El fiscal general autoriza al Departamento de Justicia a investigar las acusaciones de fraude electoral ¡°si son cre¨ªbles¡± y alteran el resultado

El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, entr¨® este lunes en la batalla abierta por Donald Trump para judicializar el escrutinio de las elecciones presidenciales con un medido memorando en el que instruye a los fiscales federales de todo el pa¨ªs a investigar las acusaciones que sean ¡°claramente cre¨ªbles¡± y afectan al resultado. La intervenci¨®n del fiscal general resulta inusual, ya que la supervisi¨®n del desarrollo de las elecciones es responsabilidad de los Estados.

Barr se distancia de las teor¨ªas conspirativas del presidente: las investigaciones, recalca, ¡°pueden llevarse a cabo si hay acusaciones claras y aparentemente cre¨ªbles de irregularidades que, de ser ciertas, pudieran afectar al resultado de la elecci¨®n en ese Estado¡±. Aun as¨ª, el mero hecho de la carta, a ra¨ªz de la acusaci¨®n generalizada e infundada del presidente, pone en tela de juicio, una vez m¨¢s, la independencia de Barr. A las pocas horas, Richard Pilger, responsable de la divisi¨®n de fraude electoral del Departamento de Justicia, present¨® su dimisi¨®n, seg¨²n The New York Times.

¡°Aunque resulta imperativo que las acusaciones cre¨ªbles se estudien en el momento adecuado y de la forma adecuada, tambi¨¦n lo es que el Departamento de Justicia se comporte con la prudencia apropiada y mantenga su compromiso absoluto con la justicia y la neutralidad¡±, se?ala la nota de Barr, avanzada por Associated Press.

Trump lleva toda la campa?a lanzando acusaciones infundadas de fraude en el voto por correo, que ha sido masivo en este 2020 marcado por la pandemia. El d¨ªa de la cita con las urnas, el 3 de noviembre, conforme el escrutinio iba pareciendo m¨¢s favorable al dem¨®crata, el presidente decidi¨® arrogarse la victoria y anunciar una campa?a legal para cuestionar los resultados. El s¨¢bado, cuando Biden fue declarado vencedor al superar el list¨®n de los 270 votos electorales, se neg¨® a reconocer la derrota. A¨²n no lo ha hecho.

La batalla de Trump tiene al Partido Republicano dividido y buscando equilibrios dif¨ªciles. Algunos nombres importantes, como el expresidente George W. Bush o el senador y excandidato presidencial Mitt Romney, han felicitado al vicepresidente de la era Obama, ya presidente electo de Estados Unidos, y le han ofrecido su colaboraci¨®n. Otros, como el reci¨¦n reelegido senador Lindsey Graham, han abrazado las teor¨ªas conspirativas del republicano.

Por su parte, Barr y el jefe de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, han buscado una posici¨®n intermedia. No han reconocido a Biden como presidente ni desacreditado las acusaciones de Trump, pero tampoco se han lanzado a respaldarlas. ¡°El presidente tiene al 100% el derecho de examinar las acusaciones de irregularidades y estudiar sus opciones legales¡±, dijo McConnell. ¡°En Estados Unidos, se deben contar todos los votos legales, cualquier voto ilegal no se debe contar, el proceso debe ser transparente y observable para todos y los tribunales est¨¢n para resolver las dudas¡±, a?adi¨®, se?alando una obviedad que sirvi¨® para asumir el lenguaje acusatorio de Trump: ¡°Votos legales¡± frente a ¡°votos ilegales¡±.

McConnell y Barr se reunieron el lunes por la tarde en el Capitolio poco antes de las declaraciones del senador y el memorando del fiscal general. En ¨¦l, Barr tambi¨¦n advierte de que las acusaciones que ¡°claramente no impactan en el resultado a nivel nacional¡± deber¨ªan aplazarse hasta que esos comicios est¨¦n certificados. Los Estados tienen hasta el 8 de diciembre para resolver las disputas y los miembros del Colegio Electoral se re¨²nen el 14 de diciembre para completar el voto. Los tribunales inferiores, de momento, est¨¢n tumbando la mayor parte de demandas presentadas hasta ahora en primera instancia, aunque Trump prepara muchas m¨¢s, dirigidas, b¨¢sicamente, a todos los Estados pendulares que esta vez le han dado la espalda.