La invasi¨®n de tierras arrincona a los ind¨ªgenas de Nicaragua
Miskitos y mayangnas sufren el avance de los colonos, grupos violentos que cuentan con la complicidad del r¨¦gimen sandinista
Fue un solo disparo. La detonaci¨®n reson¨® a la orilla del r¨ªo kipla Tingni, amplificado por el eco natural que provoca la naturaleza casi intacta del territorio ind¨ªgena Wangki Twi Tasba Raya, en el Caribe norte de Nicaragua: un paraje surcado de riachuelos, cubierto por altos ¨¢rboles y una fauna susurrante. A tan solo siete minutos de la ribera, en la comunidad miskita de Santa Clara, Berty Wislaw German escuch¨® el disparo, seguido del grito de sus dos sobrinas, quienes hab¨ªan ido al r¨ªo para ba?arse. La mujer corri¨® en direcci¨®n a los gritos y encontr¨® a Jahaira Lacayo Wislaw, de 17 a?os, con la dentadura fracturada por un proyectil.
Jahaira sangraba en abundancia y se retorc¨ªa del dolor. Janira Lacayo Wislaw, de 15 a?os, presa del susto y la consternaci¨®n, relat¨® a su t¨ªa y a su madre lo sucedido: "Fueron colonos". La polic¨ªa, sin embargo, neg¨® en un escueto comunicado que en Santa Clara se haya registrado el ataque que dej¨® a la adolescente herida.
Colonos es el mote que los ind¨ªgenas del Caribe nicarag¨¹ense han puesto a los grupos armados que invaden sus territorios ancestrales, y que en los primeros dos meses de 2020 han redoblado los ataques violentos contra miskitos y mayangnas, las principales etnias de ese pa¨ªs centroamericano. La agresi¨®n contra las dos j¨®venes en kipla Tingni ocurri¨® este 16 de febrero, pero semanas antes otro joven miskito fue secuestrado, y el 29 de enero cuatro mayangnas fueron asesinados a sangre fr¨ªa en la comunidad de Alal, situada en la reserva de Bi¨®sfera de Bosaw¨¢s. Los colonos tambi¨¦n quemaron todas las casas y mataron a todos los animales de Alal, mientras que los l¨ªderes comunitarios denunciaron la desaparici¨®n de ocho ind¨ªgenas.
"Muchos colonos son exmilitares que han venido ocupando ilegalmente los territorios ind¨ªgenas para la explotaci¨®n de la madera, la miner¨ªa, el monocultivo de palma africana y la ganader¨ªa", dijo Lottie Cunningham, directora del Centro por la Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atl¨¢ntica de Nicaragua (Cejudhcan). La mayor¨ªa de los colonos se apodera por la fuerza de los territorios ante la resistencia de los ind¨ªgenas. Luego, presentan documentos sin peso legal con los que reclaman las propiedades. El Cejudhcan ha denunciado que muchos de estos colonos tienen cercan¨ªa con el Frente Sandinista, el partido pol¨ªtico de Daniel Ortega.
El perfil caracter¨ªstico de los colonos es el de madereros, agricultores, ganaderos y mineros, quienes expanden sus industrias sobre los territorios ind¨ªgenas del Caribe, una vasta zona poco poblada, boscosa y pre?ada de recursos naturales. Pese a que la ley proh¨ªbe la invasi¨®n de las tierras ind¨ªgenas, los colonos iniciaron en 2015 un avance violento sobre ellas. Desde esa fecha a la actualidad, 40 ind¨ªgenas fueron asesinados y m¨¢s de 44 secuestrados.
Los datos pertenecen al Cejudhcan, la ¨²nica organizaci¨®n no gubernamental que se adentra en las remotas comunidades para documentar la usurpaci¨®n de los territorios y la violencia. El organismo calcula que la invasi¨®n de tierras afecta a 270 de las 304 comunidades ind¨ªgenas del pa¨ªs. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ampli¨® en febrero las medidas de protecci¨®n para los miskitos, con el argumento de que la situaci¨®n se ha agravado.
Complicidad del Gobierno de Ortega
Los colonos cuentan con la complicidad del Gobierno de Daniel Ortega, la administraci¨®n sandinista que en su ret¨®rica pol¨ªtica asegura que protege a los pueblos originarios y afrodescendientes. Sin embargo, una serie de avales de tierras que conoci¨® EL PA?S demuestran c¨®mo funcionarios medios y altos del Gobierno y el partido sandinista han traficado con los territorios comunales.
Un aval es un documento sin peso legal que, sin embargo, es presentado como t¨ªtulo de propiedad, es decir que da potestad a un "colono" sobre un determinado terreno ind¨ªgena. Violan la ley, porque las tierras ind¨ªgenas no se pueden ceder, vender, ni desmembrar bajo ning¨²n argumento, a menos de que haya el consentimiento de la comunidad, algo que no ha sucedido en ning¨²n caso. Los avales a favor de colonos han sido girados por el Coordinador del Gobierno Regional, Carlos Alem¨¢n, y los concejales Waldo M¨¹ller y Adri¨¢n Valle Collins. Todos ellos sandinistas. Ninguno respondi¨® al pedido de explicaciones de este diario. En septiembre de 2015, los colonos se?alaron a Alem¨¢n y M¨¹ller de haberles otorgado una serie de avales, reaccionando as¨ª a la denuncia de los miskitos sobre la escalada de invasi¨®n y violencia que sufr¨ªan.
"No somos invasores. Quienes vivimos aqu¨ª hemos sido avalados por autoridades comunales, territoriales e incluso por autoridades regionales", remarc¨® un "colono" quien no quiso dar su nombre. habl¨® en representaci¨®n de la Asociaci¨®n de agricultores y ganaderos de Tasba Pri, un grupo de colonos que invadi¨® propiedad comunal y que se ha instalado a vivir en ella con una explotaci¨®n agr¨ªcola. La fuente respald¨® su versi¨®n con otro legajo de documentos firmados por las autoridades sandinistas. Ese mismo a?o, el Poder Judicial suspendi¨® a cinco notarios p¨²blicos que escrituraban los avales, pero pronto volvieron a ejercer.
Muchas de las denuncias de los ind¨ªgenas eran conocidas por la Procuradur¨ªa (Fiscal¨ªa) de la Rep¨²blica, controlada hasta hace poco por un funcionario leal al presidente Ortega: Hern¨¢n Estrada. Sin embargo, el procurador Estrada tambi¨¦n estaba involucrado en el tr¨¢fico de tierra comunal. EL PA?S tiene copia de otro aval firmado por el mismo procurador, a trav¨¦s del cual cedi¨® un lote de 6.000 manzanas de tierras ind¨ªgenas a dos personas. Ni los beneficiados ni Estrada respondieron nunca a las preguntas planteadas por este peri¨®dico. Estrada renunci¨® al puesto en mayo de 2019 sin mayores contratiempos, alegando problemas de salud.
El principal reclamo de los ind¨ªgenas al Gobierno sandinista es que cumplan "el saneamiento de los territorios", es decir expulsar a los colonos que ocupan la tierra comunal. Ortega da la espalda a este clamor, mientras los ind¨ªgenas resisten el avance armado de los invasores, ya sea en las comunidades o en la cama de un hospital, como la joven miskita Jahaira, quien una semana despu¨¦s de ser baleada intenta recuperar el habla.
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