Europa 25 - Orb¨¢n 2
Por primera vez en la historia de la Uni¨®n, el fondo de recuperaci¨®n se financiar¨¢ con un endeudamiento colectivo para subsidios a todos los pa¨ªses del club
Los desenlaces de las cumbres europeas siempre est¨¢n sujetos a valoraciones dispares y hasta totalmente contradictorias. Tambi¨¦n la de este jueves y viernes, en la que se ha desbloqueado el mayor acuerdo presupuestario en siete d¨¦cadas de Uni¨®n Europea. Pero todo indica, a falta del VAR de la historia, que el resultado fue un abrumador 25-2 en contra de Hungr¨ªa y Polonia y a favor de los socios partidarios de un mayor control de los fondos europeos y del respeto al Estado de derecho. O, como m¨ªnimo, un 24,5-2,5 si se toma en cuenta el penoso papel del primer ministro esloveno, Janez Jansa, que jug¨® medio partido en cada campo.
La mayor consecuencia de la cumbre es la puesta en marcha de un fondo de recuperaci¨®n de 750.000 millones de euros para paliar los efectos de la pandemia en Europa. Por primera vez en la historia de la Uni¨®n, ese fondo se financiar¨¢ con un endeudamiento colectivo para subsidios a todos los pa¨ªses del club. Frente a esa conquista, casi todas las dem¨¢s pegas, objeciones o apostillas palidecen.
Aun as¨ª, los habituales arcanos de la letra peque?a comunitaria se prestan a que el primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, cante victoria y a que algunos an¨¢lisis acusen a la presidencia alemana de la UE y al resto de socios de haber sacrificado la defensa del Estado de derecho para aprobar cuanto antes los presupuestos de la Uni¨®n.
El resultado de la cumbre, sin embargo, est¨¢ muy lejos de la ¨¦pica interrupta que disfrutar¨¢ Orb¨¢n durante unas horas y mucho m¨¢s cerca del pragmatismo a largo plazo del que suele hacer gala Bruselas. Por lo pronto, el reglamento sobre condicionalidad de las ayudas europeas en base al respeto del Estado de derecho que Orb¨¢n, con la ayuda a rega?adientes de Polonia, intentaba abortar, entrar¨¢ en vigor sin modificar ni una sola coma. ¡°A partir del 1 de enero empezaremos a aplicarlo¡±, ha subrayado este viernes la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, al t¨¦rmino de una cumbre marat¨®n de 22 horas consecutivas de negociaci¨®n.
Orb¨¢n y el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, han logrado, eso s¨ª, una declaraci¨®n del Consejo Europeo en la que se promete una aplicaci¨®n del reglamento en base al imperio de la ley. Es decir, justamente lo que pretende garantizar en toda la UE el reglamento tan temido por Orb¨¢n y, en menor medida, por Morawiecki.
El pacto tambi¨¦n hace una concesi¨®n peligrosa desde el punto de vista institucional, al paralizar la aplicaci¨®n ejecutiva del reglamento hasta que el Tribunal de la UE se pronuncie si alg¨²n Estado miembro impugna la nueva norma. Se da por descontado que Hungr¨ªa y Polonia recurrir¨¢n y, por tanto, durante unos meses, entre 12 y 24, la Comisi¨®n no podr¨ªa suspender los fondos a ning¨²n pa¨ªs. Tanto Hungr¨ªa como Polonia han demostrado ya, adem¨¢s, su habilidad para bordear las normas europeas y cometer tropel¨ªas contra el Estado de derecho dif¨ªicilmente corregibles desde Bruselas. Las sentencias europeas condenatorias a veces han frenado en seco ciertos cambios considerados ilegales por la UE, como la reforma judicial en Polonia. Pero otras han llegado tarde como la que conden¨® a Hungr¨ªa por la expulsi¨®n de la Univesidad de Europa central, fundada por el multimillonario George Soros, una de las bestias negras de Orb¨¢n.
Von der Leyen ha precisado, en todo caso, que, una vez conocida la jurisprudencia del Tribunal, ¡°todos los casos de violaci¨®n del Estado de derecho descubiertos desde el pr¨®ximo 1 de enero se investigar¨¢n, no se perder¨¢ ni un solo caso¡±.
Un precedente peligroso
Se trata, sin duda, de un peligroso precedente, que establece, como apunta una fuente europea, una especie de recurso previo de inconstitucionalidad. Es decir, la suspensi¨®n de una norma aprobada por el Consejo y el Parlamento Europeo hasta que los jueces comunitarios se pronuncien. El mal se antoja inevitable dada la prisa por poner en marcha los planes de recuperaci¨®n. Pero las posibilidades de ¨¦xito de los posibles recursos resultan ¨ªnfimas a la vista de las continuas derrotas de Polonia y Hungr¨ªa en sus apelaciones al Tribunal europeo en materia de supuestas actuaciones arbitrarias de Bruselas en contra de ambos pa¨ªses.
Sin duda, hubiera sido preferible no abrir esa v¨ªa. Pero la brecha entre el riesgo de un posible recurso paralizador durante unos meses y la dimensi¨®n del salto en la integraci¨®n fiscal que supone el fondo de recuperaci¨®n habr¨¢ pesado en el ¨¢nimo de la Comisi¨®n Europea al aceptar sin rechistar el pacto alem¨¢n con Budapest y Varsovia.
El resultado se antojaba tan favorable al lado europeo que fue aceptado durante la cumbre en cuesti¨®n de minutos por todos los socios, incluidos los que suelen arrogarse el papel de m¨¢s escrupulosos con el respeto al Estado de derecho como Pa¨ªses Bajos, Suecia o Dinamarca. Cuando la pataleta pol¨ªtica y judicial de Orb¨¢n sea historia, lo que quedar¨¢ para siempre ser¨¢ la condicionalidad de los fondos vinculada al respeto del Estado de derecho. Un primer paso para evitar que las derivas antidemocr¨¢ticas en cualquier pa¨ªs sean financiadas por el contribuyente europeo.
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