¡®Good morning¡¯, tristeza
En Londres, que vot¨® mayoritariamente contra el Brexit en el refer¨¦ndum de 2016, muchos ciudadanos viven con pesar el ¨²ltimo d¨ªa antes de la salida de la UE
Este 31 de enero, el d¨ªa del Brexit se pone en marcha, Shaun Beedle (30 a?os, Nottingham) se despert¨® mirando al aire como si dijera ¡°Good morning, sadness¡±, y tecle¨® a sus amigos: ¡°Hoy me han robado mi nacionalidad europea¡±.
En el metro llor¨® ¡°como si estuviera en agon¨ªa¡±. Al tiempo, en la televisi¨®n, Nigel Farage, parte de la arquitectura que ha sacado al Reino Unido de la Uni¨®n Europea, re¨ªa recontando su haza?a, hasta que lord Mandelson, oponente laborista al proceso, le congel¨® la carcajada: ¡°No es el fin del proceso: es el fin del ego trip de Nigel Farage¡±.
Cuando Shaun comunicaba su desolaci¨®n apareci¨® en el m¨®vil este mensaje de un abuelo europeo: ¡°Ten¨ªa en Londres dos nietas ciudadanas europeas, Nina y Carla. Ahora solo son brit¨¢nicas. Conf¨ªo en que un d¨ªa recuperen lo que les han quitado¡±. Para Shaun, ¡°ha sido el mayor error de nuestro tiempo; interrumpe nuestra relaci¨®n cultural, nos rebaja la energ¨ªa, todo lo que hay detr¨¢s de esta decisi¨®n es deseo impuro de dividir el pa¨ªs¡±.
Daniel Horgan, que a¨²n no tiene 40 a?os y desempe?a un papel importante en un hotel de las cercan¨ªas del Parlamento, est¨¢ triste e indignado. Vot¨® por que el Reino Unido se quedara, como el 60% de los habitantes de Londres, donde naci¨®, aunque proviene del norte de Escocia y de Irlanda. Abriga la convicci¨®n de que ¡°en cinco a?os¡± una ¡°generaci¨®n joven acabar¨¢ con este despilfarro que interrumpe viajes, comercio¡± y que se origin¨® ¡°sin que estuviera previsto en nuestra historia democr¨¢tica¡±.
En el bar que provee de caf¨¦ urgente a los trabajadores del Parlamento una mujer acepta dar su nombre (¡°Mary Faulkner, como el novelista¡±) pero no considera conveniente desnudarse m¨¢s. Vot¨® para quedarse, ¡°pero este pa¨ªs es una democracia y decidi¨®¡±. Comprende ¡°la tristeza¡± de otros, incluso que alguien diga que hoy se remede el t¨ªtulo de Fran?oise Sagan y se salude el d¨ªa as¨ª, ¡°Good morning, tristeza¡±, pero ¡°no es el fin del mundo, ni tampoco el de una relaci¨®n con Europa. Europa seguir¨¢ ah¨ª y nosotros tambi¨¦n. Hay que disfrutar del viaje, como siempre lo hemos hecho¡±.
En la plaza en la que durante todo el d¨ªa Churchill fue marcando los pasos de turistas, brexiteros euf¨®ricos y melanc¨®licos europe¨ªstas, una venezolana (Mar¨ªa Rita Fernandes) nos dijo que lleva aqu¨ª 21 a?os, trabaja cuidando ni?os y tiene m¨¢s claro que los que jalean la Union Jack la raz¨®n por la que el Brexit tiene raz¨®n. Seg¨²n ella, ¡°la UE es un enga?o liberal que le permite a filocomunistas y ped¨®filos dictar leyes¡±. La Europa que abandona Gran Breta?a, es ¡°una uni¨®n de dictadores que ha da?ado a la sociedad brit¨¢nica no respetando sus ra¨ªces. Es mentira la Uni¨®n, es un escondite de criminales, como Espa?a, donde se resguardan los hijos de Ch¨¢vez¡±.
Todos los partidarios del Brexit llevan sus banderas; algunas pancartas invitan a los pol¨ªticos a abandonar toda esperanza y otras celebran viejas gestas que ¡°volver¨¢n gracias a este movimiento patri¨®tico¡±. ?Comprende que otros no se sientan felices? ¡°?Felices! ??Y por qu¨¦ han de sentirse felices, si nos metieron en la UE sin permiso?! Quiero que conste en su papel que ahora queremos abolir la C¨¢mara de los Lores para acabar con los que no fueron elegidos. ?Este es un pa¨ªs democr¨¢tico!¡±.
Mark Desmond tiene 75 a?os y se titula a s¨ª mismo (en los numerosos carteles que adornan su vestido) Man of God (Hombre de Dios). Est¨¢ ¡°orgulloso¡± del Reino Unido, considera que aqu¨ª ¡°se fund¨® la libertad de Europa¡±, y que este es el primer d¨ªa ¡°del resto de la vida en que los pa¨ªses ver¨¢n el final de las dictaduras¡±.
Vestido como para pasar de largo de las controversias, un finland¨¦s de 75 a?os (¡°que ya siempre est¨¢ de vacaciones¡±), de nombre Pekka Nikula, mira este espect¨¢culo sin sorpresa. Acostumbrado a arreglar cuentas por su oficio en una empresa de contabilidad, se?ala as¨ª la relaci¨®n del Reino Unido con Europa: ¡°Siempre han estado fuera de la UE, nunca fueron Europa. ?Qu¨¦ esperaban?¡± Al Hombre de Dios, que es de Doncaster, se le suma un compa?ero de viaje (¡°y de habitaci¨®n, dormimos juntos para estar temprano hoy¡±) y deletrea un cartel de su colega:?Make America Great Again. ?Y el Reino Unido? ¡°Si es grande Am¨¦rica, nosotros tambi¨¦n lo seremos¡±. Llevan la se?al de Farage, el UKIP.
A uno de los que expon¨ªan en torno a su cuerpo las banderas del Brexit le pregunt¨¦ si no lo sent¨ªa por los perdedores. ¡°No haber votado en contra. Los perdedores ya no volver¨¢n¡±. Distra¨ªdos por all¨ª hab¨ªa dos estudiantes franceses de periodismo. ¡°D¨ªa dif¨ªcil para Gran Breta?a. ?C¨®mo van a recibir la agricultura, c¨®mo van a salvar la econom¨ªa? Es triste¡±. El mayor es Thomas Bernier, 24 a?os, y su amigo T¨¨va Vermel tiene 21. Detr¨¢s de ambos est¨¢, descuidada por la mirada ensimismada de Churchill, la abad¨ªa de Westminster, acostumbrada a grandes bodas y a impresionantes funerales. El de hoy no parece ni una cosa ni otra, porque en este momento aqu¨ª hasta la alegr¨ªa da tristeza.
Lejos de la euforia de todos los colores brexiteros, junto a la ¨²nica estatua de una mujer que hay en la plaza, la de la sufragista Fawcett, Los Nuevos Europeos intentan que se escuche su mensaje. Uno de aquellos abanderados se acerca a interrumpir sus discursos: ¡°?A hablar a Kenia, desgraciados!¡± Uno de los que se expresa contra el Brexit es Joan Pons, catal¨¢n, enfermero en Sheffield, que se siente ¡°enga?ado, traicionado, triste, utilizado por el Gobierno brit¨¢nico, que ha utilizado para sus objetivos mentiras sobre la emigraci¨®n¡±. Una joven concejala laborista espa?ola (de Las Palmas) en Camden, Nayra Bello, apoya: ¡°Este pa¨ªs ha tomado la decisi¨®n err¨®nea¡±. Y Laura Vall¨¦s, experta en arte, de Castell¨®n, lo dice de otro modo: ¡°Se confirma que los muros de la polarizaci¨®n vuelven a levantarse¡±.
No se dejen vencer por la congoja, dice en el restaurante Hispania un experto en financiar inversiones brit¨¢nicas en Espa?a y Portugal, Howard Steel. ¡°Pasar¨¢ alg¨²n tiempo dif¨ªcil, pero como hay simpat¨ªa entre los pa¨ªses con Espa?a y con el mundo seguiremos llev¨¢ndonos bien¡±. Clifton Melville, piensa que, al contrario, ¡°esto va a ser una pesadilla¡±. A los 46 a?os, Fernando Ripoll¨¦s, espa?ol que vive aqu¨ª desde hace m¨¢s de 20 a?os, responsable de una start up que asegura que el oro es un instrumento de estabilidad financiera, expresa ¡°tristeza y cabreo; pero Europa tiene que ver qu¨¦ parte de culpa tiene. Ahora esto se ha roto, pero qui¨¦n dice que un d¨ªa no regresa el Reino Unido a la senda que ahora abandona¡¡±
A lo largo de la historia se fue muchas veces, y ahora ha tocado otra vez. Esto dice Rupert Gavin, productor de teatro, historiador, dirige los museos hist¨®ricos de la monarqu¨ªa¡ Parte del Imperio Romano y se adentra en las 30.000 palabras de Shakespeare para explicar por qu¨¦ la anomal¨ªa era la integraci¨®n. ¡°Para qu¨¦ esta sobreexcitaci¨®n¡±. Sus hijas votaron para quedarse, y ¨¦l les sigui¨®, ¡°pero la historia iba a escribir otra vez una p¨¢gina como esta. Ahora ellas est¨¢n aburridas y tristes de todo el proceso. Pero yo soy optimista, aunque parezca esta una locura. Y les dir¨ªa a los que no se sienten felices con este viaje ingl¨¦s fuera de Europa que queremos que est¨¦n con nosotros. Ver¨¢n c¨®mo encontramos otra vez el camino del encuentro¡±.
¡ª?Pero usted entiende que hoy alguien se haya levantado exclamando ¡°?Good morning, tristeza!¡±.
¡ª?Sin duda! Pero ya se olvidar¨¢ de esa tristeza.
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