¡°Para los migrantes venezolanos el r¨¦gimen es una tragedia¡±
Felipe Mu?oz, el saliente gerente del Gobierno de Colombia para atender la frontera con Venezuela, se?ala que las condiciones en las que la gente huye del pa¨ªs vecino son cada vez son peores
Hace tiempo que la migraci¨®n desde Venezuela no es una crisis temporal, sino un reto para el desarrollo de Colombia en la pr¨®xima d¨¦cada, valora Felipe Mu?oz (Bogot¨¢, 1970), el encargado de gestionar desde hace dos a?os y medio uno de los mayores flujos de personas en el mundo. Con ese bagaje, el saliente gerente para la frontera del Gobierno colombiano de Iv¨¢n Duque se prepara para mudarse a Washington, donde asumir¨¢ como jefe de la Unidad de Migraci¨®n del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
¡°La sociedad colombiana no puede olvidar que fuimos y seguimos siendo migrantes¡±, destaca en esta entrevista, concedida por videoconferencia el pasado jueves desde su despacho en la Casa de Nari?o, la sede del Ejecutivo colombiano. Millones de colombianos se afincaron a finales del siglo pasado en Venezuela, Ecuador, Espa?a o Estados Unidos. ¡°La historia cambi¨® r¨¢pido, les toc¨® ahora a los venezolanos¡±, apunta uno de los mayores conocedores de la di¨¢spora que ha salido empujada por la profunda crisis econ¨®mica, pol¨ªtica y social del otro lado de una porosa l¨ªnea lim¨ªtrofe de m¨¢s de 2.200 kil¨®metros.
Pregunta. Usted ha estado dedicado a atender uno de los flujos de personas m¨¢s grandes del mundo. ?C¨®mo dimensionar el ¨¦xodo venezolano?
Respuesta. Los n¨²meros son claros: 5,2 millones de personas seg¨²n cifras de Naciones Unidas han salido de Venezuela en los ¨²ltimos cuatro a?os. Hoy es el segundo ¨¦xodo m¨¢s grande del mundo despu¨¦s del sirio, pero adem¨¢s en muy corto tiempo. Y las condiciones en las cuales la gente est¨¢ huyendo de Venezuela cada vez son peores. En n¨²meros es el m¨¢s grande de la regi¨®n en nuestra historia, pero hoy ya es un tema de ranking internacional.
P. Antes de la pandemia, los desplazados de Venezuela se encaminaban a superar en n¨²mero este a?o a los de Siria.
R. Sin pandemia se pod¨ªa proyectar, obviamente la covid-19 ha generado con el cierre de la frontera que hizo Colombia una disminuci¨®n dram¨¢tica en el flujo de personas que se han movido. Los migrantes venezolanos en Colombia siguen estando un poco por debajo de 1,8 millones, eso es el 35% de todos los que han salido de Venezuela. Hace cinco a?os hab¨ªa 140.000 extranjeros en Colombia, de todas las nacionalidades. Ha crecido m¨¢s de 12 veces el n¨²mero solo para una nacionalidad, y eso dimensiona el tama?o del ajuste que tuvo que hacer el Estado colombiano para recibirlos.
P. ?Cu¨¢nto dinero requiere una emergencia de este tipo? Son cifras que desbordan la capacidad individual de respuesta de cualquier pa¨ªs sudamericano.
R. Incluso en pa¨ªses desarrollados, cuando lleg¨® el pico de la crisis europea de refugiados en 2015 eran unas cifras en Alemania de poco m¨¢s de un mill¨®n y gener¨® toda una circunstancia de presi¨®n. Imagine en un pa¨ªs como Colombia. Hay varios estudios ¨Cdel Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial¨C que dicen que el costo de atender de manera integral toda esa migraci¨®n puede estar alrededor de 0,35 al 0,6 del PIB anual para Colombia. No solo son los 1,8 millones de migrantes, tambi¨¦n 500.000 retornados colombianos adicionales de primera y segunda generaci¨®n que volvieron. Eso es m¨¢s o menos 1,3 billones de d¨®lares al a?o. Lo que hemos recibido en cooperaci¨®n internacional, que ha sido muy importante, son m¨¢s o menos 487 millones en los ¨²ltimos tres a?os. Lo que la cooperaci¨®n ha dado alcanza a cubrir el 12% de lo que realmente se requerir¨ªa. Aqu¨ª ha habido un esfuerzo muy importante del presupuesto de los colombianos.
P. Cerca de 100.000 venezolanos han retornado en medio de la pandemia. ?El coronavirus va a detener el flujo migratorio?
R. La poblaci¨®n vulnerable que se ha devuelto, sin que eso sea la voluntad del Gobierno, es un grupo que representa un poco m¨¢s del 4% del total de la migraci¨®n. Quienes piensan que este tema de retornados es un cambio en la tendencia migratoria est¨¢n equivocados. M¨¢s del 96% de la migraci¨®n est¨¢ ahora en Colombia y se va a quedar por un tiempo prolongado as¨ª haya un cambio ma?ana en la situaci¨®n en Venezuela. Adem¨¢s de las restricciones en la frontera para su ingreso por parte del r¨¦gimen, muchos se han encontrado con condiciones que no son ¨®ptimas. Y ya empezamos a ver un reflujo migratorio de algunas personas que est¨¢n volviendo. El grueso de la migraci¨®n se queda en Colombia. Y nos estamos preparando, porque es posible que el descalabro del sistema de salud en Venezuela hiciera que algunos vinieran a buscar ayuda a Colombia.
P. ?Qu¨¦ consejo le dar¨ªa a su sucesor o sucesora en el cargo?
R. Hay que aprovechar el liderazgo del presidente en esta pol¨ªtica generosa, pero seguir construyendo una pol¨ªtica plural. Aqu¨ª hay que trabajar de la mano de alcaldes y gobernadores, leyendo a la academia, apoy¨¢ndose en la sociedad civil, incluidas las asociaciones de venezolanos, con los recursos de los cooperantes internacionales y con las entidades de control y el Congreso, que est¨¢ haciendo la ley migratoria. Hay que mantener una aproximaci¨®n de Estado en este proceso.
P. ?Colombia ha estado sola en la regi¨®n en su postura de brazos abiertos, de acogida y flexibilidad migratoria?
R. En una primera etapa varios pa¨ªses tuvieron una pol¨ªtica generosa. La tuvo Per¨², Chile, Argentina, cada uno en su dimensi¨®n. Argentina, por ejemplo, hizo un proceso muy r¨¢pido de convalidaci¨®n de t¨ªtulos y aprovecharon unas capacidades de un grupo de personas capacitadas en educaci¨®n. Lo que pasa es que desde hace un a?o esos procesos fueron variando, y ahora mucho m¨¢s con la covid-19. Al final esto es un reto regional.
P. ?Qu¨¦ queda pendiente?
R. Creo que hay cinco retos. Uno jur¨ªdico, pues debemos seguir en el proceso de regularizar, es absolutamente clave. Otro de comunicaci¨®n, hay que evitar los temas de xenofobia. Tambi¨¦n social, debemos seguir afiliando a los migrantes al sistema de salud y ampliando la capacidad de infraestructura escolar para seguir atendiendo a los ni?os que lo demandan [346.000 ni?os y ni?as venezolanos est¨¢n matriculados en colegios p¨²blicos colombianos]. Adem¨¢s tenemos que darle una dimensi¨®n local al fen¨®meno. Y un reto econ¨®mico, seguir haciendo el proceso de inclusi¨®n financiera de los migrantes. Esta es una pol¨ªtica en construcci¨®n.
P. ?La permanente tensi¨®n entre los Gobiernos de Iv¨¢n Duque y Nicol¨¢s Maduro, al que no reconoce Colombia, dificultan la gesti¨®n del flujo migratorio?
R. Lo deseable es que el r¨¦gimen cambie. Seguramente con un Gobierno leg¨ªtimo, democr¨¢tico, con las normales tensiones entre pa¨ªses fronterizos, los procesos podr¨ªan ser otros. Cuando usted tiene un r¨¦gimen que patrocina y ayuda grupos ilegales en la frontera, que afectan a los migrantes; cuando usted decide hacer cierres unilaterales; cuando usted culpa a sus propios ciudadanos que est¨¢n volviendo a su pa¨ªs de ser armas biol¨®gicas, francamente el proceso es muy complejo. Para los migrantes venezolanos el tema del r¨¦gimen es una tragedia.
P. Usted es tambi¨¦n un lector voraz. ?Destaca alg¨²n libro que refleje o capture el drama de los migrantes, que le haya ayudado en su trabajo?
R. S¨ª, encontr¨¦ literatura, no solo t¨¦cnica sino autores que hablaban de temas de migrantes. La mexicana Valeria Luiselli con Los ni?os perdidos o Desierto sonoro narra sobre eso. Mohsin Hamid, paquistan¨ª, tiene uno que se llama Bienvenidos a Occidente. Melania Mazzucco con Estoy Contigo, una historia conmovedora de una refugiada congolesa en Roma. Y obviamente tambi¨¦n de Venezuela. Estuve en un podcast hablando con una especialista en literatura venezolana sobre las ¨²ltimas novelas, y muchos de los autores recientes tienen que ver con el desarraigo. La literatura me ha servido siempre como compa?¨ªa, en general, y en este tema en particular para ponerme en los zapatos del otro.
P. ?Ha acusado el desgaste emocional de estar inmerso en un tema tan dram¨¢tico?
R. Sobre todo con los ni?os. Hay dos historias que no se me olvidan. La de un ni?o en Maicao, en la Guajira, al norte de Colombia, que cuando lo llegamos a ver al albergue me cont¨® muy angustiado que la Guardia venezolana le hab¨ªa quitado su bal¨®n cuando ven¨ªa. Le conseguimos el bal¨®n, pero era muy tr¨¢gico. Y otro que iba con la bicicleta que le hab¨ªa regalado la abuela que viv¨ªa en C¨²cuta, por estas familias binacionales, y tambi¨¦n ten¨ªa mucho miedo de que se la fueran a quitar y me lo iba contando cuando estaba en el puente. El tema de los ni?os es muy duro, pero al mismo tiempo es el que hace que valgan la pena muchos esfuerzos. Lo que se hace en este trabajo tiene una alta carga de emotividad, pero tambi¨¦n de satisfacci¨®n.
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