El Vaticano y EE UU ponen el contador a cero
La Santa Sede ve en la elecci¨®n de Biden una gran oportunidad para mejorar las relaciones con Washington marcadas por la hostilidad entre el Papa y Trump
El 22 de noviembre de 1963, el Vaticano se despidi¨® del ¨²ltimo presidente cat¨®lico de los EE UU. El asesinato de John F. Kennedy interrumpi¨® durante 57 a?os un idilio entre la mayor potencia pol¨ªtica del mundo y su hom¨®loga espiritual. La elecci¨®n de Joe Biden, cat¨®lico practicante, est¨¢ llamada a cambiar radicalmente la din¨¢mica de enfrentamiento abierta por Donald Trump con la Santa Sede. El Papa, que ya conoc¨ªa a Biden y manten¨ªa una gran relaci¨®n con la Administraci¨®n de Barack Obama, es consciente de que tiene una oportunidad de oro para tejer valiosas alianzas. Tanto, que el jueves, contraviniendo la lentitud y prudencia vaticana, ¨¦l mismo le llam¨® para darle la enhorabuena.
La relaci¨®n entre el Vaticano y la Administraci¨®n Trump ha sido desastrosa los ¨²ltimos cuatro a?os. Ninguno de los actores, empezando por el propio Francisco, ha evitado la confrontaci¨®n y la cr¨ªtica, y se ha llegado a situaciones diplom¨¢ticamente grotescas. La ¨²ltima la protagoniz¨® hace un mes y medio el propio secretario de Estado, Mike Pompeo, enfureciendo a la Santa Sede con sus presiones p¨²blicas contra el acuerdo con China durante su visita a Roma. En los ¨²ltimos cuatro a?os han aflorado problemas en la agenda social, en el tema migratorio, en el medio ambiente, en la pol¨ªtica en Oriente Pr¨®ximo. Tambi¨¦n encarnizadas luchas de poder dentro de la propia Iglesia entre el sector m¨¢s conservador y el m¨¢s pr¨®ximo a Francisco. Cualquier cambio, en suma, habr¨ªa sido saludado con optimismo. Pero Biden aporta m¨¢s, creen en el Vaticano.
El presidente electo es un devoto cat¨®lico, mucho m¨¢s de lo que lo fue Kennedy. Acude regularmente a misa y se toma su fe muy en serio. Siempre se ha situado en la ¨®rbita reformista de Juan XXIII y del Concilio Vaticano II. Una vida espiritual activa, marcada tambi¨¦n por la muerte de un hijo. Pero Biden no es un conservador en los asuntos sociales. La tolerancia del aborto, por ejemplo, le separar¨¢ enormemente de la Santa Sede. Pero, sobre todo, del sector m¨¢s conservador de la Iglesia estadounidense. Las cuestiones sexuales, a las que obviamente ni ¨¦l ni Kamala Harris pondr¨¢n l¨ªmites, son el principal temor.
La llamada del Papa, desvelada por el equipo de transici¨®n de Biden, revela tambi¨¦n el alivio con el que se ve la elecci¨®n. La Santa Sede se congratula del previsible regreso de EE UU a los acuerdos del cambio clim¨¢tico de Par¨ªs o de un acercamiento distinto a la inmigraci¨®n (la oposici¨®n al muro con M¨¦xico fue un caballo de batalla del Papa). Massimo Faggioli, historiador de la Iglesia y profesor de Teolog¨ªa en la Villanova University (Filadelfia), a?ade alg¨²n matiz. ¡°Se abre un escenario de realineamiento en algunas cuestiones. Pero tambi¨¦n hay inc¨®gnitas porque Biden tiene una visi¨®n muy cl¨¢sica de la pol¨ªtica internacional. En Oriente Pr¨®ximo, por ejemplo, vot¨® a favor de las guerras. Es un hombre del siglo pasado. De modo que emerger¨¢n tensiones sobre cuestiones espec¨ªficas. Tambi¨¦n sobre China¡±.
El Vaticano firm¨® un hist¨®rico acuerdo con el gigante asi¨¢tico hace dos a?os para la integraci¨®n de la Iglesia en un marco legal y consensuado con el Gobierno chino. Un primer paso, adem¨¢s, para reabrir las relaciones diplom¨¢ticas congeladas desde hace 70 a?os. El vac¨ªo en la hegemon¨ªa cultural y religiosa dejado por la Administraci¨®n Trump ayud¨®, sin duda, a que Pek¨ªn abrazase la negociaci¨®n con m¨¢s ganas. ?Cambiar¨¢ algo ahora?
Marco Ventura, profesor de la Universidad de Siena y experto en Derecho y Religiones, considera: ¡°Biden es, antes de nada, estadounidense. Y hoy Francisco es alguien con pocas simpat¨ªas en el h¨¢bitat capitalista norteamericano¡±. ¡°La ¨²ltima enc¨ªclica del Papa ¡ªFratelli Tutti¡ª es dif¨ªcil de digerir para la cultura estadounidense, fundada sobre el libre mercado. Pero s¨ª, Biden lo aten¨²a un poco¡±.
El n¨²cleo de la oposici¨®n al Papa se encuentra en la Iglesia estadounidense, dividida en dos claros bloques, como recuerda Ventura. Al calor de la Administraci¨®n Trump y de la ¨®rbita medi¨¢tica que le ha apoyado ¡ªincluso desde el origen con Steve Bannon y Breitbart¡ª se ha organizado una poderosa corriente cuya fuerza llega hasta el Vaticano. El padre James Martin, editor y autor de la revista religiosa America, cree que la mayor¨ªa de cat¨®licos estadounidenses apoya al Papa. ¡°La lista de los que no, que tristemente incluye a sacerdotes y obispos, est¨¢n bien organizados pero, sobre todo, apoyados financieramente. Adem¨¢s, son extremadamente ruidosos. La iron¨ªa es que son los mismos que durante los pontificados de Juan Pablo II o Benedicto XVI dec¨ªan que no se pod¨ªa criticar a un Papa¡±. En Roma conf¨ªan en que la era Biden produzca cambios.
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