La divisi¨®n de la oposici¨®n de Nicaragua da un bal¨®n de ox¨ªgeno a Daniel Ortega
La Alianza C¨ªvica, en la que participan empresarios, y la Unidad Azul Blanco se separan tras meses de diferencias en sus estrategias para enfrentar al r¨¦gimen sandinista
La unidad dur¨® 15 meses. En octubre de 2018 las dos grandes corrientes opositoras al presidente Daniel Ortega que se formaron tras la represi¨®n a las protestas que desde abril de ese a?o exig¨ªan el fin del mandato del sandinista, anunciaron con bombos que se un¨ªan para plantar cara a Ortega a trav¨¦s de una gran coalici¨®n. La idea era presionar al r¨¦gimen para que retomara el di¨¢logo y lograr un adelanto de las elecciones. Pero pronto afloraron las diferencias entre la Alianza C¨ªvica ¡ªque entre sus filas re¨²ne a un sector de los empresarios¡ª y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), conformada por decenas de organizaciones de la sociedad civil. Estas abogan por un paro nacional general, m¨¢s acciones en las calles y mantienen un discurso contra las ¨¦lites. Los otros son m¨¢s proclives por mantener la presi¨®n diplom¨¢tica internacional para exigir reformas al presidente Daniel Ortega. Al final, como un matrimonio que naci¨® mal, ambos organismos anunciaron su separaci¨®n, dando un bal¨®n de ox¨ªgeno a un Ortega desesperado por las sanciones que Estados Unidos ha impuesto contra su Gobierno, pero que mantiene el control del Estado y la unidad de su partido, el Frente Sandinista.
Representantes de la UNAB y de la Alianza explican ¡ªsin mucho convencimiento¡ª de que se trata de una ¡°separaci¨®n amistosa¡± y que, parad¨®jicamente, seguir¨¢n trabajando para lograr la unidad contra Ortega, pero cada organismo por su lado. Desde la acera de los nicarag¨¹enses hartos de casi dos a?os de crisis, el resquebrajamiento de la unidad se sufre como una traici¨®n, porque ven a los integrantes de ambos organismos m¨¢s abocados en defender sus intereses, atacarse entre s¨ª, que trabajar unidos para solucionar la pesadilla que en Nicaragua ha dejado 328 muertos por la ambici¨®n de Ortega de aferrarse al poder y cerrarse a negociar una salida pac¨ªfica a la crisis. ¡°Solo puedo deducir que el inter¨¦s de la mayor¨ªa de los nicarag¨¹enses es salir del carnicero [Ortega]. No lo comparten la mayor¨ªa de las organizaciones de la Unidad y anteponen sus intereses mezquinos¡±, escribi¨® Alonso, un usuario de Twitter. ¡°Mientras el pueblo sufre estos opositores se toman todo su tiempo¡±, agreg¨® en la misma red Jos¨¦. Otra usuaria escribi¨®: ¡°El objetivo es ¨²nico: sacar una dictadura y buscar c¨®mo forjar un pa¨ªs donde se respeten los derechos de todos los ciudadanos¡±. Los comentarios forman parte de las respuestas a un tuit publicado por el estudiante Harley Morales,?exintegrante de la Alianza, intentado explicar los motivos de la separaci¨®n.
Lo cierto es que durante el ¨²ltimo a?o ha habido muchos reproches y poco avance en la unidad. Desde la UNAB se presiona a la Alianza para que se convoque un paro indefinido, como forma de presi¨®n extrema para golpear al Gobierno. Los integrantes de este organismo achacan a los empresarios y las ¨¦lites econ¨®micas su falta de compromiso pol¨ªtico en las acciones contra al r¨¦gimen y se quejan amargamente en las redes que estos prefieren mantener sus ingresos econ¨®micos en detrimento de la democracia y la libertad del pa¨ªs centroamericano. Del otro lado se ve con recelo a sus ahora antiguos aliados, muchos de ellos beligerantes activistas sociales. Los empresarios de la Alianza temen las consecuencias econ¨®micas de un paro indefinido sobre la ya de por s¨ª debilitada econom¨ªa del pa¨ªs, aunque en el pasado han apoyado tres paros parciales y muchos de ellos han sufrido las represalias del Gobierno, a trav¨¦s de confiscaciones, por apoyar las protestas. Dentro de la Alianza C¨ªvica tambi¨¦n hay estudiantes, campesinos, feministas, intelectuales y sindicalistas. La presi¨®n principal la centran en la denuncia internacional para lograr presiones externas que acorralen al r¨¦gimen. "Hay mucha gente loca dentro de la UNAB", dice una fuente de la Alianza que pide no ser citada. "Es gente inmadura, que exacerba el conflicto. Desde la Alianza somos muy prudentes".
El anuncio de su distanciamiento ha acaparado la atenci¨®n de la prensa nicarag¨¹ense, golpeada por la censura, persecuci¨®n, asalto y confiscaci¨®n de redacciones de parte del r¨¦gimen de Ortega. ¡°No es una separaci¨®n por pleitos internos. Se acord¨® hacer esto para definir los roles que cada uno tiene para conformar la gran coalici¨®n opositora¡±, dijo al diario La Prensa, el m¨¢s importante de Nicaragua, Violeta Granera, integrante de la UNAB. ¡°La supuesta separaci¨®n entre la extinta y fallida Alianza C¨ªvica y la UNAB no es novedad, siempre existi¨®, que no lo hayan querido hacer p¨²blico antes es otra cosa. Cuando no se comparten valores es natural la incapacidad de unirse¡±, escribi¨® el activista Yaser Moraz¨¢n en declaraciones recogidas por el medio independiente Art¨ªculo66.com. Jos¨¦ Pallais, de la Alianza C¨ªvica, fue m¨¢s espec¨ªfico en declaraciones a la revista Confidencial: ¡°Hay una ruta establecida, hay compromisos y documentos negociados, que se suspendieron y no avanzaron en diciembre pasado, porque el Consejo Pol¨ªtico [de la UNAB] no ten¨ªa autorizaci¨®n de su Asamblea General¡±. La separaci¨®n, en todo caso, se da en un a?o preelectoral, cuando la oposici¨®n debe presentarse fortalecida si quiere lograr un triunfo en las elecciones previstas para 2021, con un Ortega golpeado pol¨ªticamente, pero quien se mantiene como el hombre fuerte de Nicaragua.
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