La comunidad brit¨¢nica en Alicante observa sin ansiedad el desgarro del Brexit

Nicholas Iddon bebe una pinta de cerveza junto a un amigo bajo el sol invernal de Ciudad Quesada, una gigantesca urbanizaci¨®n del municipio de Rojales (Alicante). Acaba de bajarse de la bicicleta, una de las aficiones a las que se dedica durante sus cuatro o cinco meses de vacaciones anuales en Espa?a. Vive en Wokingham (Reino Unido) y apura las ¨²ltimas horas antes de que se consume la salida de su pa¨ªs de la Uni¨®n Europea. ¡°Oh, s¨ª, el Brexit. Ma?ana caer¨¢ el cielo sobre nuestras cabezas¡±, bromea. Humor ingl¨¦s. Iddon compr¨® una casa en Espa?a en 2000 y su intenci¨®n es retirarse aqu¨ª. ¡°Vot¨¦ Brexit¡±, se?ala, ¡°porque no quer¨ªa que los bur¨®cratas de Bruselas a los que no hab¨ªamos elegido tomaran todas las decisiones relativas a mi pa¨ªs¡±.

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Asegura estar ¡°tranquilo¡± ante lo que pueda pasar a partir del 1 de febrero. ¡°No s¨¦ por qu¨¦ iba a afectar el Brexit a nuestra vida aqu¨ª¡±, sostiene. Idoon es uno de los 6.170 brit¨¢nicos empadronados en Rojales, la tercera parte de la poblaci¨®n de una localidad de 18.358 habitantes de los que apenas unos 5.000 son espa?oles. Los datos los proporciona Derek Monks, concejal de Integraci¨®n de Residentes y Coordinaci¨®n de Urbanizaciones del Ayuntamiento de Rojales, gobernado por el PSOE. Monks, tambi¨¦n ingl¨¦s, de Wigan, asegura que ¡°la incertidumbre sobre el Brexit se ha terminado¡±.

La salida brit¨¢nica de la UE plante¨®, en su momento, dos grandes temores entre los residentes en Espa?a. ¡°El primero, dado que la mayor¨ªa est¨¢n jubilados, era si sus pensiones iban a crecer anualmente, como estipulan las leyes inglesas¡±, se?ala Monks sobre una cuesti¨®n que qued¨® resuelta con el compromiso brit¨¢nico de no congelarlas. El segundo; si iban a tener acceso al sistema espa?ol de salud, que les ha quedado garantizado con el compromiso de ambos pa¨ªses a pagar por cada pensionista, brit¨¢nico en Espa?a, y espa?ol en el Reino Unido. "En ambos asuntos, los Gobiernos han alcanzado acuerdos, seg¨²n explic¨® la c¨®nsul brit¨¢nica en varios encuentros con los residentes de Ciudad Quesada. Ahora, ya no sienten p¨¢nico, est¨¢n relajados porque seguiremos con nuestras vidas como hasta ahora¡±, detalla Monks.

De hecho, el concejal subraya que sus conciudadanos han comprendido que deben empadronarse para regularizar su situaci¨®n en Espa?a. ¡°En 2019, hicieron el tr¨¢mite 1.143 brit¨¢nicos en Rojales". Y para este a?o, se esperan m¨¢s. Como Joanne Byron y Keith Mould, que cambiaron su Nottingham natal por Ciudad Quesada en 2003 y tambi¨¦n disfrutan de una pinta en la terraza de un pub ingl¨¦s, el The Old Don Carlos. Ambos montaron una inmobiliaria, el sector l¨ªder en la macrourbanizaci¨®n. Buscaban ¡°una vida mejor¡± y votaron la permanencia, el entonces llamado Remain, en el refer¨¦ndum. ¡°Creo que los brit¨¢nicos nos creemos m¨¢s de lo que en realidad somos¡±, se queja Byron. ¡°Nosotros nos quedaremos, jam¨¢s pensar¨ªamos en volver a Inglaterra¡±, dice Mould, ¡°ya somos residentes permanentes¡±. ¡°?ramos muy felices siendo europeos¡±, a?ade Byron, quien defiende que es mejor que los ingleses formen parte de una entidad mayor, como la UE.

Seg¨²n Monks, la presencia de ciudadanos ¡°de m¨¢s 80 pa¨ªses distintos¡± ha conseguido que Rojales apenas tenga un ¨ªndice de paro del 7%. ¡°Los jubilados ingleses compran casas, gastan su dinero en los establecimientos, generan puestos de trabajo. Y este a?o vendr¨¢ m¨¢s gente¡±, vaticina el edil, ¡°la construcci¨®n de viviendas no ha parado¡±, destaca. De este mercado se aprovechan tambi¨¦n los propios brit¨¢nicos. Como Nicola Kemp, de Kent, que trabaja en una inmobiliaria donde ¡°todos los compa?eros¡± son for¨¢neos. ¡°No creo que vaya a pasar nada tras el Brexit¡±, augura, ¡°si los ingleses tuvi¨¦ramos que irnos de aqu¨ª, crear¨ªamos un gran problema para Rojales¡±.

"Si el refer¨¦ndum se repitiera ma?ana, votar¨ªamos Remain. En aquella campa?a, no nos dieron suficiente informaci¨®n y adem¨¢s, no era correcta", dice un brit¨¢nico en Alicante

Kemp lleva tres a?os en Ciudad Quesada, a la que llegaron primero sus abuelos y luego sus padres. ¡°Es un sitio estupendo para pasar las vacaciones¡±, dice. Sus compatriotas buscan, principalmente, ¡°villas y apartamentos¡± con un requisito casi un¨¢nime: ¡°Estar rodeados de otros extranjeros¡±. La agente inmobiliaria reconoce que los jubilados brit¨¢nicos no tienen capacidad de integraci¨®n. ¡°Son mayores y tienen dificultades para aprender espa?ol. Buscan que en las tiendas y restaurantes les atiendan en ingl¨¦s, comida inglesa, pubs ingleses¡±, se?ala.?

En ingl¨¦s atienden a Kalvin y Viv¨ªan Marshall, vecinos de Swindon, en una oficina de cambio de moneda. Cuentan que desde hace dos a?os, pasan tres meses anuales en Espa?a. En su momento, votaron Brexit. ¡°Nos dijeron que la mayor¨ªa de los problemas de nuestro pa¨ªs se deb¨ªan a la dictadura de Bruselas, que nos dec¨ªa qu¨¦ pod¨ªamos pescar, qu¨¦ pod¨ªamos comprar, qu¨¦ ingredientes pod¨ªamos usar en nuestra comida¡±, recuerda Kalvin. Ahora sigue pensando que la UE ejerc¨ªa ¡°demasiado control¡± sobre sus vidas. "Pero si el refer¨¦ndum se repitiera ma?ana, votar¨ªamos?Remain. En aquella campa?a, no nos dieron suficiente informaci¨®n y adem¨¢s, no era correcta¡±, lamenta. Guardan los euros reci¨¦n cambiados y salen a pasear ¡°tranquilos¡± bajo los m¨¢s de 20 grados del sol invernal de Rojales.