El presidente Magufuli, que neg¨® la covid-19, opta a un segundo mandato en las elecciones de Tanzania
Su principal rival, el abogado Tundu Lissu, denuncia el autoritarismo y la represi¨®n del r¨¦gimen contra periodistas y opositores
El pol¨¦mico y autoritario presidente de Tanzania, John Magufuli, conocido como Tingatinga (el bulldozer, en lengua suajili), es el m¨¢ximo favorito en las elecciones presidenciales que celebra este mi¨¦rcoles este pa¨ªs africano. El f¨¦rreo control que ejerce sobre los poderes del Estado, los recortes a la libertad de prensa y la persecuci¨®n sin cuartel de la oposici¨®n limitan la capacidad de reacci¨®n electoral del abogado y l¨ªder opositor Tundu Lissu, el ¨²nico capaz de plantar cara al poder omn¨ªmodo de Magufuli tras sobrevivir a un salvaje intento de asesinato en 2017.
Los comicios se celebran en un clima de tensi¨®n despu¨¦s del ¨²ltimo incidente vivido en el Archipi¨¦lago de Zanz¨ªbar este lunes. El partido opositor ACT-Wazalendo ha denunciado la detenci¨®n de su l¨ªder y el asesinato de cinco de sus militantes a manos de las fuerzas del orden cuando trataban de impedir el reparto de papeletas que, seg¨²n este partido, ya estaban marcadas. Sin embargo, la polic¨ªa asegur¨® no tener conocimiento de ning¨²n fallecido y solo reconoci¨® la detenci¨®n de j¨®venes en la isla de Pemba que pretendieron impedir la distribuci¨®n de urnas, informa Reuters.
Pero es en la parte continental de Tanzania donde se juega la partida decisiva por el futuro de este pa¨ªs. El presidente Magufuli, de 61 a?os, llega a la cita electoral haciendo gala de su perfil m¨¢s populista. Si hay un dirigente africano que se ha desmarcado de la postura oficial frente a la pandemia de coronavirus que ha marcado este 2020, ese ha sido el bulldozer tanzano: negacionista al estilo de Trump o Bolsonaro, lleg¨® a decir que los casos en su pa¨ªs eran un ¡°sabotaje imperialista¡±, orden¨® que se dejaran de facilitar cifras de contagios desde el pasado mes de abril y propuso m¨¢s rezos y menos mascarillas para hacer frente a la enfermedad. El profesor de Matem¨¢ticas doctorado en Qu¨ªmica, ministro de Obras P¨²blicas durante dos d¨¦cadas, sigue fiel a su estilo.
Su mano dura frente a la oposici¨®n y la prensa tampoco ha pasado desapercibida para las organizaciones de derechos humanos, que publican constantes denuncias alertando del incremento de la represi¨®n por parte del r¨¦gimen. El ¨²ltimo informe de Amnist¨ªa Internacional es contundente: ¡°Los l¨ªderes de la oposici¨®n sufren acoso, arrestos arbitrarios e intimidaci¨®n por parte de las autoridades, mientras que al partido gobernante se le permite hacer campa?a libre y sin obst¨¢culos¡±.
Pese a todo, la gran baza de Magufuli ante los electores es la robusta estabilidad de la econom¨ªa tanzana, incluso en tiempos de coronavirus, apoyada en la construcci¨®n de grandes presas y otras infraestructuras y en la exportaci¨®n de minerales. A ello se a?ade su feroz combate contra la corrupci¨®n: sus primeras medidas tras ganar por primera vez en 2015 fueron realizar visitas sorpresa a la Administraci¨®n a ver si los funcionarios estaban en su puesto, prohibir los viajes al extranjero de sus ministros sin debida justificaci¨®n y convertir la fiesta nacional en un d¨ªa de limpieza callejera.
Solo una amenaza se asoma desde el sur. Hace apenas una semana tuvo lugar el primer atentado terrorista en suelo tanzano del Estado Isl¨¢mico de ?frica Central, el grupo yihadista que trae de cabeza al vecino Mozambique y que se ha hecho fuerte en la provincia de Cabo Delgado. Murieron al menos 22 personas en la localidad de Kitaya y las autoridades tanzanas asisten con preocupaci¨®n al contagio de esta insurgencia radical.
Para tratar de romper la hegemon¨ªa absoluta, que data de los tiempos del padre de la independencia Julius Nyerere, del partido de Magufuli, el Chama Cha Mapinduzi (CCM), el opositor Tundu Lissu, de 52 a?os, se apoya en su perfil de represaliado pol¨ªtico y en una especie de sanaci¨®n que muchos consideran milagrosa. En 2017 su coche fue ametrallado enfrente de su casa y nada menos que 16 balas atravesaron su cuerpo. Trasladado primero a Nairobi y luego a Bruselas tuvo que ser intervenido en varias ocasiones. Las investigaciones por este crimen no condujeron a ninguna detenci¨®n.
De vuelta a casa este verano para participar en la campa?a al frente de Chadema, el hist¨®rico partido opositor, Lissu ha tenido que hacer frente a gases lacrim¨®genos, interrupci¨®n de m¨ªtines por las fuerzas del orden y otras maniobras que refuerzan sus acusaciones de ¡°dictador¡± contra Magufuli. ¡°Se est¨¢ volviendo m¨¢s duro, se est¨¢ calentando, lo esper¨¢bamos¡±, dijo en referencia a su rival en una reciente entrevista concedida a Reuters, ¡°el r¨¦gimen se est¨¢ asustando y est¨¢ haciendo todo lo posible, usando todos los instrumentos de poder en sus manos, para luchar contra mi campa?a¡±, a?adi¨®.
Pese a todo, este abogado especializado en derechos humanos y medio ambiente y amante de la m¨²sica reggae que ha sufrido prisi¨®n en varias ocasiones por su combate contra el sector minero, est¨¢ convencido de poder cambiar las cosas. ¡°Despu¨¦s de cinco a?os de represi¨®n no me esperaba tanto entusiasmo y apoyo popular", asegur¨® a la agencia France Presse en referencia a los ¨²ltimos m¨ªtines de la oposici¨®n. Falta saber si ser¨¢ suficiente.
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