¡°Prefiero perder un a?o que perder a un hijo¡±: el debate sobre el regreso a las clases presenciales en Brasil

¡°Si mi hijo se pierde un a?o en la escuela, no tendr¨¢ importancia m¨¢s adelante. Pero si yo pierdo a un hijo, entonces s¨ª. Prefiero perder un a?o a perder a un hijo¡±. La investigadora ?rika Andreassy, de 47 a?os, lleva casi cinco meses trabajando desde casa con la presencia de sus dos hijos, Jo?o Pedro, de 15 a?os, y Camilo, de 10, ambos alumnos de colegios p¨²blicos de S?o Paulo.¡°Se han multiplicado las cosas que hacer en casa¡±, dice sobre la nueva rutina familiar. Est¨¢ sola y no tiene a nadie que la ayude a cuidar de los ni?os y asistirlos en las clases virtuales. Aun as¨ª, prefiere que todo siga como est¨¢. ¡°Si las clases vuelven ese a?o, no pienso mandar a mis hijos a la escuela¡±.

La opini¨®n de ?rika la comparten el 79% de los brasile?os, que, seg¨²n el Instituto Datafolha, creen que los colegios deben permanecer cerrados al menos dos meses m¨¢s. La discusi¨®n sobre el regreso de las clases presenciales cuando los ¨ªndices de contagio de coronavirus todav¨ªa son elevados ocurre en todo el mundo. Involucra a padres agobiados, escuelas privadas al borde de la quiebra, profesores preocupados, alumnos ansiosos y Gobiernos que van y vuelven en sus decisiones sobre qu¨¦ toca hacer.

Especialistas y autoridades plantean soluciones para mitigar los da?os de la educaci¨®n a distancia, ya que muchas veces las escuelas cuentan con poca o ninguna estructura para ello. Desde a?adir un cuarto curso a la ense?anza secundaria hasta suspender a todos los alumnos, las posibilidades que est¨¢n sobre la mesa son varias. Repetir todo el contenido del ¨²ltimo a?o es, incluso, una idea que barajan los propios estudiantes, especialmente los de las escuelas p¨²blicas, que tuvieron m¨¢s dificultades para seguir las clases remotas. ¡°Me costaba mucho aprender a distancia, y al final desist¨ª. Y luego me enter¨¦ de que no era la ¨²nica que ten¨ªa dificultades¡±, explica Jessica Matias Pereira L¨²cio, de 17 a?os, alumna del segundo curso de la ense?anza secundaria en la Escuela Estatal Martin Eg¨ªdio Damy, en Brasil?ndia, un suburbio de S?o Paulo.

Debido a las dificultades que afront¨®, la estudiante dice que no reanudar¨¢ sus estudios en lo que queda de 2020, ya sea virtual o presencialmente: ¡°Hace tiempo que desist¨ª de volver a estudiar este a?o¡±, dice. Aunque su escuela reabra, no piensa acudir: ¡°Mi madre forma parte del grupo de riesgo, porque tuvo c¨¢ncer. Prefiero quedarme en casa a representar alg¨²n riesgo para ella¡±.

Fernando Angelis de Souza, de 14 a?os, alumno del noveno curso en la zona este de S?o Paulo, tampoco volver¨¢ al aula: ¡°A¨²n parece raro tener clases online, mi conexi¨®n es inestable y no veo al profe¡±, dice. ¡°Pero, por m¨¢s que quiera volver, creo que no es bueno hacerlo ahora. No me siento seguro¡±, dice. Preocupado, el adolescente explica que prefiere repetir el curso antes que volver ahora a su centro educativo: ¡°Creo que ser¨ªa mejor que volver¡±.

Un castigo para toda la familia

Desde el punto de vista educativo, la pandemia ha afectado a los grupos de forma muy diferente, opina Ivan Gontijo, coordinador de proyectos en la ONG Todos por la Educaci¨®n. ¡°Por eso, una soluci¨®n general, como suspender a todo el mundo, por ejemplo, no tiene en cuenta a esos grupos espec¨ªficos que pudieron llevar a cabo la ense?anza remota¡±, dice. ¡°Suspender a un alumno del tercer [¨²ltimo] a?o de una escuela p¨²blica, que depende del certificado para entrar en el mercado de trabajo y que ha realizado las actividades remotamente, puede convertirse en un castigo que afectar¨¢ a toda su familia¡±.

Gontijo reconoce, sin embargo, que la ense?anza remota no sustituye a la presencial: ¡°La ense?anza remota es una soluci¨®n para mitigar los efectos de la pandemia y mantener alg¨²n v¨ªnculo entre las escuelas y los estudiantes¡±, dice. ¡°Que no suspendamos a todos no significa que no haya habido grandes perjuicios. Va a haber lagunas en el aprendizaje¡±.

En S?o Paulo, el Gobierno decidi¨® implementar un cuarto a?o de secundaria de car¨¢cter no obligatorio. La idea, seg¨²n Henrique Pimentel Filho, subsecretario de Articulaci¨®n Regional de la Secretar¨ªa de Educaci¨®n, es que los estudiantes puedan revisar los temas que no acabaron de entender. Para Gontijo, podr¨ªa ser una buena medida. ¡°Ser¨ªa una posibilidad opcional. La har¨ªa quien quisiera. Y puede servir para prepararse para la Selectividad¡±, dice. ¡°Aumentar la jornada escolar diaria del pr¨®ximo a?o e incluir m¨¢s clases de refuerzo y recuperaci¨®n tambi¨¦n me parecen medidas acertadas para que nadie se quede atr¨¢s¡±, afirma.

Adem¨¢s, Gontijo advierte sobre cuestiones que van m¨¢s all¨¢ del plan de estudios: la acogida emocional y la atenci¨®n psicol¨®gica de los estudiantes y los profesores. ¡°No ser¨¢ una vuelta al colegio normal. Los estudiantes volver¨¢n muy afectados¡±, dice. ¡°Recibir bien a estos estudiantes y profesores ser¨¢ una condici¨®n previa para estructurar todas las cuestiones pedag¨®gicas despu¨¦s¡±.

Problemas de infraestructura

En S?o Paulo, el epicentro de la pandemia, el Ayuntamiento a¨²n no ha fijado una fecha para la vuelta de las clases presenciales. Esta semana, un estudio serol¨®gico realizado por el equipo del alcalde Bruno Covas ha revelado que el 16% de los estudiantes de las escuelas p¨²blicas municipales ya han pasado la covid-19, y el 66% de ellos eran asintom¨¢ticos. Una cuarta parte de estos estudiantes viven con personas mayores de 60 a?os, lo que puede representar un riesgo.

Por eso, Covas dice que no seguir¨¢ la directriz del gobernador Jo?o Doria de reanudar las clases de forma parcial el 8 de septiembre, con actividades como el refuerzo. Y fij¨® el 7 de octubre como fecha probable para el regreso total de las clases. Para ello, las ciudades deben haber estado por lo menos 28 d¨ªas con bajos ¨ªndices de contagio y de ocupaci¨®n de las UCI. La capital, si contin¨²a al nivel actual, tendr¨ªa las condiciones necesarias para volver a abrir las puertas de las escuelas en septiembre.

¡°La vuelta a las clases en este momento significar¨ªa un aumento del n¨²mero de contagios, hospitalizaciones y muertes¡±, afirm¨® Covas al presentar los resultados del estudio. La decisi¨®n se aplica a todas las escuelas, incluidas las privadas. El Sindicato de Establecimientos Educativos del Estado de S?o Paulo ha presentado un recurso contra la decisi¨®n del Ayuntamiento. ¡°Se han retomado las actividades econ¨®micas. ?D¨®nde va a dejar la gente a los ni?os?¡±, cuestion¨® el presidente de la entidad, Benjamin Ribeiro da Silva. ¡°?C¨®mo proh¨ªbe el alcalde que la familia env¨ªe a sus hijos a la escuela? La decisi¨®n tiene que tomarla la familia¡±.

Seg¨²n Silva, las escuelas privadas ya est¨¢n preparadas para la vuelta a las aulas. En S?o Paulo, algunas de las escuelas m¨¢s caras han contratado consultores de hospitales de renombre para establecer protocolos de seguridad. Han instalado fuentes que se activan con sensores de aproximaci¨®n, han comprado term¨®metros de infrarrojos, c¨¢maras de reconocimiento facial para comprobar si los estudiantes llevan puesta la mascarilla e incluso han implementado el uso de rayos UV para higienizar los libros de la biblioteca.

Pero, por otro lado, la realidad de las instituciones p¨²blicas es bastante diferente. ¡°?Qu¨¦ escuela tiene jab¨®n, papel higi¨¦nico? No tienen ni siquiera lo b¨¢sico¡±, afirma Flavia Bischain, directora del sindicato de profesores de la red de escuelas p¨²blicas de S?o Paulo. ¡°Aqu¨ª en Brasil?ndia muchas escuelas tienen las baldosas del suelo rotas, suelos de cemento. Muchas han tenido que cerrar aulas por problemas de filtraciones¡±, dice. Seg¨²n ella, ni siquiera el suministro de agua est¨¢ garantizado. ¡°Sucede mucho que hay que decirles a los estudiantes que se vayan a casa antes porque el agua se acaba.¡±

Seg¨²n un informe de Unicef publicado en agosto, la realidad de las escuelas brasile?as es mucho m¨¢s parecida a la de esta de Brasil?ndia que a las que tienen rayos UV para higienizar los libros. Menos del 40% de las escuelas tiene acceso al saneamiento b¨¢sico, solo un 61% a agua potable y el 5% de las escuelas municipales y el 5% de las estatales no tienen ni siquiera ba?os. Por lo tanto, seg¨²n Italo Dutra, jefe de educaci¨®n de Unicef, la vuelta necesita recursos m¨ªnimos para asegurar las condiciones de higiene. ¡°No podremos garantizar el acceso al agua potable r¨¢pidamente, pero podemos crear al menos medidas paliativas¡±, dice.

Las condiciones de las escuelas generan temor en las madres. ¡°Veo que la gente hace bromas en Facebook, diciendo que ni siquiera tienen papel higi¨¦nico en la escuela y que quieren poner una mampara de vidrio entre los pupitres¡±, dice la vendedora Dayse Barbosa da Silva, de 32 a?os, madre de dos hijos, uno de ocho y otro de tres, matriculadas en una escuela p¨²blica de S?o Paulo. ¡°Las escuelas no tienen la estructura necesaria para recibir a los ni?os ahora. Incluso en casa es dif¨ªcil controlarlos, tenemos que estarles encima todo el rato. Y fuera de mi vista... imposible¡±. Erika Andreassy est¨¢ de acuerdo: ¡°?Crees que un ni?o se va a quedar cuatro horas y media dentro de un aula con una mascarilla? Creo que es arriesgado¡±.

En Manaos, la capital del Estado de Amazonas en la que no hab¨ªa plazas en los hospitales ni en los cementerios para las v¨ªctimas de la covid-19 durante los meses de mayo y junio, las clases volvieron el pasado 10 de agosto. Pero el debate sigue abierto en la capital amaz¨®nica, que podr¨ªa ser un laboratorio de lo que el resto del pa¨ªs podr¨ªa enfrentar en los pr¨®ximos meses.

Los profesores de las escuelas est¨¢n movilizados, porque denuncian que el Gobierno de Amazonas no ha cumplido el protocolo de confinar a los profesionales diagnosticados con covid-19. ¡°Vamos a convocar una huelga en todo el pa¨ªs si insisten en que vuelvan las clases ahora¡±, dice Flavia Bischain, del Sindicato de Profesores del Estado de S?o Paulo.

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