La burocracia mexicana paraliza dos proyectos universitarios que han desarrollado ventiladores para la covid-19
Los cient¨ªficos alertan de que cumplir ciertos requisitos que en otros pa¨ªses no existen impedir¨¢ que este material m¨¦dico llegue a tiempo a los hospitales
La pandemia provoc¨® una avalancha de mensajes en la cuenta de correo electr¨®nico del neum¨®logo Uriel Chavarr¨ªa. Se trataba de decenas de propuestas para fabricar ventiladores. Era mediados de febrero y el coronavirus ya afectaba a gran escala a pa¨ªses europeos y asi¨¢ticos. Todos pon¨ªan el ojo en lo mismo: la carencia de m¨¢quinas para asistir en la respiraci¨®n a los pacientes m¨¢s graves. Chavarr¨ªa, un profesor de la Universidad Aut¨®noma de Nuevo Le¨®n que se dedica a dar cursos de ventilaci¨®n en todo M¨¦xico, sab¨ªa que el sistema sanitario de su pa¨ªs tendr¨ªa que hacer frente a la covid-19 con una escasez de ventiladores que era cr¨®nica mucho antes de que el mundo conociera el SARS-CoV-2. Por eso, se tom¨® el tiempo de revisar las propuestas y se volc¨® por apoyar una. Tres meses despu¨¦s y pese a haber producido un equipo alabado por varios profesionales del ¨¢rea, el proyecto ha quedado enterrado en la burocracia del Gobierno a la espera de una certificaci¨®n.
El Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador puso mucho ¨¦nfasis en celebrar la compra de ventiladores en el exterior, unos 2.500 seg¨²n Presidencia. Este mismo viernes la Canciller¨ªa aplaudi¨® la llegada a M¨¦xico de un millar de estas m¨¢quinas pagadas por empresas privadas. Puertas adentro, sin embargo, el Ejecutivo se ha vuelto m¨¢s un obst¨¢culo para los equipos desarrollados en el pa¨ªs que una allanadora del camino. Al menos para los fabricados por fuera del radar de la Administraci¨®n, es decir, los proyectos que no fueron escoltados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnolog¨ªa (Conacyt) y su directora, Mar¨ªa Elena ?lvarez-Buylla, una cient¨ªfica muy cercana al presidente.
El caso del ventilador de Chavarr¨ªa no es el ¨²nico. La ciencia mexicana llevaba desde febrero prepar¨¢ndose para atender la pandemia. Muchos acad¨¦micos de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) abandonaron sus tareas para desarrollar proyectos que pudieran alivianar al sistema de salud. Gustavo Medina Tanco, investigador del Laboratorio de Instrumentaci¨®n Espacial de la UNAM, fue uno de ellos. Este cient¨ªfico argentino trabajaba en un programa para enviar robots a la luna en 2021, cuando decidi¨® poner su rutina en pausa para empezar a fabricar unos ventiladores ¡°port¨¢tiles y de bajo costo¡± que pudieran ser usados en las regiones m¨¢s pobres de M¨¦xico. Su prototipo, del que participaron las Facultades de Medicina y Veterinaria, tambi¨¦n qued¨® paralizado por decisiones m¨¢s pol¨ªticas que cient¨ªficas.
El ¨®rgano que regula las certificaciones de equipos m¨¦dicos en M¨¦xico es la Comisi¨®n Federal para la Protecci¨®n contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Un ente aut¨®nomo, formado por especialistas, que establece los requisitos para que un dispositivo pueda entrar al mercado. Antes de la pandemia, el Conacyt no ten¨ªa nada que ver con ventiladores, ni con certificaciones. Esas eran tareas de la Cofepris. Pero el pasado 9 de mayo, los dos ¨®rganos publicaron en conjunto una serie de pautas a cumplir para poder fabricar los ventiladores que se usaran contra la covid-19. Unos lineamientos que los especialistas califican de ¡°imposibles de cumplir¡± y que de hacerlo, alertan, llegar¨¢n tarde para atender las necesidades que traiga la pandemia.
¡°Los requisitos que ponen puede ser v¨¢lidos, pero no pr¨¢cticos¡±, reclama Chavarr¨ªa. ¡°Piden cosas que no son estrictamente indispensables¡±. El prototipo que desarroll¨® junto a la empresa Kronos lleva tres semanas listo, sin una respuesta oficial sobre si podr¨¢n o no fabricarlo. ¡°Cofepris ha puesto una barrera muy alta y hay que hacer un balance entre poner la vara alta y tener el recurso por si es necesario. Esto sigue siendo un ventilador de emergencia y el tiempo es crucial¡±, agrega.
Gerardo Gonz¨¢lez, subdirector de investigaci¨®n de la Facultad de Medicina de la Universidad Aut¨®noma de Nuevo Le¨®n (UANL), es parte del proyecto de Chavarr¨ªa. En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, ha certificado junto a su instituci¨®n m¨¢s de 220.000 propuestas ante Cofepris. Ahora sostiene que es ¡°extraordinariamente extra?o¡± que Conacyt participe de la certificaci¨®n y se?ala que nunca hab¨ªa visto algo as¨ª. ¡°Cofepris debe apoyarse en expertos y no en instituciones, porque ninguna instituci¨®n es due?a del saber¡±, comenta.
Gonz¨¢lez present¨® el tr¨¢mite para certificar el ventilador sin cumplir con todos los requisitos pedidos por los dos ¨®rganos, asegura, porque est¨¢n planteados desde la desinformaci¨®n y exigen pruebas sin fundamentos que lo ¨²nico que hacen es ¡°engordar la tramitaci¨®n". Una de ellas es la de probar el prototipo en seis cerdos y comparar los resultados con otros seis cerdos con ventiladores comerciales. Este tipo de pruebas, explica, no son obligatorias en la mayor¨ªa de los pa¨ªses y toman mucho tiempo. ¡°Ojal¨¢ no se nos pase el momento para responder a las necesidades del pa¨ªs. Si aumentan los casos y se superan las capacidades actuales estaremos fuera de control. Para cuando tengamos los ventiladores se nos habr¨¢n ido los invitados¡±, sentencia.
Otro de los puntos m¨¢s criticados es que el propio Conacyt se comprometi¨® a tener listos 700 ventiladores para el 15 de mayo -algo que no sucedi¨®-. De los cuales, al menos 200 son ¡°muy rudimentarios¡±, dice el neum¨®logo Tom¨¢s Pulido, jefe del Departamento de Cardioneumolog¨ªa del Instituto Nacional de Cardiolog¨ªa. Unos equipos que ¡°pueden da?ar el pulm¨®n¡± de los pacientes con covid-19, porque su dise?o b¨¢sico no permite regular variables como el volumen de aire o la cantidad de ox¨ªgeno que entra a los pulmones. Esos respiradores tampoco cumplir¨ªan los requisitos establecidos por el propio Gobierno, asegura Chavarr¨ªa. ¡°Seguramente a ellos no se los exigieron. Que comparen nuestro equipo con los suyos. Si tuvieran una opini¨®n t¨¦cnica, no podr¨ªan dejarnos fuera¡±.
Los requerimientos oficiales tambi¨¦n podr¨ªan echar por tierra el trabajo de los cient¨ªficos de la UNAM, que ya eval¨²an abandonar el proyecto. Pese a tener acuerdos con tres empresas para empezar a fabricarlos, las pruebas exigidas podr¨ªan llevarles tanto tiempo que perder¨ªa sentido. ¡°Hemos hecho un gran esfuerzo para atender las recomendaciones¡±, dice Medina Tanco. ¡°Pero hay una especie de colonialismo intelectual en el que se sigue esperando que las soluciones vengan de afuera¡±.
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