Tras el rastro de la larga e invisible mano del Mosad
El asesinato del principal cient¨ªfico nuclear de Teher¨¢n, atribuido al servicio de espionaje exterior de Israel, culmina un historial de siete d¨¦cadas de ejecuciones misteriosas
La versi¨®n de pel¨ªcula de espionaje que han referido altos cargos de Teher¨¢n tras el asesinato del cient¨ªfico Mohsen Fakhrizadeh ha suscitado sonrisas sard¨®nicas entre los analistas de seguridad de Israel. El padre del programa nuclear iran¨ª cay¨® muerto a balazos la semana pasada en una precisa emboscada en Absard, lugar de residencia secundaria favorito de la c¨²pula del r¨¦gimen isl¨¢mico. El ataque, seg¨²n ese asombroso relato, fue perpetrado con una ¡°ametralladora operada por control remoto¡±, mediante ¡°dispositivos electr¨®nicos v¨ªa sat¨¦lite¡± y con el ¡°logo de la industria militar israel¨ª¡±. De acuerdo con esta versi¨®n, contradictoria con la de testigos entrevistados en un primer momento, ¡°ning¨²n individuo estuvo presente¡±, como enfatiz¨® el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, almirante Ali Samhahni. No hubo detenciones.
¡°Es la t¨ªpica operaci¨®n en la que interviene una amplia c¨¦lula de ejecutores con fusiles autom¨¢ticos y se hace estallar un artefacto explosivo para detener el convoy de seguridad [del cient¨ªfico]¡±, explica Alon Ben David, corresponsal de Defensa del canal 13 de la televisi¨®n israel¨ª en busca de un guion m¨¢s veros¨ªmil para un filme de agentes secretos. ¡°El protocolo marca que primero hay que liquidar a los guardaespaldas y luego sacar del coche al objetivo [Fakhrizadeh] para darle el tiro de gracia que confirma la misi¨®n¡±, detalla este veterano experto en espionaje en las p¨¢ginas del diario Maariv. ¡°Despu¨¦s, un equipo de colaboradores locales se ocupa de la exfiltraci¨®n [salida de territorio enemigo]¡±. Aparentemente, coinciden los analistas en Israel, las explicaciones de los servicios de seguridad de Teher¨¢n solo tratan de desviar la atenci¨®n sobre un incuestionable rev¨¦s.
El silencio es clamoroso en Israel, que elude por sistema cualquier tipo de comentario oficial sobre asesinatos selectivos en el exterior atribuidos a sus agentes. Ni confirma ni desmiente. Pero los especialistas en seguridad de la prensa hebrea ¨Cobligados por la censura militar a citar ¡°fuentes extranjeras¡±¨C no ahorran detalles de las operaciones ni ocultan en sus informaciones la satisfacci¨®n que reina entre los mandos del espionaje.
Desde la Operaci¨®n Damocles, cuando desbarat¨® el intento de Egipto de dotarse de misiles con un equipo de ingenieros del programa de cohetes de la Alemania nazi, la leyenda del Mosad no ha dejado de crecer. El espionaje israel¨ª hizo entonces una oferta que no pudo rechazar al ingeniero austriaco Otto Skorzeny, un excoronel de operaciones especiales de las SS que qued¨® absuelto en N¨²remberg. Reclutado en 1963 como doble agente en su refugio de Madrid, donde gozaba de la protecci¨®n del dictador Franco, la misi¨®n de Skorzeny en El Cairo fue clave para frustrar las ansias de rearme del presidente Gamal Abdel Nasser.
En siete d¨¦cadas de existencia, el Mosad, versi¨®n abreviada en hebreo de Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales, ha cosechado espectaculares ¨¦xitos en sus operaciones, casi siempre rodeadas por un halo misterioso, pero tambi¨¦n sonoros fiascos. Al menos en los casos que han trascendido hasta el p¨²blico. Ronen Bergman, investigador israel¨ª especializado en servicios de inteligencia y autor de Rise and kill first (Lev¨¢ntate y mata primero), sobre la historia secreta de los asesinatos orquestados por Israel, intenta llevar la cuenta de estas acciones. Estima que antes de la Segunda Intifada (2000-2005) se registr¨® medio millar de casos. Desde entonces cree que esta cifra se ha triplicado.
En un art¨ªculo publicado esta semana en el diario hebreo Yedioth Ahronoth, el propio Bergman sostiene que el destino de Fakhrizadeh ¡ªel quinto cient¨ªfico iran¨ª abatido desde 2010¡ª estaba escrito desde que el primer ministro de Israel le se?al¨® en 2018 como cerebro de un programa secreto de Ir¨¢n para hacerse con el arma at¨®mica. ¡°Recuerden este nombre¡±, advirti¨® Benjam¨ªn Netanyahu cuando present¨® en Tel Aviv el bot¨ªn obtenido por el Mosad en una singular operaci¨®n en Teher¨¢n: media tonelada de documentos (55.000 p¨¢ginas y 180 discos con datos) de los archivos secretos del r¨¦gimen.
Para Israel se trataba de la prueba inequ¨ªvoca de que la Rep¨²blica Isl¨¢mica segu¨ªa buscando el rearme at¨®mico pese al pacto suscrito con las grandes potencias tres a?os antes. De hecho, el presidente Donald Trump retir¨® a EEUU de dicho acuerdo pocos d¨ªas despu¨¦s. Para la mayor parte de los servicios de inteligencia, no obstante, se trataba de material anticuado que no revelaba un giro oculto de la estrategia nuclear de Ir¨¢n. Los archivos se encontraban en un almac¨¦n de las afueras de la capital iran¨ª sin medidas de vigilancia extremas.
De la misma forma que para apoderarse de los documentos de Teher¨¢n el Mosad reprodujo una copia exacta del almac¨¦n y su entorno, seg¨²n revela Bergman, para practicar durante meses hasta el ¨²ltimo detalle de la operaci¨®n, resulta plausible que la emboscada de la semana pasada en Absard hubiese estado precedida de una cadena de ensayos generales en un escenario similar al real.
Alex Fishman, otro de los principales analistas sobre seguridad en Israel, puntualizaba tambi¨¦n en Yedioth Ahronoth que los asesinatos selectivos no son operaciones improvisadas. Requieren trabajos previos de inteligencia, sesiones de coordinaci¨®n con otros servicios ¨Ccomo el Shin Bet (seguridad interior) o la inteligencia militar¨C antes de que el proyecto sea consensuado por las agencias. Luego es el Gabinete de Seguridad (c¨®nclave restringido de ministros) y, en ¨²ltima instancia, el primer ministro, quienes toman la decisi¨®n definitiva.
Ir¨¢n es el objetivo primordial del Mosad desde hace m¨¢s de un d¨¦cada. Con Netanyahu, la eliminaci¨®n de la amenaza existencial que supondr¨ªa una bomba at¨®mica en manos de la Rep¨²blica Isl¨¢mica se ha convertido en una obsesi¨®n.
A su llegada a la Casa Blanca, el presidente Barack Obama impuls¨® hace un decenio una campa?a de ciberataques coordinados con Israel contra el programa nuclear de Teher¨¢n. Un millar de centrifugadoras para enriquecer uranio quedaron infectadas por un gusano inform¨¢tico en la planta de Natanz, en la bautizada como Operaci¨®n Juegos Ol¨ªmpicos, que disemin¨® el virus Stuxnet en las redes inform¨¢ticas iran¨ªes. Pero cuando Obama decidi¨® promocionar el acuerdo nuclear los servicios de ciberguerra israel¨ªes dejaron de actuar en masa. El pasado mes de julio, el sabotaje inform¨¢tico que provoc¨® un incendio en las instalaciones de Natanz dej¨® patente que Trump hab¨ªa vuelto a dar carta blanca al espionaje israel¨ª.
Memoria de los fiascos de unos jueces y verdugos
Tres exdirectores del Mosad accedieron este mismo a?o, en el 70? aniversario de la creaci¨®n de la agencia, a compartir experiencias de su gesti¨®n en una publicaci¨®n de Ia Fundaci¨®n de Inteligencia de Israel, que fueron recopilados por el especialista en seguridad y espionaje Yossi Melman en el diario Haaretz. La memoria de los antiguos jefes del espionaje sobre los asesinatos selectivos se detiene m¨¢s en los fracasos que en los ¨¦xitos. Por ejemplo, el ataque en T¨²nez que se cobr¨® la vida en 1988 de Jalil al Wazir (Abu Yihad), n¨²mero dos del l¨ªder palestino Yasir Arafat, no sirvi¨® para frenar la Primera Intifada (1987-1993).
El Mosad tambi¨¦n reconoci¨® el error de haber intentado envenenar en Am¨¢n al dirigente de Ham¨¢s Jaled Meshal en 1997, durante el primer mandato de Netanyahu como primer ministro. Para resolver la crisis con el entonces rey Hussein, que apenas tres a?os antes hab¨ªa firmado un tratado de paz con Israel, hubo que enviar a la capital jordana el ant¨ªdoto para salvar la vida del l¨ªder islamista palestino.
En su segundo mandato, Netanyahu se vio envuelto en 2010 en otro gran fiasco del espionaje a ra¨ªz del asesinato en Dub¨¢i del jefe de las milicias de Ham¨¢s Mahmud al Mabhuh. Un comando de 11 agentes le liquid¨® a plena luz del d¨ªa. Intentaron no dejar ning¨²n rastro, pero fueron grabados por las c¨¢maras de seguridad de un hotel, donde se hab¨ªan registrado con pasaportes falsos suplantando la identidad de ciudadanos occidentales.
Los antiguos jefes del servicio de inteligencia exterior concluyen que muy pocos asesinatos han tenido una contribuci¨®n decisiva para la seguridad nacional. Algunos tal vez cambiaron el curso de la historia, como el ejecutado con una pistola con silenciador que seg¨® la vida de Fatih Shaqaqi, fundador de la Yihad Isl¨¢mica palestina, en Malta en 1995. O el atentado contra el jefe militar de Hezbol¨¢ Imad Mughniyeh, en una rocambolesca operaci¨®n en Damasco, en 2008, al estallar el reposacabezas del coche en el que circulaba el comandante proiran¨ª.
¡°En un asesinato selectivo se act¨²a en varios niveles a la vez: como investigador, como acusador y como ejecutor de la acci¨®n¡±, concluye Tamir Pardo, director del Mosad entre 2011 y 2016, en el citado Diario de la Fundaci¨®n de Inteligencia de Israel. ¡°Lo importante no es castigar al alguien por sus cr¨ªmenes, sino prevenir futuras acciones¡±.
John Brennan, que fue director de la CIA bajo la presidencia de Obama, ha saltado a la tribuna de Twitter tras la muerte del cient¨ªfico Fakhrizadeh para calificar estos asesinatos de ¡°terrorismo patrocinado por el Estado¡± y ¡°flagrante violaci¨®n del derecho internacional¡±. ¡°Es algo bien distinto de los ataques dirigidos contra jefes y militantes de grupos como Al Qaeda y el Estado Isl¨¢mico, que no son Estados soberanos¡±, advierte el exjefe de la agencia estadounidense.
Cohen, jefe de los esp¨ªas y delf¨ªn de Netanyahu
Yossi Cohen, director del Mosad dese hace cinco a?os, ha multiplicado la intensidad de las operaciones del Mosad contra Ir¨¢n gracias la relaci¨®n especial que mantiene con Netanyahu, quien ha llegado a presentarlo como su posible heredero en el poder. Con su in¨¦dita presencia habitual en actos p¨²blicos y en declaraciones a los medios, Cohen no parece ocultar su ambici¨®n pol¨ªtica. Tendr¨¢ que aguardar al final de su mandato, previsto para el pr¨®ximo mes de junio, cuando estar¨¢ a punto de cumplir los 60 a?os. Tambi¨¦n deber¨¢ dejar que transcurran tres a?os para no incurrir en incompatibilidades, seg¨²n la legislaci¨®n israel¨ª,que impone un ¡°enfriamiento institucional¡± a los responsables de seguridad que abandonan el cargo.
Apodado el Modelo por sus impecables trajes, el apuesto Cohen lleva casi toda la vida en el Mosad, a cuyo servicio ingres¨® en 1982. Se especializ¨® en programas de interceptaci¨®n de comunicaciones y ciberguerra con Ir¨¢n y ascendi¨® todos los escalones de la agencia hasta llegar a subdirector en 2013. Entonces fue fichado como consejero de Seguridad Nacional por Netanyahu, quien le convirti¨® en su estrecho aliado. Tres a?os despu¨¦s regres¨®, ya como n¨²mero uno para poner en bandeja al primer ministro el ¨¦xito de la captura de los archivos nucleares en Teher¨¢n.
Procedente de un linaje jerosolimitano de sabras (jud¨ªos nacidos en Tierra Santa), Cohen parece contar con todas las bendiciones de Netanyahu para recoger su testigo. Conservador y religioso, pero tambi¨¦n cosmopolita y pol¨ªglota, el director del Mosad ha acaparado bajo su control exclusivo misiones tan complejas como la normalizaci¨®n de relaciones con los pa¨ªses de Golfo (ac¨¦rrimos enemigos tambi¨¦n de Ir¨¢n) o la adquisici¨®n de equipos m¨¦dicos para hacer frente a la pandemia, que en teor¨ªa correspond¨ªan a los Ministerios de Exteriores y Sanidad.
Al frente del servicio secreto ha logrado crear toda una Administraci¨®n paralela dentro del Estado, con un presupuesto estimado en m¨¢s de 2.500 millones de euros y una plantilla de 7.000 personas, en una agencia de espionaje solo superada por la CIA, de acuerdo con los datos recopilados por Haviv Rettig Gur, analista de seguridad de The Times of Israel.
Cohen goza de plena libertad de movimientos al actuar bajo las ¨®rdenes directas de Netanyahu y sin las limitaciones de otros departamentos. A la espera de que llegue el momento pol¨ªtico estelar que la prensa hebrea profetiza, disfruta ahora, en medio de un ambiguo silencio, de la gloria tras la eliminaci¨®n del enemigo n¨²mero uno en el programa at¨®mico de Teher¨¢n. Un asesinato perfecto y sin rastros, con la huella inimitable del Mosad, que pone en jaque la aspiraci¨®n del presidente electo Joe Biden de volver a la casilla de salida de la era Obama en Oriente Pr¨®ximo y resucitar el acuerdo nuclear con Ir¨¢n.
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