Auge y ca¨ªda de Wilson Witzel, un gobernador surgido a la sombra de Bolsonaro
Elegido en plena ¡®jairman¨ªa¡¯, el gobernador de R¨ªo de Janeiro acusa ahora al presidente de promover su suspensi¨®n
El exjuez y exinfante de Marina Wilson Witzel, el actual gobernador de R¨ªo de Janeiro que ha sido suspendido por 180 d¨ªas, tuvo un ascenso tan mete¨®rico como su ca¨ªda, que ha culminado este viernes con una suspensi¨®n por el presunto desv¨ªo de fondos p¨²blicos en la gesti¨®n de la pandemia. La investigaci¨®n salpica incluso a la primera dama, Helena Witzel. ¡°Me suspenden sin ninguna prueba¡±, asegura el gobernados, y alega que se trata de una persecuci¨®n pol¨ªtica por un asunto personal con el presidente Jair Bolsonaro. La historia entre ambos muestra que la inexperiencia de Witzel, su ambici¨®n y la deslealtad hac¨ªa quien le permiti¨® utilizar su nombre para ganar las elecciones generaron la tormenta.
Witzel, de 51 a?os, casado y con 4 hijos, era un ilustre desconocido para la mayor¨ªa de los brasile?os hasta poco antes de las elecciones de 2018, y un novato en la pol¨ªtica. 20 d¨ªas antes de aquellos comicios, ten¨ªa el 2% de las intenciones de voto. Witzel nunca se hab¨ªa presentado para un cargo, pero pens¨® que ten¨ªa el perfil adecuado para el momento que viv¨ªa Brasil en 2018, bajo la insignia ¡°del orden al caos¡± que la operaci¨®n anticorrupci¨®n Lava Jato hab¨ªa inaugurado en 2014. Y mencion¨® al juez Sergio Moro y al juez Marcelo Bretas como referencias.
El entonces candidato a la presidencia Jair Bolsonaro lideraba los sondeos y Witzel, que ya hab¨ªa intentado forjar otras alianzas, vio que all¨ª estaba la ¨²nica posibilidad de avanzar en la disputa. Fue Fl¨¢vio Bolsonaro, candidato a senador, quien articul¨® la alianza para que Witzel utilizase el apellido de su familia en la campa?a, aunque su padre no apoy¨® p¨²blicamente al candidato a gobernador. Dicho y hecho: el exjuez subi¨® en los sondeos y lleg¨® a la segunda vuelta con el 41% de los votos, el doble que el segundo candidato, el exalcalde de R¨ªo de Janeiro Eduardo Paes.
La ¡®jairman¨ªa¡¯
Era el momento exacto en que Brasil estaba en plena jairman¨ªa, con su agresivo discurso contra el Partido de los Trabajadores (PT) y contra la delincuencia. Aquellos que se alineaban con su discurso antiizquierdista, a favor de las armas y la seguridad de la ciudadan¨ªa, ten¨ªan una gran oportunidad de ganar. Para hacerse m¨¢s conocido, Witzel iba a los m¨ªtines de los aliados y los pitbulls de Bolsonaro. El 1 de octubre, estaba junto al expolic¨ªa Daniel Silveira y el pol¨ªtico Rodrigo Amorim, candidatos a diputado federal y estatal respectivamente, en la ciudad de Petr¨®polis. El d¨ªa anterior, Silveira y Amorim hab¨ªan roto ¡°contra el desorden socialista¡± una r¨¦plica de una placa de calle con el nombre de la concejala asesinada Marielle Franco. Silveira present¨® a Witzel como ¡°nuestro candidato para el Gobierno de R¨ªo¡±.
Incluso sin el respaldo p¨²blico de Bolsonaro, Witzel se esforzaba por mostrar intimidad con el entonces candidato a la presidencia. En esa ocasi¨®n, cont¨® al p¨²blico que hab¨ªa cenado con Bolsonaro meses antes y le hab¨ªa comunicado su inter¨¦s en convertirse en gobernador. ¡°Me dijo: ¡®Mira, a m¨ª me falta un tornillo por querer ser presidente de la Rep¨²blica, pero, si quieres ser gobernador de R¨ªo, a ti te faltan dos¡¯¡±, record¨®. Termin¨® la conversaci¨®n, seg¨²n ¨¦l, diciendo: ¡°Candidato, soy un infante de Marina. Cuando me dan una misi¨®n, la cumplo¡±, cortej¨¢ndolo de forma ostentosa para llamar su atenci¨®n.
Apoyo evang¨¦lico
El exjuez consigui¨® el voto, por un lado, de las zonas dominadas por las milicias ¡ªmafias paramilitares formadas por expolic¨ªas¡ª y, por otro, de los evang¨¦licos, como candidato del Partido Social Cristiano (PSC), presidido por el pastor Everaldo, detenido este viernes en la misma operaci¨®n que investiga al gobernador. Cuando gan¨® las elecciones, el 28 de octubre de 2018, con casi el 60% de los votos (4,67 millones), Witzel reafirm¨® su compromiso con los ideales bolsonaristas y su gratitud a Fl¨¢vio Bolsonaro.
¡°Quiero expresar mi gratitud a un joven senador que, en un gesto simb¨®lico, oponi¨¦ndose incluso al 01 [su padre, Jair Bolsonaro], me tendi¨® la mano y me dijo ¡®salva R¨ªo de Janeiro, Wilson¡¯¡±, dijo. El nuevo gobernador no dej¨® de reconocer el poder del que tambi¨¦n fue elegido presidente y nuevo ¡°s¨ªmbolo del cambio que Brasil estaba deseando¡±, pero asegur¨® que no se hab¨ªa aprovechado. ¡°Les tend¨ª la mano y fui abrazado por este movimiento de renovaci¨®n¡±.
Pero Witzel crey¨® demasiado en su propia lectura de los hechos y se consider¨®, antes de tiempo, un posible candidato a la presidencia. Se enfrent¨® as¨ª a Bolsonaro, que ten¨ªa la maquinaria p¨²blica a su favor y que segu¨ªa teniendo mucha fuerza en el Estado: hab¨ªa sido elegido siete veces seguidas diputado federal por R¨ªo de Janeiro ¡ªel m¨¢s votado en 2014¡ª, un Estado devastado, con dos exgobernadores encarcelados: Sergio Cabral y Luiz Fernando Pez?o.
Bolsonaro ya hab¨ªa dado muestras de que manten¨ªa los ojos abiertos con relaci¨®n a los aliados de ¨²ltima hora que podr¨ªan convertirse en potenciales adversarios. No dio su bendici¨®n a Witzel durante la campa?a electoral, al igual que no se la dio al candidato de S?o Paulo, Jo?o Doria, que incluso cre¨® el eslogan Bolsodoria para ganar.
¡°?Apunta a la cabeza y dispara!¡±
Witzel se pas¨® los primeros meses de gobierno deslumbrado con el cargo, metido en el personaje que vendi¨® durante la campa?a. En noviembre, justo despu¨¦s de ganar las elecciones, dijo que la polic¨ªa disparar¨ªa a cualquier persona que anduviera con un rifle por la calle. ¡°Lo correcto es matar a los delincuentes que tengan rifles. ?Apunta a la cabeza y dispara! Para no fallar¡±, dijo. El a?o pasado, dio muestras de que estaba haciendo campa?a para 2022, con operaciones policiales medi¨¢ticas y estableciendo distancias con Bolsonaro.
En agosto, por ejemplo, se dirigi¨® al lugar donde un hombre hab¨ªa sido abatido por francotiradores despu¨¦s de convertir en rehenes a los pasajeros de un autob¨²s durante varias horas. El gobernador lleg¨® a la escena, en el puente R¨ªo-Niter¨®i, en helic¨®ptero. Descendi¨® haciendo gestos de celebraci¨®n como si fuera la final de un Mundial, ajeno a la tensi¨®n de los pasajeros, de la ciudad y de la propia familia del secuestrador muerto. Dos d¨ªas despu¨¦s, un reportaje en la revista ?poca registraba las cr¨ªticas que hizo al presidente. ¡°Bolsonaro anima las redes, pero Brasil no avanza¡±, dijo. La distancia creci¨® d¨ªa a d¨ªa, como el propio presidente dej¨® claro.
En octubre, en una conversaci¨®n sobre la investigaci¨®n del asesinato de la concejala Marielle Franco y su ch¨®fer, Anderson Silva, Witzel le habr¨ªa dicho a Bolsonaro que la investigaci¨®n hab¨ªa ido a parar al Supremo porque el portero de su urbanizaci¨®n habr¨ªa citado su nombre. El asunto a¨²n no hab¨ªa trascendido a la prensa y Witzel utiliz¨® la informaci¨®n con fines pol¨ªticos como forma de presi¨®n velada contra el presidente. Bolsonaro se puso furioso y acus¨® a Witzel de manipular a la Polic¨ªa Civil de R¨ªo de Janeiro. ¡°Ahora que las elecciones han terminado, se le ha metido en la cabeza que quiere ser presidente¡±, se quej¨® en un acto. ¡°Pero tambi¨¦n se le ha metido en la cabeza que quiere destruir la reputaci¨®n de la familia Bolsonaro¡±, acus¨®. El portero termin¨® cambiando su versi¨®n y la vida sigui¨® su curso.
El golpe de la pandemia
Pero, desde entonces, los dos anduvieron a la gre?a y la distancia se ampli¨® durante la pandemia de covid-19. Witzel se uni¨® a otros gobernadores contra la postura anticiencia de Bolsonaro y se convirti¨® en el blanco declarado del presidente. Comenz¨® a mostrarse m¨¢s sensible con las v¨ªctimas de covid-19 y decret¨® el confinamiento, siguiendo las pautas de los gobernadores que representaban la ant¨ªtesis del presidente.
Justamente durante la gesti¨®n de la pandemia, en mayo, su Gobierno fue el objetivo de la Operaci¨®n Placebo, que investigaba presuntos desv¨ªos de dinero en contratos del ¨¢rea de la salud, incluida la sobrefacturaci¨®n en la compra de respiradores. La Justicia sospecha que existe un amplio sistema de corrupci¨®n que tambi¨¦n involucrar¨ªa otras ¨¢reas de la administraci¨®n y miembros del Legislativo y del Poder Judicial, y que incluso salpica al bufete de la primera dama, Helena Witzel.
Un contrato por 554.000 reales (103.000 d¨®lares) pas¨® por el bufete de Helena Witzel entre agosto del a?o pasado y mayo de este a?o, y parte de ese dinero habr¨ªa llegado a las cuentas del gobernador. La informaci¨®n sali¨® a la luz despu¨¦s de que el exsecretario de Sanidad del Estado de R¨ªo de Janeiro, Edmar Santos, firmara un acuerdo con la Fiscal¨ªa para reducir la condena a cambio de informaci¨®n. Santos estaba implicado en una trama que inclu¨ªa contratos sin licitaci¨®n y hospitales de campa?a prometidos y no entregados para la gesti¨®n de la pandemia en el Estado.
Furioso, el gobernador suspendido neg¨® todos los cargos, llam¨® ¡°sinverg¨¹enza¡± a su exsecretario, dijo que la investigaci¨®n estaba motivada por un ¡°asunto personal¡± y sugiri¨® que se investigara la posible influencia de la familia Bolsonaro en las acusaciones. ¡°El presidente Bolsonaro ya ha dicho que quiere R¨ªo y me ha acusado de perseguir a su familia¡±, dijo. ¡°?Molesto cuando mando detener a los milicianos?¡±, pregunt¨®. Tambi¨¦n plante¨® la hip¨®tesis de que su suspensi¨®n beneficiar¨¢ la investigaci¨®n sobre el supuesto sistema de desv¨ªo de dinero del senador Fl¨¢vio Bolsonaro. En diciembre, deb¨ªa nombrar al nuevo fiscal general de R¨ªo de Janeiro, que se har¨¢ cargo de las investigaciones que cada vez presionan m¨¢s a Fl¨¢vio y al resto de la familia presidencial.
Witzel tambi¨¦n acus¨® a la subfiscal Lindora Ara¨²jo de perseguir a otros gobernadores. En mayo, siete Gobiernos estatales fueron blanco de la Operaci¨®n Placebo. El d¨ªa antes de la operaci¨®n contra Witzel, la diputada bolsonarista Carla Zambelli avanz¨® en una entrevista que se llevar¨ªan a cabo operaciones policiales contra los gobernadores.
El exjuez y exinfante de Marina tiene que aguantar el regocijo de Bolsonaro con su desgracia. Al salir del Palacio del Planalto, el presidente se burl¨®: ¡°R¨ªo est¨¢ que arde¡±
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