Saad Hariri: ¡°En L¨ªbano, uno teme por su vida cada d¨ªa¡±

Saad Hariri (Riad, 50 a?os) es un dirigente con siete vidas pol¨ªticas. Ha ocupado el cargo de primer ministro de L¨ªbano en dos ocasiones; la primera, entre 2009 y 2011, y la segunda, desde diciembre de 2016 hasta que el pasado octubre anunci¨® su dimisi¨®n, que se hizo efectiva en enero. Lo hizo 13 d¨ªas despu¨¦s del estallido de las protestas populares que, incluso en tiempos de pandemia, ocupan las calles para exigir la renuncia de la clase pol¨ªtica dirigente, a la que acusan de haber saqueado las arcas de un pa¨ªs hoy al borde del colapso econ¨®mico. Rechazan, adem¨¢s, el reparto del poder sobre la base de cuotas confesionales -hay 18 oficiales en L¨ªbano-. La ira de los ciudadanos aumenta conforme el nuevo Gobierno se muestra incapaz de imponer reformas tangibles, alimentando los enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden que ya han dejado un muerto y m¨¢s de un millar de heridos. En los choques callejeros tambi¨¦n se han atacado seguidores de los partidos tradicionales, lo que hace temer un conflicto sectario.

Durante su ¨²ltimo mandato, el primer ministro renunci¨® brevemente al cargo en noviembre de 2017 desde Riad, la capital de Arabia Saud¨ª. En el opaco y rocambolesco episodio, los libaneses plantaron cara al pulso saud¨ª por la influencia en el pa¨ªs y exigieron el retorno de Hariri. Este evita pronunciarse sobre el asunto. L¨ªder del partido El Futuro, el ahora diputado encabeza la oposici¨®n a un Gobierno formado a principios de a?o por el t¨¢ndem chi¨ª Amal-Hezbol¨¢ y su aliado cristiano, el Movimiento Patri¨®tico Libre. Interlocutor privilegiado de cara a la comunidad internacional, ha heredado igualmente el liderazgo de la comunidad sun¨ª libanesa de su padre Rafik Hariri, tambi¨¦n ex primer ministro, asesinado a los 60 a?os en un atentado con coche bomba en 2005 en Beirut. Sus seguidores responsabilizan a Damasco del magnicidio. Aquel suceso parti¨® el espectro pol¨ªtico liban¨¦s, con dos bloques opuestos y con Siria de tel¨®n de fondo. Una l¨ªnea divisoria que deja a un lado a la chi¨ª Hezbol¨¢, que ha luchado junto a Bachar el Asad, y al otro a sus detractores sun¨ªes -los partidos cristianos quedaron divididos-.

El pasado 17 de junio, el convoy en el que viajaba Hariri por la regi¨®n oriental del valle de la Bekaa sufri¨® un ataque fallido con un misil. El incidente, a¨²n por aclarar, se produjo en un momento en que el ex primer ministro estaba subiendo el tono contra el Ejecutivo actual. Con el pa¨ªs sumido en la inestabilidad econ¨®mica y social, numerosas voces pol¨ªticas claman por su regreso a la cabeza de un nuevo Gobierno. Hariri recibi¨® este mi¨¦rcoles a EL PA?S en su casa de Beirut para una de las pocas entrevistas que ha concedido a medios occidentales.

Pregunta. Esta semana se revel¨® que el convoy en el que viajaba en la regi¨®n de la Bekaa sufri¨® un ataque. ?Hay nuevos datos en la investigaci¨®n?

Respuesta. La investigaci¨®n sigue abierta, por lo que no puedo darle respuestas espec¨ªficas. Es cierto que se encontraron restos de un misil a unos 500 metros de mi convoy, aunque este qued¨® intacto.

P. ?Teme por su vida?

R. Aqu¨ª, en L¨ªbano, uno teme por su vida cada d¨ªa. Despu¨¦s del asesinato de mi padre, es algo que sobra mencionar. Por eso no me muevo mucho ahora y me quedo en casa.

P. ?Se encamina L¨ªbano hacia una guerra civil?

R. Creo que L¨ªbano est¨¢ pasando por el peor momento econ¨®mico de su historia y que la gente seguir¨¢ manifest¨¢ndose contra el Gobierno. Veremos cierta inestabilidad, pero dudo que se llegue a una situaci¨®n de hambruna como dicen alguno s. Es una crisis similar a la que vivi¨® Grecia, y L¨ªbano necesita reformas. Yo sab¨ªa que llegar¨ªamos a este punto, pero si se hubieran implementado reformas antes no estar¨ªamos en la situaci¨®n actual. Los libaneses son un pueblo muy resiliente y este pa¨ªs ha atravesado una guerra civil [1975-1990] y la gente no quiere volver a eso. Todos los partidos pol¨ªticos saben que esa es una l¨ªnea roja que nadie quiere cruzar, por eso el Gobierno necesita hacer algo y hacerlo r¨¢pido.

P. ?Cu¨¢les son los pasos que debe tomar el Gobierno para mitigar la crisis?

R. La crisis a la que se enfrenta L¨ªbano es grave y multifac¨¦tica. Es cierto que todas las opciones pol¨ªticas son dolorosas, pero conf¨ªo en que existe una salida a la crisis. El foco deber¨ªa centrarse principalmente en recuperar la confianza para estabilizar la situaci¨®n y, en una etapa posterior, abordar los desequilibrios macro y garantizar los requisitos necesarios para una recuperaci¨®n s¨®lida. Esto requiere primero desarrollar un plan integral que aborde todos los aspectos de la crisis. Segundo, asegurar un fuerte apoyo dom¨¦stico en torno al plan a trav¨¦s de amplias consultas con todas las partes interesadas. Tercero, comprometerse con el Fondo Monetario Internacional [FMI] para elaborar un programa adaptado a las especificidades de L¨ªbano. Y cuarto, garantizar un paquete considerable de asistencia externa de pa¨ªses donantes e instituciones financieras internacionales.

P. ?Existe un di¨¢logo con el Gobierno actual?

R. La mayor parte del trabajo que estamos haciendo como oposici¨®n es en el Parlamento. Cuando vemos algo positivo, como es el caso ahora con el trabajo del comit¨¦ financiero, surge una buena colaboraci¨®n. Mi postura es que apoyaremos todo lo que consideremos positivo para el pa¨ªs. Lo que queremos es salvar el pa¨ªs, desde dentro o fuera del Gobierno. Si proponen un buen programa para L¨ªbano, lo avalaremos. El problema es que [Amal-Hezbol¨¢ y el Movimiento Patri¨®tico Libre] se est¨¢n peleando y son incapaces de fijar un programa.

P. ?Cree que Hezbol¨¢ obstaculiza las reformas econ¨®micas en L¨ªbano? As¨ª lo ha defendido en recientes declaraciones la embajadora de EE UU en L¨ªbano, Dorothy Shea.

R. No voy a comentar la posici¨®n de Estados Unidos sobre L¨ªbano. Pero hay que entender que un 60% de la gente ha votado por ellos [por el partido-milicia chi¨ª Hezbol¨¢, al que Washington considera terrorista] y esto es una democracia. No se puede negar su presencia, no se pueden negar sus votos en el Parlamento. No compartimos su estrategia regional. No creemos que sea positivo para el inter¨¦s nacional de L¨ªbano y lo que est¨¢ ocurriendo hoy es lo que tem¨ªamos: haber colocado al pa¨ªs en una situaci¨®n en la que la comunidad internacional se va a enfocar en L¨ªbano y en Ir¨¢n. Y por eso estamos como estamos ahora. L¨ªbano est¨¢ sufriendo por esa pol¨ªtica regional.

P. ?Puede realmente L¨ªbano alejarse de las habituales injerencias extranjeras? Tanto por parte de Ir¨¢n y Siria como de Estados Unidos, Francia y Arabia Saud¨ª.

R. Francia no interfiere en L¨ªbano, organiz¨® la conferencia de [donantes] Cedres [en 2018] para el beneficio de los libaneses y ha mantenido una postura positiva. EE UU ha ayudado al Gobierno liban¨¦s y Arabia Saud¨ª es el mayor inversor en L¨ªbano, pero nunca han interferido en c¨®mo manejar el pa¨ªs. Lo mismo que Espa?a, pa¨ªs y pueblo que consideramos muy cercano a los libaneses y al que le estamos muy agradecidos por su apoyo, tanto con el despliegue de los soldados de Unifil [Fuerza Interina de Naciones Unidas para L¨ªbano, en la frontera sur con Israel], como de la ayuda humanitaria a los refugiados sirios [1,5 millones, lo que equivale al 25% de la poblaci¨®n local], porque de no existir esa ayuda, la crisis econ¨®mica actual ser¨ªa notablemente peor. El problema que sufre L¨ªbano es la guerra regional y est¨¢ pagando el precio por ello.

P. ?Repercutir¨¢n en L¨ªbano las nuevas sanciones econ¨®micas impuestas por EE UU a Siria a trav¨¦s de la conocida como ley C¨¦sar?

R. Como cualquier otro pa¨ªs del mundo, L¨ªbano tendr¨¢ que elegir entre respetar la ley C¨¦sar para evitar las sanciones de Estados Unidos o aceptarlas. Personalmente, creo que nuestra econom¨ªa y nuestra situaci¨®n no pueden sufrir m¨¢s sanciones. Por otro lado, al igual que con otros paquetes de medidas restrictivas, se establece un procedimiento para exenciones y depende del Gobierno liban¨¦s exponer su caso para evitar las sanciones.

P. ?Se arrepiente de haber dimitido?

R. No, creo que es lo que los manifestantes quer¨ªan. Esto es una democracia y tendremos elecciones antes o despu¨¦s. Son los votos los que cuentan y creo sinceramente que lo que hice era necesario porque nadie [por los pol¨ªticos] quer¨ªa comprender la gravedad de la crisis. Pretend¨ªan seguir trabajando en la misma vieja forma de siempre y no se puede resolver una crisis sin salirse del pensamiento convencional. Los 90.000 millones de d¨®lares [80.000 millones de euros de deuda p¨²blica que acumula L¨ªbano] que el Ejecutivo se ha gastado no son culpa del Banco Central o de los bancos privados, es la culpa del Gobierno y no de la gente. La lectura que hicieron fue completamente err¨®nea y por eso hoy se prolonga la crisis. As¨ª que no, no me arrepiento.

P. ?Se espera un regreso de Saad Hariri como primer ministro?

R. No en el corto plazo, no lo creo... Al menos no hasta que se cumplan las condiciones que todos conocen para que exista una esperanza de recuperaci¨®n econ¨®mica y se le d¨¦ al pueblo de L¨ªbano lo que realmente quiere: una reforma real y una oportunidad para la dignidad nacional, social y personal. En cuanto a lo que pueda deparar el futuro a largo plazo ?Qui¨¦n sabe?