La pandemia agrava la debilidad digital de la UE frente a EE UU y China

En sendas entrevistas recientemente concedidas a este diario, Ana Bot¨ªn y Josep Borrell coincidieron en destacar el impacto de la pandemia en el sector digital y las dificultades con las que la Uni¨®n Europea aborda la competici¨®n en esa ¨¢rea con Estados Unidos y China.

¡°El mundo ser¨¢ m¨¢s digital, nadie lo duda. Pero ?qui¨¦n va a controlar los nuevos sistemas de informaci¨®n y los sistemas de seguimiento que permiten conocer pr¨¢cticamente todos los desplazamientos de una persona? ?Qui¨¦n va a controlar la digitalizaci¨®n masiva de la vida?¡±, plante¨® el Alto Representante para Asuntos Exteriores y Pol¨ªtica de Seguridad de la UE.

¡°Estamos en un momento disruptivo en el que hay grandes ganadores y perdedores, y casi todos los grandes ganadores est¨¢n fuera de Europa, en EE UU y en China¡±, observ¨® la presidenta del Banco Santander.

Ah¨ª est¨¢ la cuesti¨®n: la pandemia es un brutal acelerador del proceso de incremento de la relevancia del sector digital; y, en ese proceso, la UE no cuenta con las mejores cartas. Veamos.

EE UU dispone, como es notorio, de una inigualada capacidad de innovaci¨®n en este sector y de los mayores gigantes empresariales. Apple, Microsoft, Alphabet (Google), Amazon y Facebook figuran entre las principales compa?¨ªas del mundo por mayor capitalizaci¨®n burs¨¢til. Las nuevas necesidades de trabajo, comunicaci¨®n y vida social benefician significativamente los intereses de empresas con esas caracter¨ªsticas. Microsoft ¡ªcon Teams¡ª y la empresa Zoom ¡ªtambi¨¦n de EE UU¡ª son, por ejemplo, los beneficiarios de la repentina gran demanda de videoconferencias.

China tambi¨¦n dispone de gigantes competitivos en el sector, como Tencent, Alibaba, Baidu o Huawei. Esta ¨²ltima compa?¨ªa tiene una relevancia estrat¨¦gica que va m¨¢s all¨¢ de su tama?o por la alta competitividad en el desarrollo de redes 5G. China es, adem¨¢s, desde hace a?os un aguerrido impulsor de tecnolog¨ªas de inteligencia artificial. Es dif¨ªcil medir la capacidad en este sector por pa¨ªses, pero es muy racional destacar el presente y prever un futuro puntero para China en esta ¨¢rea.

La UE, es evidente, tiene un problema de innovaci¨®n tecnol¨®gica en este sector, una escasez de gigantes y una rigidez de mercado que, otorgando beneficios en otros sentidos, ha sofocado la capacidad de criar nuevos titanes.

Naturalmente, tiene tambi¨¦n grandes activos. Una ciudadan¨ªa con un nivel profesional medio muy notable; una capacidad normativa que, con inteligencia, puede acarrear fuertes beneficios a sus intereses; empresas con vigor en el sector del 5G ¡ªNokia (Finlandia) y Ericsson (Suecia)¡ª; un desarrollo infraestructural muy notable; y un desarrollo industrial que puede permitir tomar la delantera en la interesante ¨¢rea de la recolecci¨®n de datos industriales.

Este es uno de los pilares de la estrategia digital que abandera la actual Comisi¨®n Europea. Sin embargo, la UE y sus pa¨ªses miembros tendr¨¢n que tomar medidas valientes si no quieren quedarse definitivamente atr¨¢s en una batalla clave. En un extremo est¨¢ el f¨¦rtil clima estadounidense ¡ªapto para la creaci¨®n, pero con todas sus consecuencias sociales¡ª, por otro la f¨¦rrea determinaci¨®n del r¨¦gimen chino ¡ªsu apoyo descarnado a las empresas de ciertos sectores, con todas las consecuencias del centralismo autoritario¡ª. La UE no tiene y no quiere un mercado salvaje ni un f¨¦rreo centralismo. Tendr¨¢ que encontrar su v¨ªa hacia la primac¨ªa digital. No lo tiene f¨¢cil.