Olof Palme, caso cerrado: la Fiscal¨ªa identifica al asesino del primer ministro sueco
Suecia cierra el caso despu¨¦s de 34 a?os de investigaciones fallidas y se?ala a El Hombre de Skandia, muerto hace 20 a?os, como ¨²nico responsable del magnicidio del socialdem¨®crata
Suecia se ha despertado este mi¨¦rcoles pegada a la televisi¨®n. En una comparecencia hist¨®rica, el fiscal Krister Petersson ha revelado la identidad del que casi con toda seguridad asesin¨® en 1986 al primer ministro sueco, el socialdem¨®crata Olof Palme, a la edad de 59 a?os. Se trata del ciudadano sueco Stig Engstr?m, conocido como El Hombre de Skandia (por la empresa en la que trabajaba), que falleci¨® hace ya 20 a?os. Engstr?m fue en un primer momento testigo del caso y, despu¨¦s, sospechoso. Al haberse suicidado en el a?o 2000, las autoridades se ven incapaces de continuar con la investigaci¨®n y han decidido ponerle punto final. Tras 34 a?os de pesquisas, la sociedad sueca se queda ahora con la agridulce sensaci¨®n de que el caso est¨¢ cerrado, pero no aclarado.
¡°Hemos llegado lo m¨¢s lejos que hemos podido¡±, ha dicho Petersson en una comparecencia virtual ¨Ca causa de la prohibici¨®n de reuniones de m¨¢s de 50 personas para prevenir los contagios de coronavirus¨C que ha sido seguida en directo por m¨¢s de medio millar de periodistas en diferentes pa¨ªses al estar interpretada en ingl¨¦s. El asesinato de Palme, un hombre controvertido, defensor de los derechos humanos e inc¨®modo para muchos Gobiernos a los que critic¨® abierta y duramente ¨Ccomo al de Estados Unidos por la intervenci¨®n en la guerra de Vietnam; al sudafricano por el r¨¦gimen del apartheid contra la mayor¨ªa negra; y a la dictadura franquista, entre otros¨C, represent¨® un trauma para Suecia y conmocion¨® a toda la socialdemocracia europea la noche del 28 de febrero de 1986. Palme, primer ministro de Suecia entre 1969 y 1976 primero, y entre 1982 y 1986 despu¨¦s, muri¨® antes de entrar en el hospital en la madrugada del 1 de marzo.
Pese a que los investigadores no han sido espec¨ªficos a la hora de desvelar el m¨®vil del asesinato, se sabe que Engstr?m, de padres suecos pero nacido en la India en 1934, hab¨ªa mostrado su rechazo al discurso pol¨ªtico progresista de Palme d¨ªas antes de pegarle dos tiros por la espalda. Los investigadores han se?alado que los testimonios de algunos testigos han sido ¡°de gran importancia¡± para acabar responsabilizando, ya definitivamente, a El Hombre de Skandia. Las declaraciones de esos testigos han insistido durante a?os en que un hombre con abrigo oscuro y sombrero se esfum¨® de la escena del crimen por unas escaleras aquella fr¨ªa noche. Engstr?m estuvo ese viernes del crimen hasta tarde en la oficina en la que trabajaba como dise?ador gr¨¢fico, seg¨²n las im¨¢genes recogidas por las c¨¢maras del edificio. Eso le dijo tambi¨¦n a su esposa ya que al d¨ªa siguiente, s¨¢bado, se iba a esquiar y no pudo preparar el viaje. Poco antes de la hora del asesinato, el sospechoso sali¨® del edificio de Skandia vistiendo precisamente un abrigo oscuro y un sombrero, tal como aparece en las im¨¢genes de prensa de aquellos a?os. ¡°Se dirig¨ªa al metro¡±, han sentenciado los investigadores. Justo el mismo camino que Palme y su esposa Lisbet recorrieron ¨Csin guardaespaldas¨C aquel d¨ªa, despu¨¦s de ver la pel¨ªcula Los hermanos Mozart en el Grand Cinema de Estocolmo.
El fiscal Petersson, fr¨ªo, tranquilo y bastante impasible pese a la expectaci¨®n que hab¨ªa despertado su comparecencia, sostiene como prueba del asesinato que Engstr?m tuvo acceso a un rev¨®lver del mismo tipo y modelo con el que Palme fue tiroteado: un Magnum .357 Smith&Wesson. Pese a las ¨²ltimas conjeturas en redes sociales y en la prensa local ¡ªque se a?aden a la largu¨ªsima lista de hip¨®tesis y teor¨ªas conspirativas que acarrea el caso Palme¡ª, el fiscal ha insistido este mi¨¦rcoles varias veces en que, despu¨¦s de 34 a?os, el arma sigue en paradero desconocido.
Otro indicio, quiz¨¢s m¨¢s llamativo que el de la pistola, es la revelaci¨®n de que Engstr?m era miembro de un club de tiro, seg¨²n el fiscal. Las autoridades est¨¢n pr¨¢cticamente seguras de que ¨¦l no era el propietario de la ya m¨ªtica Magnum .357 Smith&Wesson, pero que ¡°alguien en su vecindario¡± de Estocolmo ten¨ªa una habitaci¨®n de su casa ¡°llena¡± de pistolas y que una de ellas coincide con el calibre utilizado para matar a Palme. Engstr?m ¡°ten¨ªa una [pistola] que parece que coincide con la del crimen¡±, ha dicho Petersson. ¡°Creemos que Engstr?m llevaba consigo una pistola aquella noche¡±, ha a?adido.
El Hombre de Skandia era ya un viejo conocido, pues fue ¨¦l mismo qui¨¦n a la ma?ana siguiente llam¨® a la polic¨ªa para avisar de que ¨¦l fue a la escena del crimen para socorrer a Palme y que estaba preocupado por que le pudieran confundir con el asesino. Tras a?os de estudio milim¨¦trico y de vaivenes en la investigaci¨®n, Petersson ha podido confirmar que la versi¨®n que dio Engstr?m como testigo primero, y sospechoso despu¨¦s, no coincide con la informaci¨®n que revelan las c¨¢maras de seguridad de su empresa, la declaraci¨®n de su esposa y varios testimonios de otros testigos.
Las esperanzas de que el enigma se iba a resolver hoy eran alt¨ªsimas en el pa¨ªs escandinavo de alrededor de 10 millones de habitantes, pero han resultado en un ¡°anticl¨ªmax¡±, describe por correo electr¨®nico Ulf Bjereld, reputado polit¨®logo de la Universidad de Gotemburgo y simpatizante del Partido Socialdem¨®crata, la formaci¨®n de Palme. ¡°Las expectativas de que el fiscal iba a presentar pruebas nuevas y sustantivas eran altas. Pero no, no hab¨ªa arma homicida, ni ADN, ni confesi¨®n, ni nuevos testimonios cruciales¡±, resume. ¡°S¨ª, Stig Engstr?m es realmente un sospechoso. Pero no hay evidencia clara de que ¨¦l tambi¨¦n sea el asesino¡±, opina. El actual primer ministro, el tambi¨¦n socialdem¨®crata Stefan L?fven, espera que con esta ¨²ltima comparecencia de los investigadores se cierre la herida que el asesinato de Palme supuso para la sociedad sueca, recoge Reuters. Aunque reconoce que hubiera sido m¨¢s deseable obtener evidencias m¨¢s determinantes sobre el caso. Martin, uno de los hijos de Palme y Lisbet, cree que el resultado de la investigaci¨®n es ¡°correcto¡±, pero tambi¨¦n reconoce que no hay una certeza absoluta que vincule a Engstr?m con el crimen, seg¨²n la radio sueca.
El caso queda hoy, tras 12.522 d¨ªas de misterio, cerrado, y el ¨²nico responsable, El Hombre de Skandia, ya no puede ser juzgado pese al ¨¢nimo del fiscal Petersson, que reabri¨® el caso en 2017, de arrojar un poco de luz en un magnicidio equiparado al del m¨ªtico presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, en 1963.
Investigaci¨®n
Varios tertulianos pol¨ªticos y algunos medios suecos hab¨ªan avivado estos d¨ªas el debate previo a una comparecencia oficial que ahora pone fin a 34 a?os de una investigaci¨®n llena de descuidos y torpezas. Por ejemplo, no se acordon¨® con suficiente rapidez la escena del crimen, que fue contaminada; una de las dos balas fue hallada por una persona ajena a la investigaci¨®n, entre otros descuidos.
La v¨ªa de investigaci¨®n que iba tomando m¨¢s fuerza era la sudafricana. Palme era un hombre abiertamente cr¨ªtico con el r¨¦gimen del apartheid y una semana antes de su muerte no solo pidi¨® su abolici¨®n, sino que mostr¨® su apoyo al Congreso Nacional Africano. ¡°Apoyaba a los pa¨ªses del tercer mundo y su derecho a la independencia¡±, recuerda Bjereld. Pero el fiscal ha sido contundente: ¡°No hay nada espec¨ªfico. Desafortunadamente no hay pruebas suficientes [para inculpar a los servicios secretos de Sud¨¢frica]¡±.
Palme era inc¨®modo, incluso polarizador, recuerda el polit¨®logo. ¡°Mucha gente lo amaba, algunas personas lo odiaban. Era muy inteligente, un excelente ret¨®rico y su lenguaje pol¨ªtico era muy ideol¨®gico¡±. Por eso, desde el principio, las hip¨®tesis sobre la autor¨ªa -material e intelectual- se multiplicaron. El partido kurdo PKK, el KGB (servicios secretos sovi¨¦ticos), Yugoslavia y hasta la CIA (servicios secretos de EE UU). Incluso un delincuente com¨²n, Christer Pettersson, pas¨® unos meses en la c¨¢rcel, pero fue liberado por falta de pruebas. Meses despu¨¦s, qued¨® en libertad por falta de pruebas. Todos hab¨ªan sido sospechosos alguna vez de estar detr¨¢s de un magnicidio que conmocion¨® a la sociedad europea de finales del siglo pasado. ¡°Las especulaciones continuar¨¢n, pero a nivel social creo que habr¨¢ una aceptaci¨®n de que ahora sabemos lo que es posible que sepamos y que tal vez nunca obtengamos la respuesta absoluta sobre la pregunta sobre qui¨¦n mat¨® a Olof Palme¡±, sentencia Bjereld.
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