La UE planta cara a Rusia y Turqu¨ªa con una misi¨®n militar para bloquear la entrada de armas en Libia
Austria levanta el veto a la operaci¨®n tras asegurar que ser¨¢ revisada si hay un efecto llamada de pateras
Fragatas turcas. Milicianos rusos. Y dentro de unas semanas, barcos europeos implicados en una guerra civil en Libia que se ha convertido en el teatro de una lucha geoestrat¨¦gica transcontinental. Los ministros de Asuntos Exteriores de la Uni¨®n Europea (UE) han acordado este lunes en Bruselas poner en marcha una misi¨®n militar, con fuerzas mar¨ªtimas y a¨¦reas, para hacer cumplir el embargo de armas decretado por la ONU contra Libia.
La presencia de barcos europeos en aguas del Mediterr¨¢neo intentar¨¢ evitar que contin¨²e el suministro de armas que alimenta la confrontaci¨®n entre el Gobierno reconocido por la ONU y apoyado por Turqu¨ªa, encabezado por Fayed el Serraj en Tr¨ªpoli, y las fuerzas del general Jalifa Hafter, que intentan el asalto desde el este del pa¨ªs con el respaldo de Rusia desde hace unos meses.
La UE espera contribuir a pacificar Libia y evitar una escalada como la ocurrida en Siria, que en 2015 provoc¨® un ¨¦xodo masivo que se tradujo en la llegada de m¨¢s de un mill¨®n de refugiados a suelo europeo.
La voluntad de evitar una nueva crisis migratoria en Europa es una de las razones que lleva a la nueva misi¨®n militar en el Mediterr¨¢neo. Pero la misi¨®n incrementa tambi¨¦n el riesgo de roce con las fuerzas desplegadas por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan o con los presuntos t¨ªteres del presidente ruso Vlad¨ªmir Putin.
¡°Los barcos europeos no estar¨¢n all¨ª para pasearse¡±, ha advertido el alto representante de Pol¨ªtica Exterior de la UE, Josep Borrell, tras alcanzarse un acuerdo que solo unas horas antes parec¨ªa imposible. ¡°Ha sido uno de los debates m¨¢s largos e intensos que recuerdo¡±, ha se?alado Borrell. ¡°Pero el acuerdo muestra que cuando hay voluntad pol¨ªtica se puede actuar¡±, ha a?adido el jefe de la diplomacia comunitaria visiblemente satisfecho.
Borrell ha logrado superar el rechazo de socios como Austria, que se resist¨ªan a aprobar la misi¨®n por temor a que los nav¨ªos militares recogieran migrantes irregulares en medio del mar. Tras horas de negociaci¨®n, el acuerdo incluye condiciones que han despejado las dudas de los pa¨ªses que temen un efecto llamada hacia la migraci¨®n ilegal.
Los barcos se retirar¨¢n si se detecta un incremento de embarcaciones con emigrantes a la espera de ser rescatados
Por lo pronto, el acuerdo supone la extinci¨®n de la Operaci¨®n Sophia, puesta en marcha en 2015 y que cubr¨ªa toda la costa libia. Desde marzo del a?o pasado, la operaci¨®n no dispon¨ªa de barcos, a ra¨ªz del veto planteado por Italia durante la etapa de Matteo Salvini como ministro de Interior.
La mayor¨ªa de los pa¨ªses de la UE pretend¨ªan resucitar Sophia. Pero han tenido que conformarse con una nueva misi¨®n cuya ¨¢rea de intervenci¨®n se limitar¨¢ al este de la costa libia, seg¨²n ha detallado Borrell. Esa zona cubre la principal ruta de llegada de armamento, seg¨²n la informaci¨®n facilitada por los expertos militares a los ministros europeos.
Los pa¨ªses reacios tambi¨¦n han conseguido el compromiso de que los barcos militares europeos se retirar¨¢n de la zona si se detecta un incremento importante en la presencia de embarcaciones con emigrantes a la espera de ser rescatados. Un efecto llamada que Borrell duda que se produzca pero cuyo riesgo hab¨ªa que despejar para lograr el acuerdo.
"El acuerdo muestra que cuando hay voluntad pol¨ªtica se puede actuar¡±, ha se?alado Josep Borrell, jefe de la diplomacia comunitaria
A cambio, Borrell ha logrado que la nueva misi¨®n mantenga los mismos objetivos que la anterior, incluida la lucha contra las redes de traficantes que explotan las v¨ªas migratorias hacia Europa y los programas de formaci¨®n a las fuerzas libias de control fronterizo.
Algunos socios europeos, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, incluso eran partidarios de desplegar fuerzas propias en puertos y aeropuertos libios, lo que da idea de la inquietud que genera la crisis libia. La idea, sin embargo, ha sido abandonada de momento, porque requerir¨ªa un nuevo mandato de la ONU y, sobre todo, el permiso de las autoridades libias.
Y la propia puesta en marcha de la misi¨®n supone un primer gran triunfo para un alto representante que dos meses despu¨¦s de asumir el cargo ha logrado reforzar la presencia europea en una zona tan crucial para la estabilidad del continente como el Mediterr¨¢neo. Solo 24 horas antes del acuerdo, Borrell insist¨ªa en la Conferencia anual de Seguridad en M¨²nich en que ¡°Europa tiene que desarrollar un mayor apetito por el poder¡±.
Meses de pasividad
"Se trata de la seguridad de Europa", advert¨ªa antes de la reuni¨®n el ministro alem¨¢n de Exteriores, Heiko Maas. La titular espa?ola de Exteriores, Arancha Gonz¨¢lez Laya, ha considerado el acuerdo alcanzado como una se?al comprometida de la UE. "Asumimos nuestras responsabilidades y aseguramos la paz en nuestro vecindario", ha se?alado Gonz¨¢lez Laya, que ha indicado su intenci¨®n de que Espa?a se sume a la nueva operaci¨®n militar. "Espa?a participa en la misi¨®n que existe ahora y no veo ninguna raz¨®n por la que Espa?a no siga participando en esta misma misi¨®n, versi¨®n nueva", ha se?alado la ministra.
Borrell tambi¨¦n ha asegurado que "muchos Estados miembros ya se han mostrado dispuestos a participar" en la nueva operaci¨®n. El alto representante est¨¢ convencido de que "no habr¨¢ falta de activos".
En la Operaci¨®n Sophia (desde junio de 2015 a 31 de marzo de 2020) han participado 26 pa¨ªses, aunque en estos momentos solo hay activos a¨¦reos facilitados por cinco (entre ellos Espa?a). Los gastos de personal son asumidos por cada Estado, mientras que la operaci¨®n cuenta con un presupuesto com¨²n que desde julio de 2017 a marzo de 2020 asciende a 13 millones de euros. Sophia, sin embargo, hab¨ªa quedado obsoleta tras la retirada de los barcos y su mantenimiento era sobre todo simb¨®lico para no perder toda presencia en la zona.
La nueva irrupci¨®n militar europea pondr¨¢ fin a meses de pasividad de la UE, un per¨ªodo en el que el conflicto libio ha pasado de ser una disputa interna alimentada por potencias europeas (Francia e Italia, en bandos contrarios) a transformarse en una lucha internacional en la sombra entre potencias como Rusia o Turqu¨ªa.
La canciller alemana, Angela Merkel, que teme una cat¨¢strofe humanitaria como la ocurrida en Siria, lleva meses intentando mediar sin ¨¦xito. Su ¨²ltima iniciativa, una conferencia en Berl¨ªn el pasado mes de enero con todas las partes implicadas en el conflicto, acord¨® una tregua que nunca ha llegado a materializarse y un embargo de armas violado sistem¨¢ticamente desde entonces.
La creciente injerencia internacional en el conflicto y el vac¨ªo de poder en buena parte de Libia han desestabilizado un pa¨ªs hacia donde confluyen buena parte de las rutas migratorias del continente africano. Los expertos en seguridad tambi¨¦n atribuyen a la crisis libia un papel importante en la inestabilidad sufrida por la zona del Sahel, donde el terrorismo yihadista ha logrado dejar una sangrante huella y amenaza con expandirse a otros pa¨ªses vecinos.
La nueva Comisi¨®n Europea, etiquetada como geopol¨ªtica, no pod¨ªa permitirse que la Uni¨®n siguiera de brazos cruzados ante un polvor¨ªn de tal magnitud al otro lado del Mediterr¨¢neo. El acuerdo pol¨ªtico para la puesta en marcha de la nueva misi¨®n militar, cuyos detalles t¨¦cnicos est¨¢n todav¨ªa por pactar, supone una victoria para la Comisi¨®n y, en particular, para Borrell, su vicepresidente de pol¨ªtica exterior. La credibilidad del espa?ol sale reforzada con el ¨¦xito obtenido en uno de los primeros lances importantes de su nuevo mandato.
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