Las protestas contra el racismo exhiben su fuerza pese al desaf¨ªo de Trump y los toques de queda
La participaci¨®n aumenta en las manifestaciones de grandes ciudades aunque se reducen los actos vand¨¢licos
Miles de manifestantes se concentraron este martes por la noche en las grandes ciudades estadounidenses ignorando el toque de queda decretado y, a¨²n m¨¢s, el brazo de hierro exhibido el d¨ªa anterior por el presidente, Donald Trump. Frente a la Casa Blanca, donde el lunes las fuerzas de seguridad hab¨ªan disuelto con gas lacrim¨®geno una concentraci¨®n pac¨ªfica, el n¨²mero de ciudadanos movilizados se dispar¨® respecto a las jornadas anteriores; Los ?ngeles vivi¨® tambi¨¦n su manifestaci¨®n m¨¢s multitudinaria de esta crisis y, en Nueva York, pese al mayor despliegue policial, prosiguieron los saqueos, aunque con menos virulencia. Tambi¨¦n salieron a la calle los vecinos de Houston, de Orlando, de Florida y de Filadelfia. La ola de protestas contra el racismo desatada a ra¨ªz de un caso de brutalidad policial prosigui¨® un d¨ªa m¨¢s, el octavo, y, en el caso de Washington, con m¨¢s fuerza, aunque se atenu¨® en vandalismo.
Derek Smith, un afroamericano de 36 a?os empleado en el sector de telecomunicaciones, acudi¨® por primera vez a las protestas en la capital del pa¨ªs, Washington. Estaba all¨ª para alzar la voz por sus hijos, de 10 y siete a?os, pues crecer¨¢n, seg¨²n dijo, en una sociedad que los discrimina. Esta cadena de manifestaciones comenz¨® en Minneapolis hace una semana por la muerte de un afroamericano a manos de la polic¨ªa, pero ha trascendido a todo el pa¨ªs como un grito contra la discriminaci¨®n general a los negros. ¡°La diferencia entre c¨®mo tratan a los blancos y a nosotros siempre est¨¢ presente, ellos consiguen cosas que nosotros no¡±, afirm¨® entre la multitud. Poco despu¨¦s, al llegar las siete de la tarde, la hora del toque de queda ordenado por la alcaldesa, Muriel Bowser, la muchedumbre permaneci¨® all¨ª.
El centro de la ciudad ya se hab¨ªa llenado horas antes de tropas y veh¨ªculos militares bloqueando calles. Washington, por su estatus especial -no es un Estado ni est¨¢ adscrito a ninguno- es el ¨²nico lugar en el que Trump puede cumplir su palabra de recurrir al Ej¨¦rcito y ha desplegado un batall¨®n de la polic¨ªa militar de entre 200 y 250 efectivos. Adem¨¢s, el Pent¨¢gono ha enviado 1.600 soldados a la zona, seg¨²n el Departamento de Defensa. Ese despliegue hizo posibles im¨¢genes impactantes, como los reservistas de la Guardia Nacional destacados en las escalinatas del Monumento a Abraham Lincoln. Los Estados han declinado esa oferta y una docena de ellos ha optado por activar a la Guardia Nacional, que son los reservistas que dependen de los gobernadores.
Nueva York, con unos de los cuerpos de polic¨ªa municipales m¨¢s poderosos del mundo, no lo ha hecho. Trump lanz¨® este dardo a media tarde: ¡°?Nueva York, llama a la Guardia Nacional. La escoria y los perdedores te est¨¢n destrozando. ?Act¨²a r¨¢pido! No cometas el mismo error horrible y mortal que cometiste con las residencias de ancianos¡±, escribi¨® en Twitter, en referencia al gran n¨²mero de fallecidos por el coronavirus en este tipo de centros.
En paralelo a las protestas pac¨ªficas, grupos por todas las ciudades aprovechan el caos para provocar destrozos y saquear tiendas. La tensi¨®n entre los violentos y el resto de manifestantes fue evidente ante la Casa Blanca, donde un joven se subi¨® a un poste para arrancar la se?al¨¦tica de la calle y el p¨²blico le abuche¨® y le lanz¨® objetos al grito de ¡°protesta pac¨ªfica¡±.
Una multitud de manifestantes pac¨ªficos recorrieron las calles del sur de Manhattan, junt¨¢ndose unos con otros entre aplausos y proclamas, para recalar a media tarde en Union Square. Los saqueos de la noche del lunes, que se repitieron hasta bien entrada la madrugada, elevaron la presi¨®n al alcalde, Bill de Blasio, acusado de debilidad incluso por el tambi¨¦n dem¨®crata gobernador del Estado, Andrew Cuomo, con quien mantiene una relaci¨®n, cuando menos, fr¨ªa. Los agentes de polic¨ªa desplegados por todo Manhattan, que recib¨ªan ¨¢nimos de algunos de los manifestantes, aguantaba estoicamente las provocaciones e insultos de los m¨¢s agresivos.
A las ocho entr¨® en vigor el toque de queda, pero nadie pareci¨® darse por aludido. La protesta no tard¨® en calentarse y de pronto, a los pocos minutos, mientras la protesta bajaba por Broadway, unos alborotadores reventaron con un mazo el primer escaparate, el de un Gap semioculto bajo unos andamios. Varios j¨®venes entraron a la carrera y apenas se llevaron unos maniqu¨ªes que soltaron a pocos metros. ¡°?Alejaos de los saqueadores!¡±, ped¨ªan por los meg¨¢fonos.
A medida que ca¨ªa la noche y la marcha avanzaba por el sur de Manhattan, el tono se recrudeci¨®. Los v¨¢ndalos arrancaron los tablones de un Zara y empez¨® el pillaje. De la nada, llegaron media docena de agentes de polic¨ªa e inmovilizaron y esposaron a dos personas en el suelo. Grabados desde todos los ¨¢ngulos por tel¨¦fonos m¨®viles, mientras uno de los detenidos, un corpulento afroamericano, les llamaba ¡°escoria¡±, el escrutinio era m¨¢ximo en unas protestas desatadas tras la muerte de otro afroamericano en el suelo, asfixiado por un agente, en una detenci¨®n policial. Llegaron m¨¢s refuerzos y un mando empez¨® a alejar a gritos a los curiosos, record¨¢ndoles en vano que hab¨ªa un toque de queda.
El expresidente estadounidense republicano George W. Bush se desmarc¨® este martes del tono desafiante de Trump y, en un comunicado, defendi¨® la ¡°empat¨ªa¡± como respuesta a las protestas. Se?al¨® que tanto ¨¦l como su esposa, Laura Bush, se sent¨ªan ¡°perturbados por la injusticia y el miedo que asfixian¡± el pa¨ªs cuando vieron la muerte de George Floyd grabada en v¨ªdeo por viandantes, durante su brutal detenci¨®n. ¡°Es hora de que escuchemos. Es hora de que Estados Unidos examine sus fracasos y, mientras lo hacemos, tambi¨¦n veremos algunas de nuestras fortalezas", afirm¨® Bush. Familiares y amigos de Floyd, que ten¨ªa 47 a?os y trabajaba como vigilante de seguridad, celebraron este martes en Houston un homenaje al fallecido.
Los ?ngeles confirm¨® este martes que las manifestaciones no van a menos. Las calles de Hollywood vieron una de las manifestaciones m¨¢s numerosas de la ciudad en la ¨²ltima d¨¦cada, incluidas las que se han producido contra Trump en estos a?os. Miles de personas, lideradas sobre todo por j¨®venes estudiantes, marcharon entre los coches entre Hollywood y Sunset. Se trataba de varias manifestaciones distintas que se iban juntando y dividiendo. La gente empez¨® a concentrarse al mediod¨ªa, lo que daba amplio margen para hacerse o¨ªr antes del toque de queda de las 18:00, el tercero consecutivo.
El despliegue policial y militar segu¨ªa siendo masivo, pero algo hab¨ªa cambiado respecto a los d¨ªas anteriores. Las marchas tomaron las calles de forma pac¨ªfica y la polic¨ªa apenas hizo acto de presencia, m¨¢s all¨¢ de ir bloqueando bocacalles para dirigir la manifestaci¨®n. ¡°Esta es mi primera protesta esta semana, honestamente est¨¢bamos esperando a que se calmara un poco, porque hay muchos saqueadores y no estamos aqu¨ª para eso¡±, dec¨ªa Natasha Jennings, de 27 a?os. Portaba un cartel que dec¨ªa: ¡°Mat¨¢is a nuestros hombres negros y luego os burl¨¢is de nosotros por no tener padre¡±.
Esa ven¨ªa a ser la sensaci¨®n en la enorme manifestaci¨®n, la de que tanto los manifestantes como los polic¨ªas iban a hacer el esfuerzo, despu¨¦s de cinco d¨ªas de tr¨¢gica confusi¨®n, por distinguir a las bandas que est¨¢n aprovechando el l¨ªo en las calles para destrozar comercios. Pasadas las siete de la tarde, la polic¨ªa empez¨® a practicar detenciones pac¨ªficas de aquellos que permanec¨ªan en la calle en Hollywood y en el centro.
El alcalde de la ciudad, Eric Garcetti, pos¨® con la rodilla en el suelo junto a los manifestantes enfrente del Ayuntamiento, un gesto que est¨¢n repitiendo polic¨ªas y responsables locales por todo el pa¨ªs. Sin embargo, la actuaci¨®n de estos d¨ªas no ha contentado a todos. Una numerosa manifestaci¨®n de cientos de personas, sin embargo, esperaba al alcalde de la ciudad delante de su casa al caer la noche.
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