La cruzada de Trump contra el Departamento de Justicia

¡°El presidente no est¨¢ por encima de la ley¡±. El mensaje fue machaconamente repetido por los dem¨®cratas para tratar de convencer a los senadores republicanos de que absolver a Donald Trump en el juicio por su impeachment marcar¨ªa un peligroso precedente en la pol¨ªtica estadounidense. Fracasaron. Y desde que el pasado 5 de febrero fuera exonerado de los cargos de abuso de poder y obstrucci¨®n al Congreso, con el voto casi un¨¢nime de los legisladores republicanos, un presidente envalentonado se ha embarcado en una poco disimulada cruzada contra la separaci¨®n de poderes, defendiendo su derecho a influir en los procedimientos judiciales.

Inmediatamente despu¨¦s de su absoluci¨®n, Trump tom¨® represalias contra los miembros de su Administraci¨®n que hab¨ªan declarado en el juicio por su impeachment. Pidi¨® p¨²blicamente indulgencia con su amigo y exasesor Roger Stone, declarado culpable por mentir en la investigaci¨®n de la trama rusa. Atac¨® a los fiscales que pidieron una sentencia de entre siete y nueve a?os contra su amigo, acus¨® de sesgo pol¨ªtico a la presidenta del jurado que decidir¨¢ sobre su destino, y atac¨® a la juez federal que preside el caso.

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Ha arremetido reiteradamente contra el Departamento de Justicia y, tras las cr¨ªticas entre el establishment judicial por su comportamiento, defendi¨® en Twitter que tiene ¡°el derecho legal¡± de intervenir en casos judiciales. ¡°Estoy autorizado a estar totalmente implicado¡±, dijo el martes a los periodistas en la Casa Blanca. ¡°De hecho, supongo, soy el jefe de las fuerzas de seguridad del pa¨ªs. Aunque he elegido no implicarme¡±.

Desde que fuera exonerado del impeachment, el presidente no desaprovecha oportunidad alguna para retratar los procedimientos judiciales abiertos contra sus aliados como producto de una investigaci¨®n ileg¨ªtima sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016. ¡°Si no fuera presidente, estar¨ªa demandando a todo el mundo por todos lados. Quiz¨¢ lo haga de todas formas. ?Caza de brujas!¡±, tuite¨®.

El martes concedi¨® el indulto a 11 personas que inclu¨ªan aliados pol¨ªticos condenados por corrupci¨®n, en una acci¨®n con la que, seg¨²n han denunciado numerosos expertos jur¨ªdicos, incurre en una politizaci¨®n de la figura del perd¨®n presidencial, al dar prioridad a sus relaciones personales por encima de las directrices establecidas por el Departamento de Justifica.

Su cruzada ha colocado en una posici¨®n m¨¢s que delicada al fiscal general, su fiel aliado William Barr, que denunci¨® la semana pasada en una entrevista televisiva que los continuos comentarios del presidente le hac¨ªan ¡°casi imposible¡± llevar a cabo su trabajo. El presidente reconoci¨® ante los periodistas que es cierto que hac¨ªa m¨¢s dif¨ªcil el trabajo del jefe del Departamento de Justicia, pero anunci¨® que continuar¨ªa haci¨¦ndolo. ¡°Las redes sociales para m¨ª han sido muy importantes, porque me dan voz¡±, dijo.

Desoyendo la petici¨®n de Barr, Trump ha seguido tuiteando con intensidad esta semana sobre el Departamento de Justicia, compartiendo las opiniones de figuras conservadoras de que el fiscal general debe ¡°limpiar su casa¡± y atacando a los implicados en la investigaci¨®n de la trama rusa, llevada a cabo por el Departamento que dirige Barr. Seg¨²n fuentes an¨®nimas citadas por la prensa estadounidense, el fiscal general est¨¢ plante¨¢ndose dimitir. Algo que neg¨® el martes por la noche Kerri Kupec, la portavoz del Departamento, que asegur¨® en Twitter que Barr ¡°no tiene ning¨²n plan de dimitir¡±.

Barr se enfrenta a la disyuntiva de elegir entre su fidelidad al presidente y la defensa de la reputaci¨®n del Departamento de Justicia como instituci¨®n que act¨²a en los casos penales libre de presiones pol¨ªticas. Es fiscal general desde hace un a?o, y ya lo fue tambi¨¦n durante 14 meses en la Administraci¨®n de Bush padre. En su entrevista en televisi¨®n la semana pasada, quiso retratarse como un oficial independiente que no cede a la presi¨®n pol¨ªtica, pero los dem¨®cratas llevan tiempo acus¨¢ndolo de actuar m¨¢s como abogado de Trump que como jefe del Departamento de Justicia. El presidente, por su parte, asegura que tiene ¡°confianza total¡± en su fiscal general.

M¨¢s de dos mil exempleados del Departamento de Justicia pidieron la dimisi¨®n de Barr, en una carta abierta en la que criticaban con dureza la injerencia de Trump en el caso contra Roger Stone. La semana pasada cuatro fiscales se apartaron del caso despu¨¦s de que el Departamento de Justicia tomara la extraordinaria decisi¨®n de rebajar la petici¨®n de condena, siguiendo la sugerencia del presidente, que hab¨ªa tachado en Twitter la petici¨®n de los fiscales de ¡°muy horrible e injusta¡±. La Asociaci¨®n de Jueces Federales ha convocado una reuni¨®n de emergencia para tratar la injerencia pol¨ªtica en el caso de Stone. Y Trump les contest¨® con un tuit en el que les suger¨ªa que, en lugar de debatir sobre sus injerencias, se centren en el ¡°tremendo abuso¡± que fue la investigaci¨®n del fiscal especial Robert Mueller sobre su supuesta conspiraci¨®n con Rusia, de la que al final el presidente fue exonerado.