¡°Los ind¨ªgenas no nos hemos quedado esperando ayuda que sabemos nunca llegar¨¢¡±
Los pueblos originarios del Amazonas llaman a los gobiernos y organismos internacionales a la acci¨®n y el di¨¢logo, y crean un fondo de emergencia para afrontar la pandemia
Los pueblos ind¨ªgenas de la Amazon¨ªa y de toda Am¨¦rica tenemos siglos de experiencia frente a amenazas mortales. Desde hace m¨¢s de 500 a?os enfrentamos invasiones, la p¨¦rdida de nuestros territorios ancestrales, discriminaci¨®n ¨¦tnica y socioecon¨®mica que resulta en desalojos, enfermedades, muertes y la amenaza constante de exterminaci¨®n cultural y f¨ªsica.
Durante d¨¦cadas, grandes empresas y gobiernos nos han ofrecido lo que llaman ¡°desarrollo econ¨®mico¡± a cambio de la extracci¨®n de recursos naturales irremplazables. En realidad, aquellas pr¨¢cticas sin control nos han esclavizado y han contaminado nuestros territorios, cuyo h¨¢bitat es de vital importancia no solo para los pueblos que en ella convivimos, sino para todo el planeta.
Nuestro hogar, la Amazonia, no solo aporta significativamente al producto interno bruto de muchos pa¨ªses de la regi¨®n, sino que contribuye con la mayor cantidad de ox¨ªgeno para el mundo. Sin embargo, los pueblos que la protegemos somos privados de derechos fundamentales como servicios b¨¢sicos, educaci¨®n y salud.
Uno de los ejemplos m¨¢s recientes de estos abusos tuvo lugar el 7 de abril. Mientras el mundo intentaba comprender c¨®mo la nueva pandemia de coronavirus estaba cambiando la vida en las ciudades, muchas comunidades ind¨ªgenas de la Amazonia ecuatoriana se quedaron sin agua luego del colapso de las bases y las tuber¨ªas del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano y el Oleoducto de Crudos Pesados.
El inmenso derrame de petr¨®leo sobre las aguas del r¨ªo Coca, ubicado en el l¨ªmite entre las provincias amaz¨®nicas Napo y Sucumb¨ªos, ha puesto en evidente peligro a las comunidades que all¨ª viven y del que dependen. Sin r¨ªos donde pescar, se han quedado sin su fuente principal de alimentaci¨®n. Sin agua, sobrevivir se ha convertido en una batalla diaria.
Las empresas petroleras responsables del derrame han entregado algunas raciones de alimentos y botellones de agua, pero ni ellas ni el Gobierno han acordado acciones a largo plazo que puedan garantizar la vida y salud de quienes viven en la zona. Mientras la Organizaci¨®n Mundial de la Salud aconseja lavarse las manos como la principal forma de prevenci¨®n ante la pandemia, las comunidades afectadas apenas cuentan con un poco de agua para beber.
La experiencia de Ecuador no es ¨²nica
A las amenazas que representan las actividades extractivas que operan sin control a trav¨¦s de hidroel¨¦ctricas, petroleras, mineras y madereras, hoy se suma la pandemia de la covid-19.
Para responder a este nuevo peligro, los gobiernos de Am¨¦rica Latina han replicado los mismos patrones hist¨®ricos frente a las problem¨¢ticas de los pueblos ind¨ªgenas: indiferencia, inacci¨®n e imposici¨®n. En algunos casos donde s¨ª se ejecutan acciones, se formulan y aplican pol¨ªticas de salud que no respetan la diversidad cultural y no se asignan presupuestos espec¨ªficos para la atenci¨®n de los pueblos ind¨ªgenas.
Pero las comunidades y organizaciones ind¨ªgenas de la cuenca amaz¨®nica no nos hemos quedado esperando ayuda que sabemos que nunca llegar¨¢. En primera instancia, hemos apelado a los gobiernos y organismos internacionales a la acci¨®n y el di¨¢logo, a trav¨¦s de cartas, pronunciamientos y levantamiento de datos para alertar sobre la grave situaci¨®n que nos encontramos viviendo los pueblos ind¨ªgenas, frente al alarmante incremento de contagios y muertes en el territorio amaz¨®nico.
No tomar acci¨®n ya no es una opci¨®n, si no actuamos ahora, seremos testigos de un etnocidio
Se han planteado canales de comunicaci¨®n con diversas autoridades nacionales y locales para acordar modos de gesti¨®n conjunta, para garantizar que quienes lo necesitan puedan acceder al cuidado que requieren de manera oportuna. Sin embargo nuestras demandas hasta el momento no han sido escuchadas. Por ello y conforme nuestros principios como pueblos ind¨ªgenas, hemos generado protocolos propios de atenci¨®n, planes de emergencia y acci¨®n teniendo en cuenta las necesidades de cada comunidad.
En algunos casos, por ejemplo, nos organizamos para limitar y controlar la entrada y salida a las comunidades, adem¨¢s se ha incrementado y masificado el uso de medicina ancestral, se han generado campa?as propias de informaci¨®n y cuidados, y, se han conformado grupos espec¨ªficos de ayuda, que coordinan la distribuci¨®n de medicinas y alimentos para los sectores m¨¢s afectados.
Ante la inacci¨®n de los gobiernos para atender nuestras necesidades, la Coordinadora de Organizaciones Ind¨ªgenas de la Cuenca Amaz¨®nica (COICA) lanz¨® una campa?a para recaudar fondos de emergencia. El Fondo tiene el objetivo de recolectar y canalizar el 100% de los recursos a las comunidades ind¨ªgenas de los nueve pa¨ªses de la Cuenca Amaz¨®nica que enfrentan la emergencia por la covid-19.
Las decisiones sobre subvenciones y gobernanza del Fondo son realizadas bajo estricta coordinaci¨®n y comunicaci¨®n por un Consejo de Gobierno que incluye l¨ªderes ind¨ªgenas de la COICA y de sus organizaciones miembros, y en menor medida de representantes de las organizaciones sociales participantes, donantes y asesores. Todo lo recaudado est¨¢ siendo destinado completa y exclusivamente a las comunidades que m¨¢s lo necesitan a trav¨¦s de la dotaci¨®n de kits de alimentos e insumos m¨¦dicos y de protecci¨®n. Este Fondo significa un salvavidas para muchas comunidades ind¨ªgenas, pero no es suficiente.
En el contexto de una pandemia que probablemente siga extendi¨¦ndose en el tiempo, necesitamos di¨¢logo y acci¨®n, para que se formulen y ejecuten pol¨ªticas de salud culturalmente adecuadas, con planes y presupuestos destinados espec¨ªficamente a la atenci¨®n de los pueblos ind¨ªgenas. Este es el ¨²nico camino posible si es que los gobiernos realmente quieren cuidar a los protectores del planeta. No tomar acci¨®n ya no es una opci¨®n, si no actuamos ahora, seremos testigos de un etnocidio. Amazonia viva, humanidad segura.
Nadino Calapucha es jefe de comunicaci¨®n de la Coordinadora de Organizaciones Ind¨ªgenas de la Cuenca Amaz¨®nica (COICA).
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