Claudia L¨®pez: ¡°Es un milagro que sea alcaldesa. Soy hija de maestra, mujer y lesbiana¡±
La regidora de Bogot¨¢ defiende su gesti¨®n de la pandemia, explica sus desencuentros con el presidente Iv¨¢n Duque y promueve la renta b¨¢sica de la capital colombiana
Claudia L¨®pez (Bogot¨¢, 1970) tom¨® posesi¨®n en enero como alcaldesa de Bogot¨¢ cuando a¨²n resonaban las cacerolas como parte de la ola de protestas contra el Gobierno de Iv¨¢n Duque que sacudieron Colombia a finales de 2019. Su victoria como primera mujer elegida en las urnas para gobernar la capital apunta a un cambio de ciclo en la pol¨ªtica colombiana, tras medio siglo de conflicto armado, y hacer avanzar hacia una ciudad m¨¢s amable, incluyente y sostenible. La pandemia ha trastocado su agenda pol¨ªtica pero ha convertido en protagonista de la in¨¦dita crisis sanitaria a la combativa exsenadora del partido progresista Alianza Verde. La gesti¨®n del coronavirus ha sido escenario de un choque de estilos y liderazgos entre L¨®pez y Duque. La capital, con m¨¢s de siete millones de habitantes, acumula un tercio de los m¨¢s de 300.000 casos detectados en Colombia.
Pero los retos de la regidora van m¨¢s all¨¢. Estar al frente de Bogot¨¢ significa ocupar el segundo puesto en relevancia pol¨ªtica despu¨¦s de la presidencia. Por eso tambi¨¦n su victoria el pasado octubre fue un hito. Defensora de los acuerdos de paz con las FARC, luchadora por los derechos LGTBI, feminista, se define de centroizquierda y en esta entrevista con EL PA?S resalta las condiciones que la llevaron a ganar. ¡°En el contexto de Colombia hay barreras muy dif¨ªciles de superar. Lo que es un milagro es que est¨¦ aqu¨ª en la alcald¨ªa. Yo vengo de abajo, soy hija de una maestra, soy mujer y soy lesbiana¡±, afirma.
Pregunta. Usted reconoc¨ªa en su discurso de posesi¨®n que se dispon¨ªa a gobernar una ciudad distinta a la que la eligi¨®. ?C¨®mo cambia la crisis del coronavirus los objetivos de su mandato?
Respuesta. Gan¨¦ en una ciudad en octubre de 2019, tom¨¦ posesi¨®n en otro pa¨ªs en enero de 2020 y estoy gobernando en otro mundo en junio de 2020. Esa ha sido la magnitud del cambio. Ha sido un desaf¨ªo enorme, emocional y gubernamental. Como todo desaf¨ªo, trae problemas, pero tambi¨¦n muchas oportunidades. La cabeza fr¨ªa que hay que tener en este momento es justamente para no dejarse llevar por los problemas y no dejar de ver las oportunidades que tambi¨¦n a corto y largo plazo esto nos est¨¢ trayendo. Yo le propuse a Bogot¨¢ un nuevo contrato social y ambiental del siglo XXI, que nos propusi¨¦ramos cerrar las brechas de inequidad, y sobre todo ofrecerles a los j¨®venes y a las mujeres un proyecto de vida digno y una ciudad que no contribuyera a destruir el planeta. ?De eso qu¨¦ ha cambiado? Nada. La pandemia lo que dijo fue que ese era el rumbo, pero ahora toca hacerlo m¨¢s r¨¢pido y en circunstancias m¨¢s adversas.
P. ?Por ejemplo?
R. Bogot¨¢ propuso crear una renta b¨¢sica, constante, para ayudar a las familias de pobreza extrema. Nos toc¨® implementarla en tres meses. Bogot¨¢ mandaba transferencias monetarias a unos 5.000 hogares y hoy son 558.000 hogares. Les identificamos, caracterizamos por pobreza y les bancarizamos y ya vamos por la tercera transferencia, todo en cinco meses. Lo que ¨ªbamos a hacer en unos a?os nos toc¨® hacerlo en semanas. Y ahora nuestro sello verde va a estar a prueba. Con tal presi¨®n para la reactivaci¨®n econ¨®mica, tenemos que lograr hacerla sin volver a la normalidad de la contaminaci¨®n; reactivarnos, generar crecimiento y empleo, pero con sostenibilidad.
P. Usted ha apuntado que este no es un momento para la austeridad.
R. La ortodoxia de la austeridad matar¨ªa el poco ¨¢nimo que le queda a esta sociedad para salir adelante y la poca gasolina que tiene para volver a arrancar. Evidentemente la econom¨ªa privada se va a caer, pero en ese momento lo ¨²nico que queda es la innovaci¨®n y la capacidad del sector p¨²blico para salir a echar la maquina a andar otra vez. Este no es el momento de la austeridad ni la ortodoxia. Este es el momento en el que hay que tener keynesianismo inteligente, sostenible y transparente.
P. Bogot¨¢ acoge al menos 350.000 venezolanos. ?C¨®mo integrarlos a ese nuevo contrato social que propone?
R. Yo me paso mis d¨ªas tratando de convencer a migrantes que me encuentro en la calle de que no se devuelvan para Venezuela. El nivel de riesgo que corren en esa traves¨ªa es enorme. Aqu¨ª nos cuidaremos entre todos de alguna manera. Nosotros a la poblaci¨®n migrante no le podemos girar la renta b¨¢sica, porque el primer requisito es tener ciudadan¨ªa. Los hemos tenido que apoyar en especie y ah¨ª el trabajo con Acnur y el Gobierno nacional ha sido clave. La ¨²nica manera de integrar a alguien es tratarlo con igualdad. Eso es en lo que hay que perseverar.
P. El alcalde de Medell¨ªn, Daniel Quintero, dio positivo la semana pasada por coronavirus. ?Teme contagiarse?
R. No temo, pero es una posibilidad con la que hay que contar. A todos nos va a pasar en alg¨²n momento, el coronavirus es un ruleta muy dif¨ªcil. Ocho de cada diez que se van a contagiar lo van a superar sin mayor problema. Pero hay dos de cada diez que van a tener una situaci¨®n dif¨ªcil, y uno puede tener una situaci¨®n grave. No se sabe qui¨¦n es el ocho y qui¨¦n es el uno. Yo tomo todas las precauciones, pero nosotros no podemos parar. Al contrario, este es el momento en que la ciudadan¨ªa m¨¢s necesita a sus alcald¨ªas. El Gobierno nacional no sabe qu¨¦ es poner una cama, atender a un paciente, tomar una muestra.
P. ?Ha visto a su mam¨¢ en estos meses?
R. No la puedo ver, tiene 70 a?os. Me duele much¨ªsimo, pero es el sacrificio que todos tenemos que hacer en este momento.
P. Tanto la Alcald¨ªa como el Gobierno se han rodeado de cient¨ªficos y epidemi¨®logos. ?C¨®mo se explican los desencuentros p¨²blicos que han sostenido, ese aparente choque de enfoques?
R. Porque tenemos visiones y funciones distintas, y tomamos riesgos distintos. El presidente prioriza la reactivaci¨®n de la econom¨ªa y yo priorizo la salud. As¨ª como el presidente no tiene que tomar una prueba, atender un paciente o abrir un hospital, pues esas no son funciones del Gobierno nacional, yo no manejo la macroeconom¨ªa, eso le toca a ¨¦l. Y en raz¨®n a nuestras funciones, nuestras prioridades son distintas. No es un problema de necedad. El costo econ¨®mico, social y de salud que vive esta ciudad si abre mal es enorme. No por mucho correr amanece m¨¢s temprano. Esto hay que hacerlo al ritmo que el coronavirus nos pone, porque desobedecerlo es poner la vida de la gente en riesgo.
P. Esa ha sido solo una de las diferencias.
R. La otra es que en este pa¨ªs est¨¢n acostumbrados a que a Bogot¨¢ solo le exprimen, y no le dan. La tratan como una vaca lechera. Y eso conmigo se acab¨®. Este sistema pol¨ªtico funciona sobre la base de la pleites¨ªa y el clientelismo con el presidente, y yo ni pleites¨ªa ni clientelismo. Nosotros aportamos plata y nos tienen que devolver unos bienes. Punto. Esas han sido las dos fuentes de controversia. Y yo creo que las dos se han resuelto bien, institucionalmente se han tomado decisiones correctas. Lo otro es un tema de estilo de liderazgo. Hoy el presidente se precia internacionalmente de la estrategia que sigui¨® Colombia, pero el pa¨ªs sabe que cuando hab¨ªa que cerrar, ¨¦l no quer¨ªa. Cuando hab¨ªa que abrir despacio, ¨¦l no quer¨ªa. Sabemos desde el d¨ªa uno que mientras no haya vacuna va a tener que haber un acorde¨®n: periodos en los que cerramos para cuidar y construir capacidad, y periodos en los que abrimos para usar esa capacidad.
P. ?Siente que la gesti¨®n de la crisis la ha fortalecido como una figura nacional?
R. Yo no creo. Es la alcald¨ªa de Bogot¨¢ lo que tiene notoriedad nacional. Lo que ha ocurrido es que la pandemia ha puesto de protagonistas muy relevantes a todos los alcaldes. Este pa¨ªs no hab¨ªa visto tantas veces a los alcaldes de Barranquilla, Santa Marta, Medell¨ªn y Cali en los medios como en esta pandemia. ?Qui¨¦n cuida a la gente de cada ciudad? Su alcalde, esa es su funci¨®n. Han convergido las dos cosas.
P. Sus desacuerdos le han valido tanto elogios como cr¨ªticas, que suelen tener su origen en el partido de Gobierno, el Centro Democr¨¢tico. En el otro extremo, los sectores de izquierda afines al exalcalde Gustavo Petro tambi¨¦n la critican. ?Esas cr¨ªticas ser¨ªan igual de feroces con otro alcalde?
R. Obvio que no. En el contexto de Colombia hay barreras muy dif¨ªciles de superar, para salir adelante en la vida, ni qu¨¦ decir en la pol¨ªtica. Lo que es un milagro es que est¨¦ aqu¨ª en la alcald¨ªa. Yo vengo de abajo, soy hija de una maestra, soy mujer y soy lesbiana. Lo ¨²nico que me hace falta es ser afro o ind¨ªgena para tener las cinco barreras que hubieran hecho m¨¢s o menos imposible llegar a este cargo. ?Por qu¨¦ es tan dif¨ªcil llegar hasta aqu¨ª? Porque la resistencia que eso genera es enorme. En este pa¨ªs hay machismo, clasismo, hay homofobia. Yo represento un proyecto pol¨ªtico de centroizquierda en un pa¨ªs de mayor¨ªas nacionales conservadoras.
P. ?Le preocupa que la polarizaci¨®n le quite margen de maniobra?
R. La ra¨ªz de esas cr¨ªticas de la extrema izquierda y la extrema derecha no es por los desencuentros en el manejo de la pandemia. Es porque esos todav¨ªa no superan el hecho de que una mujer, de abajo, de centroizquierda, derrot¨® al poder pol¨ªtico que se cree el epicentro de esta sociedad. Ese es un duelo que ninguno de los dos extremos ha superado. Nuestra gobernabilidad est¨¢ en perseverar entre ambos. Gracias a eso ganamos.
P. En un contexto de confinamientos y facultades extraordinarias para los Gobiernos, nacionales y locales, ?c¨®mo controlar el abuso, los excesos policiales y la tentaci¨®n autoritaria?
R. Una de las cosas desafortunadas de esta pandemia es que los alcaldes hemos tenido que decirle a la gente c¨®mo se tiene que comportar. Poni¨¦ndoles reglas y cambi¨¢ndoselas todo el tiempo, sacando un decreto cada 15 d¨ªas diciendo qui¨¦n puede salir y qui¨¦n no, a qu¨¦ horas, qui¨¦nes deben quedarse en casa. Yo creo que m¨¢s que autoritario es invasivo y odioso.
P. Parece previsible imaginar que el malestar social de las movilizaciones del a?o pasado se va a reactivar con la crisis.
R. Los factores de insatisfacci¨®n van a crecer. Esta ciudad estaba decidida a no aceptar el statu quo, la inequidad y la insostenibilidad como factores con el que hay que vivir y aceptar. Los j¨®venes sobre todo estaban decididos a no aceptarlo. A m¨ª eso no me parece un problema, me parece buen¨ªsimo. Yo soy una de esas marchantes y eso sigue ah¨ª pero con factores que lo profundizan: menos crecimiento, m¨¢s desempleo y m¨¢s pobreza.
Lo otro son las ofertas pol¨ªticas para canalizar ese desencanto. Yo dir¨ªa que va a haber dos tipos: los pir¨®manos y los jardineros. Y los va a haber de izquierda y de derecha, no es un problema ideol¨®gico. Los pir¨®manos van a decir que es el momento de derribar el sistema. Y los jardineros que es momento de unirnos, de acci¨®n colectiva, de rescatar lo que funciona, de pragmatismo, de convocar. Ambos van a producir cambios profundos, pero por v¨ªas y costos muy distintos. Mi esfuerzo, y el de los que estamos en el centro, es ser jardineros.
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