Trump considera que tiene ¡°el derecho legal¡± a intervenir en la Justicia

La cr¨ªtica fue bastante inusual, sobre todo cuando se trata de alguien como el fiscal general de Estados Unidos,?William Barr,?que todav¨ªa forma parte de la Administraci¨®n?de Donald Trump y a quien la oposici¨®n dem¨®crata considera casi exclusivamente como el abogado personal del presidente. Barr asegur¨® esta semana que le resultaba ¡°imposible¡± hacer su trabajo con el ruido que provocaban los continuos tuits del mandatario. Pero lejos estaban de tener efecto las palabras en el presidente. La respuesta de Trump lleg¨® precisamente a trav¨¦s de Twitter, donde?asegur¨® ¡°tiene el derecho legal¡± de intervenir en casos judiciales.

Hay quien cree que los d¨ªas de Barr est¨¢n contados dentro del Departamento de Justicia. El fiscal general no es el primero de los cercanos colaboradores del presidente que le ha recomendado bajar su ardor tuitero. Pero sin duda es el primero que lo ha hecho de forma p¨²blica y, lo que es m¨¢s llamativo, formando todav¨ªa parte del equipo de la Casa Blanca. Sus acciones pueden costarle caras frente a un presidente que tiene el ratio m¨¢s elevado?de mortalidad en forma de despidos, defenestraciones y renuncias voluntarias de miembros del Gabinete que ninguna otra Administraci¨®n precedente.

Con el ¨²ltimo esc¨¢ndalo de la pol¨ªtica de Washington -el caso Stone- en plena ebullici¨®n, William Barr intentaba el pasado jueves establecer ciertas reglas del juego que deber¨ªan de darse por hechas y trazaba una l¨ªnea para atajar las acusaciones hacia Trump de politizar el Departamento de Justicia y volcar la balanza a su favor para rebajar la condena pedida por un grupo de fiscales a su amigo y exasesor Roger Stone. En una entrevista con ABC News, el fiscal general asegur¨® el jueves que los continuos mensajes del mandatario en las redes sociales le imped¨ªan hacer su labor correctamente debido al ¡°constante flujo de comentarios por detr¨¢s cortando el margen de maniobra¡±.

¡°Que haya comentarios y tuits sobre el Departamento, la gente que trabaja en ¨¦l y los casos que est¨¢n pendientes hace imposible garantizar que los tribunales y los fiscales lleven a cabo su trabajo con integridad¡±, lament¨® el fiscal general, quien ocup¨® ese mismo cargo en 1991 con George H. W. Bush. ¡°No voy a dejar que nadie me influya¡±, afirm¨® en relaci¨®n al ¡°Congreso, los editoriales de los peri¨®dicos o el propio presidente¡±. ¡°Har¨¦ lo que considere que est¨¢ bien¡±, concluy¨®.

La reacci¨®n de Trump a las declaraciones de su hombre en Justicia no fue inmediata. Antes de que volviera a saltar a la arena de Twitter, en contra de lo que le recomendaba el fiscal general, la Casa Blanca se pronunci¨® a trav¨¦s de su portavoz, Stephanie Grisham. ¡°Al presidente no le han molestado los comentarios en absoluto, y tiene el derecho, como cualquier otro ciudadano americano, a hacer p¨²blicas sus opiniones¡±, declar¨® la vocera a la vez que garantiz¨® la confianza del presidente en su fiscal general.

Lo cierto es que Trump ha hecho que sea muy dif¨ªcil para Barr mantener la apariencia de independencia. Ya sea por su sugerencia al presidente de Ucrania para que tratara con ¨¦l la investigaci¨®n de su rival pol¨ªtico Joe Biden o por el caos desatado por la decisi¨®n de rechazar p¨²blicamente a los fiscales que buscaban duras penas para el estratega pol¨ªtico republicano Stone, condenado por mentir al Congreso y manipular testigos dentro de la trama rusa.

Cuando los fiscales pidieron una condena para Stone -uno de los aliados m¨¢s pr¨®ximos a Trump-, de entre siete y nueve a?os, el presidente puso el grito en el cielo y el Departamento de Justicia reaccion¨® emitiendo un documento en el que indicaba que el exasesor del presidente deber¨ªa ser encarcelado, pero ped¨ªa una sentencia menor. Esa declaraci¨®n dej¨® desprotegidos a los fiscales, quienes finalmente optaron por apartarse del caso.

Varios analistas pol¨ªticos citados por la prensa y las cadenas de noticias norteamericanas consideran que la declaraci¨®n de principios del fiscal general podr¨ªa estar orquestada. Seg¨²n la CNN, el presidente era conocedor de las declaraciones que iba a efectuar Barr. Y seg¨²n Joe Lockhart, secretario de prensa de Bill Clinton, citado por el diario The New York Times, es ¡°imposible de creer¡± que despu¨¦s de todo lo que Barr ha hecho para favorecer los intereses en la agenda pol¨ªtica del mandatario, sea ahora cuando el fiscal general se muestre molesto. ¡°La reacci¨®n de Trump¡± ser¨¢ la clave, aseguraba Lockhart. ¡°Si no entra al ataque sabremos que era puro teatro pol¨ªtico, porque todo el mundo est¨¢ de acuerdo en que el presidente carece de autocontrol¡±.

Trump reaccion¨®. Pero con control. Sin estridencias ni ataques ni insultos personales, se limit¨® a decir, lo que no es poco, que tiene ¡°el derecho legal¡± de intervenir en casos judiciales. Y refiri¨¦ndose a la declaraci¨®n de Barr de que nunca le pidi¨® que se entrometiera ¡°en un caso penal¡± particular, tuite¨®: ¡°Eso no significa que no tenga, como presidente, el derecho legal de hacerlo, lo tengo, pero hasta ahora he decidido no hacerlo¡±.