Ir¨¢n condena a seis a?os de c¨¢rcel a una antrop¨®loga iranofrancesa
Fariba Adelkhah, directora de investigaci¨®n del CERI-SciencesPo, est¨¢ acusada de ¡°conspirar contra la seguridad nacional¡±
Ir¨¢n ha condenado a la antrop¨®loga iranofrancesa Fariba Adelkhah a seis a?os de c¨¢rcel por acusaciones relacionadas con la seguridad nacional, seg¨²n ha revelado su abogado este s¨¢bado. Aldelkhah, de 61 a?os y especialista en chi¨ªsmo, fue detenida junto a su colega y compa?ero Roland Marchal en junio del a?o pasado y se encontraba desde entonces en la prisi¨®n de Evin, a las afueras de Teher¨¢n. Sus familiares y amigos est¨¢n muy preocupados por su salud, deteriorada tras una huelga de hambre, y el riesgo de que se contagie de covid-19.
¡°La sala 15 del Tribunal Revolucionario de Teher¨¢n la ha sentenciado a cinco a?os de c¨¢rcel por reunirse y conspirar contra la seguridad nacional. Tambi¨¦n ha sido condenada a otro a?o por propaganda contra la Rep¨²blica Isl¨¢mica¡±, ha informado el abogado, Saeid Dehghan, citado por las agencias de noticias. No est¨¢ claro en qu¨¦ consiste la conspiraci¨®n. El letrado ha explicado que el cargo de propaganda se refiere a comentarios de la investigadora sobre el uso del velo en Ir¨¢n. En su opini¨®n, s¨®lo tendr¨ªa que cumplir la pena m¨¢s larga, pero que en cualquier caso va a apelar.
Al conocer el veredicto, el comit¨¦ de apoyo a Adelkhah en Par¨ªs ha denunciado la opacidad del procedimiento judicial. La antrop¨®loga estaba en Ir¨¢n investigando sobre el sistema clerical chi¨ª y las relaciones religiosas entre la Rep¨²blica Isl¨¢mica y sus vecinos Irak y Afganist¨¢n. No era su primera visita. Desde que en 1977 se fue a estudiar a Francia y se instal¨® en Par¨ªs, la ahora directora de investigaci¨®n del Centro de Investigaciones Internacionales (CERI-SciencesPo) hab¨ªa realizado numerosas estancias en su pa¨ªs de nacimiento en las que se document¨® para varios libros y art¨ªculos acad¨¦micos.
Adelkhah siempre ha defendido su inocencia. A finales del pasado diciembre inici¨® una huelga de hambre como protesta, pero 49 d¨ªas despu¨¦s, tras desarrollar un problema renal y muy debilitada, la abandon¨®, seg¨²n cont¨® en su d¨ªa Dehghan. En enero, la fiscal¨ªa retir¨® las acusaciones de espionaje iniciales contra ella, pero la mantuvo en prisi¨®n por delitos relacionados con la seguridad sin especificar.
El estallido del brote de coronavirus en Ir¨¢n hizo temer por la salud de la antrop¨®loga. Ni esa consideraci¨®n ni las gestiones de Francia lograron que fuera incluida en el perd¨®n que el l¨ªder supremo otorga cada a?o por el a?o nuevo iran¨ª (21 de marzo), ni entre los cerca de 100.000 presos que obtuvieron permisos penitenciarios a causa de la pandemia.
Tampoco estaba el nombre de Marchal, un experto en ?frica de 64 a?os, que hab¨ªa ido a visitar a Adelkhah a Teher¨¢n cuando ambos fueron detenidos y sobre el que reca¨ªa una acusaci¨®n similar. Francia consigui¨®, sin embargo, su liberaci¨®n poco despu¨¦s, a cambio de un ingeniero iran¨ª, Jalal Ruholahneyad, arrestado en Niza en febrero de 2019 y pendiente de extradici¨®n a Estados Unidos por haber violado las sanciones. Desde el principio, Ir¨¢n se neg¨® a abordar el caso de la antrop¨®loga por considerarlo una intromisi¨®n en sus asuntos internos, ya que no reconoce la doble nacionalidad.
Ir¨¢n ha convertido el ambiguo ¡°delito contra la seguridad nacional¡± en una excusa para encarcelar a cr¨ªticos y activistas. Adem¨¢s, hace tiempo que utiliza sin pudor la detenci¨®n de ciudadanos extranjeros, sobre todo binacionales, como moneda de cambio en eventuales negociaciones. Con la firma del acuerdo nuclear en 2015 y la liberaci¨®n de cuatro iranoestadounidenses, incluido el periodista del The Washington Post Jason Rezaian, se abri¨® una puerta a la esperanza. Pero desde que Estados Unidos abandon¨® el pacto hace dos a?os, Teher¨¢n ha vuelto a recurrir a esa f¨®rmula para rescatar a sus ciudadanos atrapados por intentar saltarse las sanciones norteamericanas.
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