, en general, cuando dices cosas con las que una gran mayor¨ªa de la gente no est¨¢ de acuerdo, no suele ser bueno pol¨ªticamente¡±.
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