170 muertos en ocho d¨ªas de mot¨ªn de la polic¨ªa militar de un Estado de Brasil
El paro en Cear¨¢ llega en una nueva coyuntura, con un presidente que bas¨® su carrera en defender los intereses de los agentes y que da alas a sus seguidores m¨¢s ultras
El estado de Cear¨¢, donde viven casi nueve millones de brasile?os, es uno de los m¨¢s violentos del pa¨ªs con 12 asesinados al d¨ªa. Pero una huelga ilegal de polic¨ªas militares ha empeorado la situaci¨®n porque en los ocho d¨ªas que llevan amotinados en cuarteles han muerto violentamente 170 personas, 21 al d¨ªa. Es la consecuencia m¨¢s grave de una insubordinaci¨®n de los agentes en demanda de una subida salarial, que adem¨¢s ha coincidido con el Carnaval, uno de los momentos m¨¢s esperados del a?o por cualquier brasile?o. Esta protesta policial ¡ªun fen¨®meno c¨ªclico en Brasil pese a ser ilegal¡ª llev¨® al presidente, Jair Bolsonaro, de extrema derecha, a ordenar el despliegue del Ej¨¦rcito y de la Fuerza Nacional para patrullar las calles.
Los de Cear¨¢ no son los ¨²nico polic¨ªas militares brasile?os descontentos con los salarios que cobran, pero s¨ª los que han optado por las medidas de presi¨®n m¨¢s dr¨¢sticas. El malestar por la paga est¨¢ extendido en Brasil y viene de lejos. Nada menos que los cuerpos de 12 estados est¨¢n presionando para mejorar sus condiciones laborales.
La huelga en Cear¨¢, que empez¨® cuando los agentes se pusieron capuchas, agarraron sus armas y se negaron a trabajar, se convirti¨® en noticia nacional cuando un senador izquierdista recibi¨® dos tiros a las puertas de un cuartel despu¨¦s de intentar romper el paro a las bravas a bordo de una excavadora. El parlamentario, temporalmente de permiso de su esca?o, est¨¢ fuera de peligro. Cid Gomes es de una familia de caciques pol¨ªticos locales.
Pero este mot¨ªn de los agentes se produce en una coyuntura nueva: con un ex militar en la Presidencia de la Rep¨²blica que construy¨® su carrera parlamentaria sobre la defensa de los intereses corporativos de los agentes de las fuerzas de seguridad y con m¨¢s polic¨ªas que nunca entre los parlamentarios. Adem¨¢s ha coincidido con el gui?o que Bolsonaro lanz¨® este domingo en un mensaje privado, revelado por la prensa, en el que que alienta a participar en una protesta impulsada por sus seguidores m¨¢s ultras, abiertos detractores del Poder Legislativo y Judicial en nombre de un supuesto poder popular que encarnar¨ªa Bolsonaro.
Los expresidentes Lula da Silva y Fernando Henrique Cardoso alertaron inmediatamente de la gravedad del apoyo presidencial a participar el 15 de marzo en la manifestaci¨®n formalmente convocada en apoyo del jefe del Ejecutivo pero publicitada en redes con proclamas a que el pueblo arrebate el poder al Congreso y al Tribunal Supremo porque lo torpedean. Para el izquierdista, ¡°es un gesto autoritario m¨¢s¡±, para el socialdem¨®crata es ¡°una crisis institucional de consecuencias grav¨ªsimas¡±. Hace s¨®lo unos d¨ªas un ministro, el general retirado Augusto Heleno, dijo en referencia al Congreso: ¡°No podemos aceptar que estos tipos nos chantajeen¡±
Las polic¨ªas militares son en Brasil el cuerpo que se despliega en las calles -la polic¨ªa civil est¨¢ centrada en las investigaciones¡ª y dependen de los Gobiernos de cada estado. Adem¨¢s de desplegar al Ej¨¦rcito, Bolsonaro despach¨® para Cear¨¢ a varios de sus ministros, donde Sergio Moro, titular de Justicia, hizo un llamamiento a que los ¨¢nimos se serenen.
Una comisi¨®n integrada por miembros de los tres poderes del Estado intenta abrir un canal de di¨¢logo con los l¨ªderes de los polic¨ªas sublevados, concentrados en un cuartel de Fortaleza, seg¨²n la prensa local. Hasta ahora, 230 agentes han sido temporalmente suspendidos por unirse al mot¨ªn. Las amnist¨ªas en estos casos son frecuentes. Los tres predecesores de Bolsonaro impulsaron leyes para perdonar a los implicados.
La analista Ilona Szab¨® escribe en Folha de S.Paulo este mi¨¦rcoles que hist¨®ricamente las autoridades no han abordado cuestiones estructurales necesarias para profesionalizar las fuerzas de seguridad. Y, tras recordar que el presidente ha apoyado a lo largo de su carrera pol¨ªtica motines militares y policiales, recalca que ¡°la elecci¨®n de Bolsonaro es, en parte, un producto de la indulgencia y la negligencia de d¨¦cadas con la seguridad p¨²blica y las fuerzas policiales y no la causa de las tensiones actuales¡±.
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