Abu Dis, la capital de nunca jam¨¢s para los palestinos
Un suburbio de Jerusal¨¦n separado por el muro, donde el plan Trump quiere fijar la capitalidad del futuro Estado de Palestina, rechaza la propuesta de la Casa Blanca
El esqueleto del edificio del Consejo Legislativo se ha convertido con el tiempo en un mausoleo de los Acuerdos de Oslo, un pante¨®n de la paz que no pudo ser en Tierra Santa. Abandonado sin concluir en 1995, tras el asesinato del primer ministro israel¨ª Isaac Rabin, los restos del Parlamento palestino compiten con la cercana tumba de L¨¢zaro, donde la tradici¨®n cristiana localiza el milagro de Jes¨²s en Betania, como principal atracci¨®n de Abu Dis. Este suburbio oriental de Jerusal¨¦n con aire de favela, atravesado por colinas y vaguadas, es se?alado en el plan de paz presentado la semana pasada por Donald Trump como previsible ¡°capital soberana¡± del futuro Estado de Palestina.
¡°Abu Dis forma parte de Jerusal¨¦n, que es la capital palestina; pero el muro nos divide¡±, protesta Ahmad Abu Hilal, alcalde de este distrito de la gobernaci¨®n jerosolimitana ante un paisaje enmarcado por el Monte de los Olivos, la C¨²pula de la Roca de Al Aqsa y el perfil de torres de oficinas y viviendas de la Ciudad Santa. ¡°No queremos ni podemos ser capital de nada¡±, enfatiza el regidor, ¡°ya que la barrera de hormig¨®n erigida por los israel¨ªes nos ha privado del 90% de nuestras tierras. Aqu¨ª no hay sitio para construir la sede de un Gobierno¡±.
El conocido como acuerdo del siglo, en la hiperb¨®lica definici¨®n del propio presidente de Estados Unidos, prev¨¦ que la capitalidad palestina se situar¨¢ ¡°en el sector de Jerusal¨¦n Este localizado al este y el norte de la barrera de seguridad existente (...) y podr¨ªa denominarse Al Quds [como los palestinos llaman a la Ciudad Santa] o cualquier otro nombre fijado por el nuevo Estado¡±. Podr¨¢n bautizarla como quieran, pero Jerusal¨¦n ¡°seguir¨¢ siendo la capital indivisible de Israel¡±, apostilla el plan de Trump.
Palestina seg¨²n el Plan Trump
Asentamientos israel¨ªes
CISJORDANIA
L¨ªnea verde
(1949)
ISRAEL
Jerusal¨¦n
Ciudad vieja
Betania
Abu Dis
L¨ªmite municipal de
Jerusal¨¦n declarado
unilateralmente
por Israel
1 km
CISJORDANIA
Palestina seg¨²n el Plan Trump
Asentamientos israel¨ªes
CISJORDANIA
L¨ªnea verde
(1949)
ISRAEL
Jerusal¨¦n
Ciudad vieja
Betania
Abu Dis
L¨ªmite municipal de
Jerusal¨¦n declarado
unilateralmente
por Israel
1 km
CISJORDANIA
Palestina seg¨²n el Plan Trump
Asentamientos israel¨ªes
CISJORDANIA
L¨ªnea verde
(1949)
Jerusal¨¦n
ISRAEL
Ciudad vieja
Betania
Abu Dis
L¨ªmite municipal de
Jerusal¨¦n declarado
unilateralmente
por Israel
1 km
CISJORDANIA
En Abu Dis y sus alrededores resulta patente que, para los palestinos, un Estado sin Jerusal¨¦n no vale la pena. ¡°El rechazo al apartheid impuesto por el acuerdo del siglo ha galvanizado a todos los grupos pol¨ªticos, enfrentados desde hace m¨¢s de una d¨¦cada en facciones¡±, subraya Sherin Abu Jaris, la portavoz local de Iniciativa Nacional. Esta formaci¨®n liberal y prodemocr¨¢tica se presenta ante el electorado palestino como tercera v¨ªa frente a la dicotom¨ªa existente entre el nacionalismo laico de Fatah, el partido del presidente Mahmud Abbas, y el islamismo de Ham¨¢s, movimiento que gobierna de facto en la franja de Gaza desde 2007. ¡°Abu Dis es mi ciudad y Jerusal¨¦n es nuestra capital eterna¡±, sostiene esta activista pol¨ªtica en la biblioteca municipal. ¡°Cualquier paso que d¨¦ Israel para apropiarse de nuestra tierra puede ser el detonante de un estallido de resistencia popular ante las anexiones autorizadas en el plan de Trump¡±.
El plan de paz presentado por la Casa Blanca en ausencia de los palestinos da v¨ªa libre a la anexi¨®n por Israel de los asentamientos en Cisjordania, donde se han afincado m¨¢s de 400.000 colonos en el ¨²ltimo medio siglo, y a la incorporaci¨®n territorial al Estado jud¨ªo del estrat¨¦gico valle del r¨ªo Jord¨¢n, en la frontera con Jordania. El primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, pretende poner en marcha la anexi¨®n antes de las elecciones legislativas convocadas el 2 de marzo, las terceras en menos de un a?o.
La Administraci¨®n estadounidense, sin embargo, ha desaconsejado las anexiones en este momento por boca de Jared Kushner, yerno y asesor principal del presidente republicano, considerado el arquitecto de un plan de paz que parece haber nacido muerto a los ojos de la comunidad internacional.
Tras el veto palestino a una iniciativa que establece condiciones previas de negociaci¨®n que tachan de inaceptables, como la capitalidad exclusiva para Israel en Jerusal¨¦n, la Liga ?rabe lo conden¨® el s¨¢bado y la Organizaci¨®n de Cooperaci¨®n Isl¨¢mica, que representa a 1.500 millones de musulmanes, lo rechaz¨® el lunes. El Kremlin ha excluido su viabilidad por ¡°contradecir resoluciones del Consejo de Seguridad¡±, y la UE ha advertido de que ¡°sin un acuerdo entre las partes, no hay posibilidad de ¨¦xito en un plan de paz¡±, seg¨²n record¨® el domingo en Am¨¢n el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
Un edificio a medio derruir junto a los restos del Parlamento palestino constata la pesadilla de los mapas que fragmentan Tierra Santa. El inmueble, construido sin licencia, fue demolido en gran parte por el ej¨¦rcito por hallarse ubicado en la llamada ?rea C de los Acuerdos de Oslo (control exclusivo israel¨ª), aunque a escasos metros de la frustrada sede del Consejo Legislativo, sita en el ?rea B (control administrativo palestino, pero israel¨ª de seguridad). A una distancia a¨²n menor se alza el pared¨®n gris que separa Abu Dis, en teor¨ªa Cisjordania, de Jerusal¨¦n Oriental, ocupado y anexionado por el Estado jud¨ªo.
¡°Estamos a solo dos kil¨®metros de la mezquita de Al Aqsa, en la Ciudad Vieja, un trayecto que hasta 2005 se pod¨ªa recorrer en coche en un cuarto de hora¡±, explica el alcalde, el independiente Abu Hilal, frente al muro, ¡°pero ahora debemos dar un rodeo que lleva casi una hora¡±. Uno de cada tres de los 30.000 habitantes de Abu Dis carece de empleo. Sin terreno agr¨ªcola ni apenas tejido empresarial, la Universidad de Al Aqsa, en la que cursan estudios 40.000 alumnos, es el mayor foco de actividad del distrito.
La construcci¨®n de la barrera ha desencadenado un crecimiento an¨¢rquico en los suburbios palestinos del norte y el este que quedaron aislados de Jerusal¨¦n. ¡°Israel ha limitado el despliegue de fuerzas de seguridad palestinas¡±, asegura el alcalde la vecina Betania, Issam Farum, ¡°y solo contamos con 30 polic¨ªas para m¨¢s de 120.000 residentes. Los traficantes de drogas y de coches israel¨ªes robados campan a sus anchas en esta tierra de nadie¡±.
El tsunami de la construcci¨®n del muro en 2005
Azariyeh, como se denomina en ¨¢rabe Betania en memoria de L¨¢zaro, tambi¨¦n aguarda el milagro de la resurrecci¨®n econ¨®mica despu¨¦s del vuelco que supuso la construcci¨®n del muro durante la Segunda Intifada (2000-2005). Para este regidor afiliado a Fatah, la barrera provoc¨® un ¡°tsunami¡± que sumi¨® en la bancarrota y el aislamiento a las poblaciones segregadas. ¡°Los hospitales est¨¢n en Jerusal¨¦n Este, y algunas mujeres han tenido que dar a luz en los atascos de los puestos de control del ej¨¦rcito¡±, puntualiza con un gesto de indignaci¨®n en el despacho de la alcald¨ªa. ¡°Sin Jerusal¨¦n no somos nada. Tampoco podemos solucionar los problemas de nuestra gente¡±, lamenta.
¡°El plan de Trump ha sido redactado por los israel¨ªes¡±, concluye Farum. ¡°Representa la etapa final de un proceso iniciado con la Declaraci¨®n Balfour¡±, argumenta en una referencia hist¨®rica a la carta suscrita en 1917 por el entonces secretario del Foreign Office Arthur Balfour, en la que expresaba el respaldo del Gobierno brit¨¢nico al establecimiento en Palestina de ¡°un hogar nacional para el pueblo jud¨ªo¡±.
¡°Hay discrepancias entre el liderazgo pol¨ªtico y la calle palestina¡±, admite el alcalde de Betania, ¡°pero la resistencia al plan de Trump y al racismo que destila es colectiva¡±. ¡°Ham¨¢s y Fatah est¨¢n dando pasos hacia la reconciliaci¨®n¡±, anticipa Abu Jaris, la responsable de Iniciativa Nacional en Abu Dis, ¡°Jerusal¨¦n es nuestra historia, y el plan de Trump nos la quita, sin las fronteras de 1967¡±. Es el asunto capital para los palestinos. A¨²n m¨¢s para quienes se sienten jerosolimitanos de coraz¨®n sin poder acceder a una ciudad que casi tocan con la mano.
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