Alberto Fern¨¢ndez, popular y desconocido
Sumido en la crisis de la pandemia y el ¡®default¡¯, el presidente argentino a¨²n no ha mostrado las claves de su mandato
Alberto Fern¨¢ndez genera confianza. Tras casi seis meses en la presidencia de Argentina mantiene una popularidad alt¨ªsima. Pero tambi¨¦n mantiene abiertas casi todas las inc¨®gnitas. La gesti¨®n de dos crisis muy complejas, la pandemia y la renegociaci¨®n de la deuda, ocupa la mayor parte de su tiempo. A¨²n no se sabe cu¨¢l es su proyecto ni su aut¨¦ntica fuerza dentro del peronismo. En las pr¨®ximas semanas, cuando se llegue al desconfinamiento y se conozca si, tras el default del pasado viernes, hay acuerdo con los acreedores o Argentina queda definitivamente aislada del sistema financiero internacional, Fern¨¢ndez deber¨¢ enfrentarse a una situaci¨®n econ¨®mica calamitosa.
Nadie podr¨¢ discutirle nunca el rigor con que ha manejado la pandemia. Su prudencia le ha ganado el respeto de los argentinos: 80 de cada 100 le respaldan. Con el pico de contagios ya muy cercano, el n¨²mero de v¨ªctimas mortales se mantiene bajo (433 con datos del viernes) y ning¨²n hospital se ha aproximado al colapso; en realidad, la mayor parte de las camas de cuidados intensivos permanecen vac¨ªas. Eso tiene un precio. Buenos Aires, a diferencia de otras provincias del pa¨ªs, habr¨¢ sido sometida (si no hay nuevas pr¨®rrogas) a 80 d¨ªas de cuarentena, m¨¢s que ninguna otra ciudad del mundo. El cierre de la capital pol¨ªtica y econ¨®mica supone un coste alt¨ªsimo.
La presidencia de Alberto Fern¨¢ndez ha estado, desde el inicio, marcada por las circunstancias extraordinarias. El hecho de que la expresidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner le eligiera como candidato, con ella relegada a la vicepresidencia, ya fue inusual. Lo mismo que su rotunda victoria frente a Mauricio Macri, sin necesidad de segunda vuelta. El virtual default en que Macri dej¨® Argentina provoc¨® otra anomal¨ªa: Fern¨¢ndez mantuvo en suspenso su programa econ¨®mico hasta que se acordara con los acreedores una reestructuraci¨®n de la deuda y opt¨® por gobernar sin ley de presupuestos.
Entonces irrumpi¨® la otra gran anomal¨ªa, la pandemia. Con el Congreso cerrado (el Senado acaba de reanudar ahora sus sesiones, estrictamente virtuales), Fern¨¢ndez asumi¨® plenos poderes. La ley de emergencia econ¨®mica, aprobada ya en diciembre, y la emergencia sanitaria le permiten gobernar por decreto. Hasta la fecha ha emitido 23 decretos de necesidad y urgencia (DNU). Argentina cay¨® formalmente en default el viernes d¨ªa 22, al dejar impagados vencimientos de bonos por importe de 503 millones de d¨®lares, sin ning¨²n tipo de repercusi¨®n pol¨ªtica. La ausencia de vida parlamentaria y la falta de un l¨ªder de la oposici¨®n (Macri ya no cuenta) dejan a Fern¨¢ndez un margen en apariencia ampl¨ªsimo.
Pero nadie conoce con exactitud cu¨¢l es el margen de Alberto Fern¨¢ndez, porque sus l¨ªmites son internos. Los marcan la vicepresidenta, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, y su hijo, M¨¢ximo Kirchner, jefe de la mayor¨ªa en la C¨¢mara de Diputados. El kirchnerismo mantiene la base militante de la que el presidente carece, se ocupa directamente de las cuestiones judiciales (las m¨²ltiples causas contra la antigua presidenta van deshilach¨¢ndose d¨ªa a d¨ªa) y marca el terreno. En el Gran Buenos Aires, el granero de votos que permiti¨® a Fern¨¢ndez ganar c¨®modamente la presidencia, mandan los Kirchner y el gobernador Axel Kicillof.
Fern¨¢ndez, por ejemplo, ha procurado mantener una cooperaci¨®n estrecha con el opositor Horacio Rodr¨ªguez Larreta, jefe de Gobierno de la ciudad aut¨®noma de Buenos Aires y uno de los principales aspirantes a liderar las fuerzas conservadoras y liberales en las elecciones de 2023. Pero desde el Gobierno provincial de Buenos Aires, en manos del kirchnerista Kicillof, se ha hecho todo lo posible por boicotear la relaci¨®n entre Fern¨¢ndez y Larreta, acusando al jefe de Gobierno de la ciudad de descuidar la atenci¨®n sanitaria en las villas miseria y de convertir la capital en un gran foco de infecci¨®n.
Otro ejemplo es el proyecto de impuesto extraordinario, a cobrar supuestamente una sola vez, sobre las grandes fortunas. Afectar¨ªa a unas 12.000 personas con patrimonio superior a los tres millones de d¨®lares y deber¨ªa recaudar unos 3.000 millones de pesos, que se destinar¨ªan a sufragar los costes de la pandemia. El problema de ese impuesto es que se solapa con el de bienes personales y la doble imposici¨®n no es constitucional. M¨¢ximo Kirchner ha empujado el proyecto hasta conseguir el asentimiento del presidente. Y el infaltable aplauso de Diego Armando Maradona, quien se declar¨® ¡°totalmente a favor del impuesto sobre la riqueza¡±.
El kirchnerismo no deja de emitir se?ales. La diputada Fernanda Vallejo propone que los cr¨¦ditos estatales concedidos a las empresas para mantenerlas vivas durante la pandemia se traduzcan, en caso de no devoluci¨®n, en acciones. Es decir, que el Estado entre a formar parte de esas empresas, grandes o peque?as. La idea ha quedado flotando en el aire, como se?al de hacia d¨®nde apunta un sector de la mayor¨ªa oficialista. El presidente no se pronuncia. Dentro del propio peronismo se le acusa de ejercer m¨¢s como ¨¢rbitro entre distintas tendencias que como l¨ªder.
La gesti¨®n sanitaria y el problema de la deuda han permitido a Fern¨¢ndez mantener un tono profesoral, casi siempre comedido, por encima de la batalla pol¨ªtica. Hace un par de semanas hubo algunos cacerolazos minoritarios contra la acumulaci¨®n de poderes extraordinarios, pero el temor a la pandemia y la atenci¨®n de los medios a las negociaciones con los acreedores le han garantizado un aut¨¦ntico periodo de gracia.
Ese periodo de consenso ciudadano concluir¨¢ con la cuarentena y el acuerdo o la ruptura con los poseedores de deuda argentina: Fern¨¢ndez tendr¨¢ que enfrentarse entonces a una realidad econ¨®mica siniestra. Se estima que la recesi¨®n se comer¨¢ este a?o un 10% de la producci¨®n argentina, que viene decreciendo ya desde 2018. Casi la mitad de la poblaci¨®n habr¨¢ ca¨ªdo en la pobreza. Y el peso seguir¨¢ devalu¨¢ndose frente al d¨®lar, como no ha dejado de hacer en los ¨²ltimos tres a?os pese a los cada vez m¨¢s estrictos controles cambiarios.
En cierto modo, ser¨¢ entonces cuando comenzar¨¢ realmente la presidencia de Alberto Fern¨¢ndez. Y las cosas no ser¨¢n m¨¢s f¨¢ciles que ahora. Quiz¨¢ sean incluso m¨¢s dif¨ªciles.
La sombra permanente de Cristina
Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner siempre est¨¢ ah¨ª. Ha obtenido para los suyos el ¨¢rea de la justicia, donde puede influir en el desarrollo de los sumarios que la afectan, y el ¨¢rea de la pol¨ªtica asistencial a trav¨¦s del control de la Administraci¨®n Nacional de la Seguridad Social. Tiene a su hijo M¨¢ximo como jefe de la mayor¨ªa parlamentaria; a su fiel exministro de Econom¨ªa, Axel Kicillof, como gobernador de la mayor provincia del pa¨ªs, Buenos Aires; ha colocado a Carlos Zannini (procesado junto a ella por presunto encubrimiento) en la Procurador¨ªa del Tesoro, y ahora parece haber puesto la mirada en el campo energ¨¦tico. El kirchnerista Federico Bernal, jefe del Ente Nacional Regulador del Gas, ha empezado a adoptar iniciativas al margen de Mat¨ªas Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, responsable oficial del ¨¢rea y uno de los principales colaboradores de Alberto Fern¨¢ndez.
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