Merkel, la europe¨ªsta conversa
La canciller alemana es la l¨ªder m¨¢s veterana del club comunitario y una de las m¨¢ximas responsables de los aciertos y errores de la UE durante los ¨²ltimos 15 a?os.
La elecci¨®n este s¨¢bado de Armin Laschet como nuevo presidente de la CDU marca el inicio de la cuenta atr¨¢s para una nueva era tanto en Alemania como en la Uni¨®n Europea. La canciller alemana, Angela Merkel, que ha descartado presentarse a las elecciones generales del 26 de septiembre, es la l¨ªder m¨¢s veterana del club comunitario y una de las m¨¢ximas responsables de los aciertos y errores de la UE durante los ¨²ltimos 15 a?os. El perfil del nuevo presidente del partido conservador muestra que muchos alemanes apuestan por la continuidad tras cuatro mandatos de la canciller. Pero con o sin Laschet al frente de un futuro Gobierno, la salida de Merkel marcar¨¢ un antes y un despu¨¦s en Bruselas. El centro de estudios Eurasia Group sit¨²a el fin de la era Merkel como uno de los 10 riesgos que afronta el planeta durante 2021, junto a otros tan elevados como la tensi¨®n pol¨ªtica en EE UU o el impacto econ¨®mico de la pandemia.
La pandemia de la covid-19, especialmente mort¨ªfera en Alemania durante la ola invernal, amenaza con empa?ar la popularidad de Angela Merkel en su propio pa¨ªs en la recta final de su mandato. Pero a ojos de Bruselas, la canciller alemana ya puso en 2020 un broche de oro a su legado europeo al rematar una presidencia semestral de la UE cuajada de logros hist¨®ricos, con el fondo europeo de recuperaci¨®n como la guinda que corona tres lustros de altibajos en la relaci¨®n entre Berl¨ªn y las instituciones comunitarias.
Nada en la trayectoria personal y pol¨ªtica de Merkel anticipaba que su liderazgo fuera a concluir con un subid¨®n de europe¨ªsmo comparable al de los fundadores de la Uni¨®n, figuras reverenciadas en Bruselas, pero totalmente ajenas para una canciller crecida y formada en el bloque sovi¨¦tico hasta la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn en 1989, cuando ella contaba 35 a?os.
Su llegada al poder, en 2005, la convirti¨® en la primera canciller de Alemania desde el final de la Segunda Guerra Mundial que no ten¨ªa el europe¨ªsmo entre sus se?as de identidad. Pero tras a?os de evidente desconfianza hacia la Comisi¨®n Europea y de ninguneo al llamado ¡°m¨¦todo comunitario¡± ¨Dque inclina la balanza a favor de Bruselas y en detrimento de las capitales¨D, Merkel ha acabado por colocar a Europa en el eje de casi todas sus pol¨ªticas, desde la de migraci¨®n a la respuesta sanitaria y econ¨®mica frente a la pandemia. ¡°El legado de Merkel es mixto¡±, se?ala Constanze Stelzenm¨¹ller, analista del centro de investigaci¨®n Brookings Institution. ¡°Su decisi¨®n de abrir las fronteras de Alemania a millones de refugiados en 2015 fue un acto de humanidad, pero permiti¨® el ascenso de la extrema derecha de AfD¡±.
La crisis de los refugiados marc¨® uno de los puntos m¨¢s bajos de la popularidad de Merkel y la primera vez que su liderazgo se tambale¨® en Berl¨ªn y en Bruselas. Pero logr¨® sobreponerse, aunque fuera a costa de auspiciar un acuerdo de dudosa legalidad con Turqu¨ªa que fren¨® en seco el ¨¦xodo sirio hacia Europa. Salvo ese bache, su liderazgo al frente de la UE se ha mantenido indiscutible y solo en su recta final lo ha compartido en parte con el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron.
La canciller ha tutelado en gran parte las negociaciones para la salida del Reino Unido de la UE, dando prioridad absoluta, para sorpresa de Londres, a la protecci¨®n de la integridad del mercado interior europeo. Sus cr¨ªticos le reprochan, en cambio, la tolerancia que ha mostrado hacia la deriva autoritaria en el seno del club, en particular, la del primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, cuyo partido sigue formando parte del Partido Popular Europeo gracias, en gran parte, a la protecci¨®n de Berl¨ªn.
Alberto Alemanno, profesor de la ?cole des Hautes ?tudes Commerciales de Par¨ªs, cree que ¡°Merkel merece reconocimiento por haber mantenido unida y a flote a la UE a trav¨¦s de numerosas y grandes crisis, pero su liderazgo nunca ha estado impulsado por un genuino inter¨¦s europeo sino por los intereses alemanes¡±. A diferencia de anteriores cancilleres, Merkel fue desde un principio reacia a cualquier transferencia de poder hacia la UE. La canciller nunca ocult¨® su disgusto ante la posible supresi¨®n de la presencia de un miembro por pa¨ªs en la Comisi¨®n Europea para crear un Ejecutivo m¨¢s ¨¢gil y federal (posibilidad, de momento, congelada). Y la creaci¨®n de organismos tan federales como el BCE (donde el voto de cada pa¨ªs pesa lo mismo y ni siquiera el presidente del Banco de Alemania tiene un puesto permanente, sino rotatorio) dif¨ªcilmente hubieran visto la luz del d¨ªa con Merkel en la canciller¨ªa.
La l¨ªder alemana ha apostado durante sus mandatos por una v¨ªa intergubernamental, que ha convertido al Consejo Europeo (donde se sientan los l¨ªderes de los Gobiernos) en el verdadero motor la actividad comunitaria, relegando a la Comisi¨®n Europea y esquivando, siempre que ha sido posible, al Parlamento Europeo.
Crisis del euro
Su reacci¨®n fue especialmente tajante durante la crisis del euro. Entre 2008 y 2012, la canciller fren¨® cualquier iniciativa basada en la solidaridad y supedit¨® los rescates financieros a draconianos ajustes y punitivas medidas de austeridad en los pa¨ªses en dificultades. ¡°Dud¨® y no se atrevi¨® a decirles a sus votantes que hab¨ªa llegado el momento de que Alemania ejerciera un liderazgo en Europa. En su lugar, pospuso una soluci¨®n a la crisis griega que acab¨® por contagiar a toda Europa¡±, se?alaba el a?o pasado la ministra espa?ola de Exteriores, Arantxa Gonz¨¢lez Laya.
Al inicio de la pandemia, varias capitales europeas, entre ellas Madrid, temblaron ante el riesgo de que Berl¨ªn reaccionase de nuevo con un s¨¢lvese quien pueda. El cierre de las fronteras alemanas y el veto a la exportaci¨®n de material sanitario alimentaron los peores presagios. Pero Merkel concluy¨® que la crisis de la covid-19 requer¨ªa una respuesta diferente, tanto por el riesgo de ruptura interna del mercado interior europeo como por la inestabilidad de una escena internacional dominada por l¨ªderes como Trump, Xi, Putin o Erdogan.
Su conversi¨®n europe¨ªsta qued¨® patente el 18 de mayo de 2020, durante una de las numerosas cumbres bilaterales con el presidente franc¨¦s de turno. De Nicolas Sarkozy a Emmanuel Macron, pasando por Fran?ois Hollande, los inquilinos del El¨ªseo llegaban a esas citas resignados a toparse con el Nein (No) de Merkel a cualquier propuesta ambiciosa. El t¨¢ndem Berl¨ªn-Par¨ªs, imprescindible para dar tracci¨®n a Bruselas, parec¨ªa definitivamente descuajeringado. Pero aquel lunes de mayo, en medio de la primera gran ola de la pandemia, la canciller alemana sorprendi¨® a Macron con el visto bueno a un fondo europeo de recuperaci¨®n de al menos medio bill¨®n de euros.
La propuesta supon¨ªa cruzar el Rubic¨®n, tanto para Merkel como para la UE. Por primera vez, el club comunitario se endeudar¨ªa de manera conjunta para inyectar subsidios en los pa¨ªses m¨¢s golpeados por una crisis tan repentina como violenta. Y por primera vez en tres d¨¦cadas, la canciller se pon¨ªa al frente de una iniciativa que supone un salto en la integraci¨®n europea y que, potencialmente, abre el camino hacia uni¨®n fiscal y pol¨ªtica sin precedentes.
El profesor Alemanno cree que, a pesar de todo, la canciller llega tarde. ¡°Merkel quiz¨¢ haya salvado a Europa, pero tambi¨¦n es la responsable de haberla hecho obsoleta, sin visi¨®n y en malas condiciones para afrontar las transformaciones globales que ya est¨¢n afectando a nuestro continente y a sus habitantes¡±.
El balance de su presencia internacional tambi¨¦n tiene luces y sombras, seg¨²n la doctora Stelzenm¨¹ller. ¡°Ha sido una atlantista convencida y ha logrado mantener el consenso europeo para las sanciones a Rusia. Pero en cuanto a China, ha puesto los intereses econ¨®micos de Alemania por delante de los derechos humanos y las de las consideraciones geopol¨ªticas¡±.
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