El virus se propaga en las grandes ciudades del Caribe colombiano
Los contagios avanzan sin freno en las ¨¢reas metropolitanas de Cartagena y Barranquilla
El casco hist¨®rico de Cartagena de Indias es la postal que se llevan de Colombia muchos de sus visitantes extranjeros. Pero la imagen que proyecta por estos d¨ªas la joya tur¨ªstica y colonial est¨¢ muy lejos del glamur que se le suele atribuir. La pandemia se ha llevado por delante aquella ciudad amurallada de festivales, eventos culturales y restaurantes exclusivos, convertida ahora mismo en la peor advertencia de los estragos que puede causar el coronavirus en las grandes urbes del caribe colombiano si no se consigue frenar su propagaci¨®n.
Despu¨¦s de m¨¢s de dos meses de cuarentena nacional, Colombia se apresta a pasar una nueva fase que relaja algunas de las medidas de confinamiento a partir del pr¨®ximo lunes. En la ¨²ltima semana, el pa¨ªs ha superado en varias ocasiones el umbral del millar de nuevos contagios diarios, hasta alcanzar m¨¢s de 25.000 casos detectados y m¨¢s de 800 muertes relacionadas con la covid-19 en todo el territorio. Aunque la crisis se ha mantenido relativamente contenida, tres de los lugares que m¨¢s preocupan a las autoridades sanitarias se ubican en la costa norte: Cartagena, Barranquilla y Soledad ¡ªlas dos ¨²ltimas son parte de la misma ¨¢rea metropolitana¡ª. En conjunto, re¨²nen a m¨¢s de 2,5 millones de habitantes.
Bogot¨¢, una metropoli de m¨¢s de siete millones de personas, sigue siendo el epicentro del virus en el pa¨ªs con m¨¢s de 8.000 casos. Pero despu¨¦s le sigue el departamento de Atl¨¢ntico, cuya capital es Barranquilla, que ha escalado hasta m¨¢s de 3.000. En un cercano cuarto lugar est¨¢ Bol¨ªvar. La situaci¨®n de su capital, Cartagena, con una deficiente red hospitalaria, es particularmente calamitosa, pues la ciudad amurallada acumula 121 muertes por la covid-19 y casi 2.500 de los cerca de 2.700 casos detectados en el departamento.
Aunque cuenta con una capacidad hospitalaria m¨¢s robusta, en Barranquilla los contagios tambi¨¦n parecen desbocados. A comienzos de mes, el alcalde Jaime Pumarejo suspendi¨® por varios d¨ªas el sistema de transporte masivo, Transmetro, por superar el l¨ªmite establecido del 35% de la capacidad para mantener el distanciamiento social. A sus 1,2 millones de habitantes se suma otro medio mill¨®n de la vecina Soledad, con una enorme movilidad entre los dos municipios. Barranquilla acumula 1.704 casos y 48 fallecidos, mientras Soledad a?ade otros 964 positivos y 16 decesos. ¡°En las ¨²ltimas semanas ha disminuido la adherencia a varias medidas, que igual desde el principio era baja, en particular en el sur de Barranquilla, en Soledad, donde ha crecido m¨¢s r¨¢pido¡±, apunta el epidemi¨®logo Juli¨¢n Alfredo Fern¨¢ndez, profesor de la Universidad del Norte. Se?ala que tanto Cartagena como Barranquilla ¡ªa diferencia de Bogot¨¢ o Medell¨ªn, que ha sido el ejemplo nacional¡ª han sido t¨ªmidas en aplicar medidas propias, complementarias a aquellas direccionadas por el Ministerio de Salud. ¡°Las multas han mostrado ser insuficientes¡±, valora.
El marcado aumento de casos en las urbes caribe?as en las ¨²ltimas semanas se explica por ¡°la presencia de brotes localizados en conglomerados¡±, explica a EL PA?S el ministro de Salud, Fernando Ruiz, en referencia a las agrupaciones de casos en un ¨¢rea determinada. En Cartagena, concretamente en la principal plaza de mercado, Bazurto, donde trabajan m¨¢s de 40.000 personas y hay una circulaci¨®n permanente. ¡°A trav¨¦s de Bazurto se est¨¢ generando una posibilidad de contagio a todo el resto de la ciudad, especialmente a los sectores populares. Por esa raz¨®n se tom¨® la decisi¨®n de cerrar todo el componente minorista de la plaza¡±, apunta el jefe de cartera. Barranquilla, a?ade, es un caso parecido, pero ocurri¨® fundamentalmente en algunas empresas que han debido ser sometidas a controles y pruebas.
En ambas ciudades, la falta de adhesi¨®n a las medidas de distanciamiento est¨¢ relacionada con una baja percepci¨®n del riesgo, seg¨²n suger¨ªa una serie de encuestas del Centro Nacional de Consultor¨ªa a mediados de marzo. En aquel entonces, apenas al comienzo de la emergencia, m¨¢s de la mitad tanto de barranquilleros como de cartageneros contestaban que la peor parte ya hab¨ªa pasado. A ese peligroso c¨®ctel hay que sumar la desconfianza en las instituciones y cierta propensi¨®n a las cadenas de noticias falsas con todo tipo de teor¨ªas conspirativas. En uno de numerosos ejemplos, un reconocido pastor evang¨¦lico de Cartagena public¨® un v¨ªdeo en sus redes sociales que sosten¨ªa que el coronavirus era un invento de Bill Gates.
Cartagena ha disparado las alertas. La ocupaci¨®n de camas de cuidados intensivos ya supera el 80%. El pasado fin de semana, la polic¨ªa report¨® 600 fiestas clandestinas e impuso m¨¢s de 1.000 multas por incumplir el confinamiento. ¡°Nosotros podemos tomar las medidas que sea, pero la disciplina ciudadana es fundamental. Y yo quiero hacer este llamado para toda la comunidad de Cartagena: el uso del tapabocas, lavarse las manos constantemente y el distanciamiento social salvan vidas¡±, apuntaba recientemente el presidente Iv¨¢n Duque en su programa diario. Tambi¨¦n mencionaba la necesidad de ¡°cercos epidemiol¨®gicos¡± en los barrios donde se han detectado conglomerados.
¡°Hay factores culturales que desafortunadamente no ayudan, tambi¨¦n el propio hacinamiento en que viven muchas personas en espacios muy reducidos¡±, apunta el ministro Ruiz. A eso se suma la alt¨ªsima informalidad de Cartagena. Una cuarta parte de su mill¨®n de habitantes vive en la pobreza, lo que dificulta que las capas m¨¢s vulnerables de la sociedad cumplan con la cuarentena. La ciudad ha tenido 11 alcaldes en la ¨²ltima d¨¦cada y atraviesa una profunda crisis institucional, al punto que han abundado los llamados por una intervenci¨®n del Gobierno Nacional. El Ejecutivo envi¨® el mi¨¦rcoles al alcalde, William Dau, una circular con instrucciones para frenar los contagios. Las acciones que ordenaba inclu¨ªan vigilar la intervenci¨®n del mercado de Bazurto y el incremento de la oferta de pruebas, as¨ª como la in¨¦dita medida de cerrar seis barriadas populares de la ciudad: Nelson Mandela, Olaya Herrera, Poz¨®n, La Esperanza, San Fernando y La Mar¨ªa.
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