El juicio de ¡®Charlie Hebdo¡¯, una catarsis para Francia, entra en su recta final
El proceso ha reabierto las heridas de los atentados y el debate sobre la libertad de expresi¨®n y la laicidad


Nadie dudaba de que el juicio de Charlie Hebdo iba a ser una catarsis. Al fin y al cabo, los atentados yihadistas de enero de 2015 contra la revista sat¨ªrica francesa y un supermercado jud¨ªo en Par¨ªs que dejaron 17 muertos fueron los primeros de una terrible serie de ataques extremistas que han marcado ¡ªy cambiado¡ª profundamente a Francia. Pero pocos contaban con que el proceso que ahora llega a su fin provocar¨ªa otra tormenta social y pol¨ªtica. Adem¨¢s de reavivar la amenaza terrorista ¡ªtres nuevos atentados solo en suelo franc¨¦s¡ª en estas semanas se han cuestionado pilares como la laicidad o la libertad de expresi¨®n en debates que rebasan las fronteras de la Rep¨²blica. M¨¢s que cerrar heridas, como dec¨ªan esperar las v¨ªctimas y familiares que durante semanas han asistido al proceso, el juicio ha demostrado que est¨¢n lejos a¨²n de cicatrizar.
El veredicto que den a conocer el pr¨®ximo mi¨¦rcoles los cinco jueces del tribunal especial que juzga el caso desde el 2 de septiembre ser¨¢ ¡°escrutado, sopesado y mirado con lupa¡±, advirti¨® la fiscal Julie Holveck al presentar esta semana las duras demandas de condenas ¡ªdos cadenas perpetuas y varias de 20 y hasta 30 a?os¡ª contra los 14 juzgados por diversos grado de complicidad en los ataques. En la sala, los inculpados, ocultos tras las mascarillas obligatorias por la pandemia de coronavirus que ha interrumpido en varias ocasiones un juicio que deber¨ªa haber concluido en noviembre, apenas mostraron emoci¨®n.
Su frialdad contrasta con la conmoci¨®n nacional provocada por todo lo ocurrido en este mismo tiempo fuera del Palacio de Justicia de Par¨ªs donde los abogados de los acusados concluir¨¢n este lunes su defensa. Porque como dijo el abogado de Charlie Hebdo, Richard Malka, durante su alegato final, ¡°son dos procesos en uno: el de los acusados y el de las ideas que se han querido asesinar¡±.
Esas ideas o ¡°esos famosos valores republicanos socavados¡±, como los calific¨® Malka, son sobre todo la libertad de expresi¨®n, que ha vuelto a ser cuestionada internacionalmente y no solo por pa¨ªses musulmanes, y el aleda?o derecho a la blasfemia que protege Francia contra viento y marea (pese a los ataques yihadistas), al mismo tiempo que defiende su laicidad.
Bajo el titular ¡°Todo eso, por esto¡±, Charlie Hebdo volvi¨® a publicar, al comienzo del juicio, las caricaturas de Mahoma que fueron el detonante de los atentados de enero de 2015 contra su redacci¨®n por los hermanos Sa?d y Ch¨¦rif Kouachi y contra el supermercado jud¨ªo Hyper Cacher por su c¨®mplice Amedy Coulibaly, que tambi¨¦n asesin¨® a una polic¨ªa.
La defensa de los 11 hombres que se han sentado todas estas semanas en el banquillo de los acusados ¡ªla ¨²nica mujer, Hayat Boumeddiene, esposa de Coulibaly, sigue fugada, al igual que otros dos acusados que se cree murieron en Siria tras unirse al Estado Isl¨¢mico¡ª alega que sus clientes son utilizados como chivos expiatorios ante la imposibilidad de juzgar a los autores materiales, ya fallecidos. Para la acusaci¨®n, quiz¨¢s fueron piezas peque?as, pero indispensables porque ¡°posibilitaron¡± los atentados. Y muestran, de paso, la peligrosa expansi¨®n de una ideolog¨ªa extremista contra la que el Gobierno de Emmanuel Macron quiere ahora presentar batalla, con una nueva ley que busca combatir el ¡°separatismo islamista¡± que crece sobre todo en los barrios perif¨¦ricos deprimidos de las grandes ciudades del pa¨ªs. All¨ª viv¨ªan tanto los terroristas como sus presuntos c¨®mplices.
Tras la difusi¨®n de las caricaturas, mientras en pa¨ªses musulmanes crec¨ªan las protestas contra Francia, se sucedieron tres nuevos ataques yihadistas en suelo galo y un cuarto en Viena. La brutalidad de los atentados, sobre todo la decapitaci¨®n de Samuel Paty, un profesor de secundaria que hab¨ªa mostrado en una clase de libertad de expresi¨®n algunas de las caricaturas, ha caldeado un debate que ha dado momentos in¨¦ditos, como la discusi¨®n ante los micr¨®fonos sobre si los derechos religiosos deben prevalecer sobre los pol¨ªticos que mantuvieron los presidentes Emmanuel Macron y el egipcio Abdelfat¨¢ Al Sisi durante su visita de Estado esta semana a Par¨ªs.
El controvertido l¨ªder egipcio defendi¨® la ¡°supremac¨ªa¡± de los valores religiosos sobre los humanos y cuestion¨® a Macron por defender la libertad de expresi¨®n por encima de los ¡°sentimientos de centenares de millones¡± de musulmanes. Macron, que se ha visto obligado a defender su postura incluso ante parte del mundo anglosaj¨®n ¡ª¡±la libertad de expresi¨®n no es ilimitada¡±, dijo el canadiense Justin Trudeau¡ª le rebati¨® educada pero firmemente. ¡°Consideramos que el valor del ser humano es superior a todo (¡) efectivamente est¨¢ el respeto de unos a otros, pero en el orden de lo pol¨ªtico, lo religioso no entra. Y jam¨¢s una religi¨®n, sea la que sea, porque nos burlemos de ella, tiene derecho a declarar la guerra¡±, sostuvo.
?Habr¨¢ servido para algo este juicio, m¨¢s all¨¢ de las condenas? Richard Malka quiere creer que s¨ª. ¡°Este proceso ha sido un acelerador formidable de la historia¡±, sostuvo el abogado en referencia especialmente a las discusiones lanzadas sobre el problema del islamismo en Francia y a los avances, incluso entre los l¨ªderes religiosos musulmanes del pa¨ªs y de Europa, sobre un ¡°islam republicano¡± compatible con las democracias occidentales. ¡°Las cosas se mueven, hay un despertar de conciencias¡±, dijo en su alegato final. Si es as¨ª, concluy¨®, estos tres meses ¡°tr¨¢gicos¡± de proceso y de nuevos atentados habr¨¢n servido al menos ¡°para que no seamos la generaci¨®n que ha abandonado sus sue?os, sus ideales, su sue?o de libertad y de libertad de expresi¨®n¡±.
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