La detenci¨®n de una francesa desata un pulso diplom¨¢tico entre Par¨ªs y Teher¨¢n
Ir¨¢n a¨²n no ha comunicado de qu¨¦ acusa a la antrop¨®loga Fariba Abdelkhah, encarcelada a principios de junio
Ir¨¢n reconoci¨® la semana pasada que mantiene detenida a la antrop¨®loga iranofrancesa Fariba Abdelkhah, de quien sus familiares y colegas dejaron de tener noticias a principios de junio. La admisi¨®n se produjo despu¨¦s de que el Gobierno franc¨¦s hiciera p¨²blico el caso al no recibir una respuesta satisfactoria a sus gestiones diplom¨¢ticas. A falta de acusaci¨®n formal y veros¨ªmil, el arresto de Abdelkhah se enmarca en una preocupante costumbre del r¨¦gimen iran¨ª de utilizar a ciudadanos con doble nacionalidad como moneda de cambio en sus problemas con la comunidad internacional. Al menos otras siete personas se hallan en la misma situaci¨®n.
Abdelkhah, de 60 a?os, estaba en Ir¨¢n investigando sobre el sistema clerical chi¨ª y las relaciones religiosas entre la Rep¨²blica Isl¨¢mica y sus vecinos Irak y Afganist¨¢n. No era su primera visita. Desde que en 1977 se fue a estudiar a Francia y se instal¨® en Par¨ªs, la ahora directora de investigaci¨®n del Centro de Estudios Internacionales (CERI-SciencesPo) hab¨ªa realizado numerosas estancias en su pa¨ªs de nacimiento que han dado lugar a varios libros y art¨ªculos acad¨¦micos.
¡°Su detenci¨®n es absurda y escandalosa¡±, denuncia en un comunicado el Fondo de An¨¢lisis de las Sociedades Pol¨ªticas, una asociaci¨®n de investigadores franceses que forma parte de la red europea Reasopo de la que Abdelkhah es miembro fundador. ¡°Sus actividades son estrictamente acad¨¦micas, no tiene ning¨²n v¨ªnculo con ninguna agencia de inteligencia y no realiza ninguna actividad pol¨ªtica en Ir¨¢n¡±, insiste el texto.
Sus colegas sugieren que la medida o bien pretende utilizarla como moneda de cambio, o bien es fruto de que ¡°la libertad acad¨¦mica y de investigaci¨®n se han vuelto intolerables para los operativos de seguridad en Ir¨¢n¡±. Ambas cosas parecen ser ciertas en el clima de creciente represi¨®n que denuncian los activistas sociales iran¨ªes. Desde que Estados Unidos abandon¨® del acuerdo nuclear el a?o pasado y reinstaur¨® sus sanciones contra la Rep¨²blica Isl¨¢mica, los sectores m¨¢s inmovilistas del r¨¦gimen est¨¢n ganando terreno.
Francia lidera los esfuerzos europeos para intentar salvar ese pacto. De ah¨ª que algunos analistas vean en la detenci¨®n de Abdelkhah, que ya fue interrogada por los servicios secretos iran¨ªes durante la presidencia de Mahmud Ahmadineyad, un intento de sabotear su mediaci¨®n. En cualquier caso, el asunto constituye un nuevo obst¨¢culo para la diplomacia.
No se trata, sin embargo, de un fen¨®meno nuevo. Ir¨¢n, que no reconoce la doble nacionalidad, tiene una larga historia de detenciones de ciudadanos con un segundo pasaporte a los que acusa de espionaje para su pa¨ªs de adopci¨®n. En la actualidad, est¨¢n en esa situaci¨®n la iranobrit¨¢nica Nazanin Zaghari-Ratcliffe (detenida en 2016 y condenada a cinco a?os por ¡°intentar derribar al r¨¦gimen¡±) y por lo menos media docena de iranoestadounidenses. En el pasado, algunos analistas han interpretado que los ultras buscaban sabotear los intentos de mejorar las relaciones con Occidente.
¡°Por un lado, env¨ªan el mensaje a los iran¨ªes con doble nacionalidad de que no somos bienvenidos en Ir¨¢n; por otro, el r¨¦gimen considera que [los detenidos] son ¨²tiles como capital pol¨ªtico en negociaciones internacionales¡±, declara a EL PA?S Jason Rezaian, un periodista iranoestadounidense encarcelado entre julio de 2014 y enero de 2016 bajo falsas acusaciones de espionaje. Rezaian, que recogi¨® sus 544 d¨ªas de cautiverio en el libro Prisoner (a¨²n por publicar en espa?ol), atribuye la mayor¨ªa de esos arrestos a la Guardia Revolucionaria (los Pasdar¨¢n).
Ir¨¢n siempre ha negado que los binacionales sean un medio de presi¨®n para alcanzar acuerdos internacionales. Sin embargo, y pesar de no reconocerles el segundo pasaporte (lo que impide la atenci¨®n consular), no ha tenido empacho en intercambiarlos por iran¨ªes detenidos en otros pa¨ªses. Tal fue el caso de Rezaian y otros tres iranoestadounidenses que quedaron en libertad a cambio de siete iran¨ªes (seis de ellos tambi¨¦n estadounidenses) detenidos en EE UU por vulneraci¨®n de las sanciones contra Teher¨¢n, en v¨ªsperas de que estas se levantaran en enero de 2016. El propio ministro iran¨ª de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, volvi¨® a poner esa posibilidad sobre la mesa sin el menor pudor el pasado abril, cuando Washington aceler¨® su estrategia de m¨¢xima presi¨®n hacia Ir¨¢n.
Rezaian defiende la movilizaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica. ¡°Una vez que el nombre aparece en los medios, no hay vuelta de hoja. Antes de que eso ocurra, quienes les detienen pueden hacer literalmente lo que quieren con sus rehenes¡±, explica convencido de que en ¨²ltima instancia son los gobiernos de los pa¨ªses de acogida los que tienen que ser presionados. ¡°No podemos esperar que, por arte de magia, el r¨¦gimen iran¨ª haga lo correcto y libere a personas inocentes a las que ha detenido como aval¡±, argumenta.
As¨ª lo entend¨ªa Abdelkhah, la investigadora ahora detenida, quien en 2009 se moviliz¨® tras el arresto de la doctoranda francesa Clotilde Reiss e incluso escribi¨® una carta abierta al entonces presidente Ahmadineyad reclamando su libertad. Esta se produjo diez meses m¨¢s tarde, pero s¨®lo despu¨¦s de que Par¨ªs rechazara la extradici¨®n de un ingeniero iran¨ª a EE UU, donde estaba acusado de adquirir material de uso militar bajo embargo, y le permitiera regresar a Ir¨¢n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Detenciones ilegales
- Acuerdo nuclear Ir¨¢n
- Ir¨¢n
- Tratado nuclear
- Programa nuclear Ir¨¢n
- Seguridad nuclear
- Tratados desarme
- Armas nucleares
- Estados Unidos
- Tratados internacionales
- Energ¨ªa nuclear
- Oriente pr¨®ximo
- Norteam¨¦rica
- Relaciones internacionales
- Armamento
- Asia
- Defensa
- Am¨¦rica
- Delitos
- Relaciones exteriores
- Sociedad
- Energ¨ªa
- Justicia