La violencia marca el tercer s¨¢bado de protestas contra la ley de seguridad en Francia
Grupos de manifestantes incendian autom¨®viles, rompen vitrinas y agreden a la polic¨ªa en Par¨ªs
La violencia ha marcado el tercer s¨¢bado consecutivo de protestas contra la pol¨¦mica ley de seguridad en Francia. Grupos de manifestantes incendiaron autom¨®viles, rompieron vitrinas de bancos y comercios y atacaron a las fuerzas del orden durante una marcha que congreg¨® a unos miles de personas en Par¨ªs. El ministro del Interior, G¨¦rald Darmanin, anunci¨® 95 detenciones. Sesenta y siete agentes resultaron heridos en manifestaciones en la capital y otras ciudades.
Hogueras, cristales rotos, gases lacrim¨®genos, cohetes de fuegos artificiales: las escenas de desorden y caos en el centro de la capital francesa, todav¨ªa medio confinada por la pandemia, vuelven a convertirse en una rutina. Las manifestaciones pac¨ªficas se est¨¢n convirtiendo en una rareza en Francia.
Despu¨¦s de los meses de pausa por los confinamientos, la calle ¡ªactor esencial en la pol¨ªtica francesa¡ª ocupa de nuevo un lugar central como fuerza de oposici¨®n. La llamada ley sobre la seguridad global, que se encuentra en pleno tr¨¢mite de enmiendas y aprobaci¨®n en la Asamblea Nacional y el Senado, ha activado un movimiento de protesta con concentraciones semanales y estallidos de violencia.
Las protestas de este s¨¢bado llegaban despu¨¦s de las concurridas, y mayoritariamente pac¨ªficas, de la semana anterior a las que asistieron 133.000 personas en todo el pa¨ªs. Dos d¨ªas despu¨¦s, el presidente Emmanuel Macron orden¨® a los parlamentarios de su partido que revisasen del art¨ªculo m¨¢s discutido de la ley, el 24. Este art¨ªculo proh¨ªbe la difusi¨®n de im¨¢genes de polic¨ªas y gendarmes si se hace con intenci¨®n de da?ar f¨ªsica o ps¨ªquicamente a los agentes.
La promesa de una ¡°reescritura completa¡± del art¨ªculo 24 no disuadi¨® a los 52.350 manifestantes que, seg¨²n el Ministerio del Interior, salieron a las calles de Par¨ªs, Marsella, Lyon, Nantes y otras ciudades. Ni tampoco al pu?ado de violentos ¡ªmedio millar en Par¨ªs, muchos de ellos encapuchados¡ª que lanzaron proyectiles contra los agentes, destruyeron escaparates de bancos y agencias inmobiliarias, e incendiaron mobiliario urbano y, por lo menos, seis coches y un cami¨®n estacionados en la avenida Gambetta, en el nordeste de Par¨ªs.
El objetivo del art¨ªculo 24 es, seg¨²n el Gobierno franc¨¦s, proteger a las fuerzas policiales. Estas alegan un desgaste moral y f¨ªsico considerable despu¨¦s de a?os de manifestaciones violentas. Creen que la difusi¨®n de las im¨¢genes de su rostro les convierte en objetivo potencial de campa?as de odio y pone en peligro su vida y la de sus familias.
El argumento de los cr¨ªticos con la ley ¡ªdesde sindicatos de periodistas y direcciones de medios de comunicaci¨®n hasta la defensora del pueblo, relatores de la ONU y la oposici¨®n francesa de izquierdas¡ª es que el art¨ªculo 24 vulnera la libertad de informaci¨®n. El riesgo es que, por la ambig¨¹edad del redactado, periodistas y ciudadanos vean limitada la capacidad para documentar la violencia policial.
El viernes, Macron defendi¨® en una entrevista con el medio de comunicaci¨®n Brut la necesidad de proteger a los polic¨ªas y gendarmes. Pero precis¨®: ¡°La respuesta no puede consistir en reducir la libertad de prensa¡±. Y garantiz¨® que, bajo el nuevo redactado del art¨ªculo 24, periodistas y ciudadanos podr¨¢n seguir grabando a los agentes y difundiendo las im¨¢genes.
El tercer s¨¢bado consecutivo de protestas en Francia, y el segundo con violencia, recuerda a lo que sucedi¨® hace dos a?os con las primeras manifestaciones sabatinas de los chalecos amarillos. Aunque su n¨²mero fue disminuyendo hasta un nivel anecd¨®tico, los chalecos amarillos acabaron saliendo a la calle cada semana durante casi un a?o.
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