Sin noticias del lado bueno del Brexit
El Gobierno de Johnson a¨²n debe aclarar su estrategia econ¨®mica para la era post-Brexit, aunque los expertos conf¨ªan en que las fricciones y burocracia de las primeras semanas se vayan suavizando
La libertad solo se conquista para ejercerla. Boris Johnson a¨²n retiene la habilidad para lanzar grandes consignas, aunque la parroquia que las celebra se haya visto reducida. ¡°No podemos decidir de repente que queremos ser libres y renunciar al uso de esa libertad. Mi Gobierno tiene una agenda clara para unir a los ciudadanos, reducir las desigualdades territoriales y extender las oportunidades por todo el pa¨ªs¡±, explicaba a su peri¨®dico aliado, The Daily Telegraph, poco despu¨¦s de cerrar in extremis el acuerdo comercial con la UE.
Las primeras dos semanas del Brexit solo han tra¨ªdo problemas, pero no ha sido el apocalipsis que se lleg¨® a pronosticar a lo largo de a?os de amargo debate. El hecho mismo de haber logrado evitar una ruptura desordenada de los lazos con la UE, al firmar un tratado de m¨ªnimos que evita los aranceles y cuotas y pone las bases de la relaci¨®n futura, ha eliminado la incertidumbre que manten¨ªa paralizadas a las empresas. Y la crisis del coronavirus -con la hibernaci¨®n econ¨®mica que ha supuesto- ha camuflado los primeros efectos del divorcio, que en circunstancias normales habr¨ªan sido mucho mayores y m¨¢s llamativos. Algunas compa?¨ªas, como la transportista DPD, paralizaron provisionalmente sus env¨ªos por carretera al continente despu¨¦s de comprobar que uno de cada cinco cargamentos era devuelto por no tener los papeles de aduanas en regla. ¡°Ha quedado demostrado que tenemos una carga a?adida con este nuevo procedimiento, mucho m¨¢s complejo, y que necesitaremos informaci¨®n adicional aduanera para que sus paquetes puedan llegar a Europa¡±, informaba a sus clientes.
Algunos incidentes no han pasado de la an¨¦cdota, como el celo de los polic¨ªas holandeses en requisar a los camioneros procedentes del Reino Unido sus bocadillos de jam¨®n y queso, por no haber pasado el necesario control fitosanitario. O la sorpresa de las compa?¨ªas brit¨¢nicas de frutas al descubrir que ten¨ªan que pagar aranceles extra (100 euros por tonelada) de los pl¨¢tanos importados de Ghana. ¡°El Acuerdo altera las reglas del juego para el comercio de mercanc¨ªas y, aunque no impone aranceles, crea un buen n¨²mero de barreras no arancelarias. Pero esto es normal porque es la consecuencia de abandonar la uni¨®n aduanera de la UE y no puede sorprender a nadie. Los exportadores tendr¨¢n que adaptarse a los nuevos requisitos, est¨¢ndares brit¨¢nicos y normas sanitarias y fitosanitarias, y eso exigir¨¢ un esfuerzo¡±, explica Eduardo Barrachina, el presidente de la C¨¢mara de Comercio de Espa?a en el Reino Unido.
La HM Revenue & Customs (la Agencia Tributaria brit¨¢nica) ha cifrado en casi 8.000 millones de euros el gasto suplementario que supondr¨¢ para la industria rellenar declaraciones de aduanas y cumplimentar nuevas exigencias como la demostraci¨®n del cumplimiento de las reglas de origen de la mercanc¨ªa. La mitad del comercio internacional del Reino Unido es con la UE, pero en volumen supone las dos terceras partes. De Asia llegan grandes contenedores; de Europa (en sentido de ida y vuelta), cargamentos medianos que se han visto desbordados con los nuevos tr¨¢mites.
La mayor¨ªa de las sorpresas desagradables surgen con cuentagotas, a medida que los diferentes sectores afectados descubren su nueva realidad. Por ejemplo, las casi 220.000 personas que viven de la actividad generada por m¨²sicos o actores brit¨¢nicos han firmado una petici¨®n al Gobierno para que negocie con urgencia su libertad de movimiento en territorio europeo. Los 60 d¨ªas sin visado de los que disfruta cualquier turista no les vale a ellos. Deben realizar un tr¨¢mite espec¨ªfico para cada pa¨ªs al que acuden a trabajar. Una pesadilla a la hora de plantear una gira art¨ªstica. ¡°Despu¨¦s de todo lo que ha sufrido este sector en los ¨²ltimos meses, ?c¨®mo ha podido ocurrir esto?¡±, se pregunta Deborah Annetts, la presidenta de ISM, la principal asociaci¨®n de m¨²sicos. ¡°Es urgente que se reconozca plenamente el valor que incorpora la m¨²sica a nuestras vidas y a nuestra econom¨ªa¡±, contin¨²a.
La pandemia, sobre todo las medidas restrictivas que ha supuesto y el declive econ¨®mico que ha provocado, ha hecho que hasta 1,3 millones de no residentes -en su mayor¨ªa, de la UE- hayan decidido regresar a sus pa¨ªses en 2020, seg¨²n los c¨¢lculos del Centro de Excelencia en Estad¨ªstica Econ¨®mica (ESCOE, en sus siglas en ingl¨¦s). Hosteler¨ªa y universidades se nutr¨ªan de esta poblaci¨®n, que opt¨® por hacer las maletas. ¡°La opci¨®n era permanecer en el Reino Unido, sin trabajo, con poco o nada de dinero, y afrontar unos alquileres caros, o regresar a casa con sus familias, con menor coste y menor riesgos de acabar enfermando de la covid-19. No era una decisi¨®n muy complicada¡±, asegura el informe de la ESCOE. Todas esas personas dejan un hueco que habr¨¢ que reparar con urgencia cuando el virus se debilite. Pero para entonces, la libertad de movimientos que garantizaba la UE habr¨¢ desaparecido. Deber¨¢n hacer frente a la exigencia de visados, permisos de trabajo o matr¨ªculas universitarias hasta el doble de caras.
Y luego est¨¢ la City, como se conoce al centro financiero de Londres. El acuerdo comercial entre el Reino Unido y la UE dej¨® fuera el sector servicios, que supone el 80% de la econom¨ªa brit¨¢nica. El Gobierno de Johnson se apresur¨® a otorgar ¡°equivalencias¡± (el salvoconducto que reconoce el mismo nivel de exigencia a las leyes de un pa¨ªs tercero que regulan el sector) a las entidades europeas. La Comisi¨®n Europea se ha tomado su tiempo. Algunas entidades, como las C¨¢maras de Compensaci¨®n (clearance houses), ya funcionan sin problemas, porque determinadas operaciones en euros, por su complejidad y volumen, no tienen otra alternativa que Londres. Pero para muchas otras actividades, las firmas han decidido trasladarse con armas y bagaje a territorio comunitario, como Fr¨¢ncfort. El ministro brit¨¢nico de Econom¨ªa, Rishi Sunak, ha anunciado un futuro prometedor para el sector una vez alcanzado el Brexit. La realidad, hasta la fecha, es que m¨¢s de 8.000 altos directivos ya han abandonado Londres. ¡°Nos hemos embarcado en un nuevo viaje. Vamos a examinar c¨®mo hacer de la City el lugar m¨¢s atractivo en el que operar para nuevas compa?¨ªas de todo el mundo¡±, anunciaba Sunak.
La estrategia futura de Johnson es una inc¨®gnita. Sus esfuerzos se centran en combatir los estragos de la pandemia, pero pocos analistas dudan de que, en cuanto le sea posible, comenzar¨¢ a tentar los puntos d¨¦biles del acuerdo comercial para extraer ventaja de la desvinculaci¨®n del Reino Unido con la normativa comunitaria. El peri¨®dico Financial Times revelaba el viernes que Downing Street ya hab¨ªa avanzado a los empresarios su intenci¨®n de flexibilizar a¨²n m¨¢s el mercado laboral, y deshacerse de la norma general de 48 horas de trabajo a la semana. El Gobierno de Johnson se ha apresurado a desmentir la informaci¨®n, pero a nadie ha sorprendido el supuesto movimiento de un mercado ya de por s¨ª m¨¢s desregulado que el comunitario. Se puede hacer m¨¢s competitivo el mercado laboral sector a sector, sin renunciar aparentemente al compromiso general. Como se puede cumplir con los compromisos del Tratado de Par¨ªs sobre Cambio Clim¨¢tico sin necesidad de atarse a la inversi¨®n en renovables, y apostar con m¨¢s fuerzas por las nucleares. ¡°Ahora solo depende de nosotros aprovechar las nuevas oportunidades¡±, ha proclamado Johnson. Mientras comiencen a demostrarse, el Gobierno brit¨¢nico se esforzar¨¢ en disimular en la medida de lo posible ¡°los baches¡± que surjan en los primeros pasos del Brexit.
Los peces brit¨¢nicos "son ahora m¨¢s felices"
Decenas de camiones congeladores de la industria pesquera de Escocia y Devon han protestado este lunes a las puertas del Parlamento brit¨¢nico, con esl¨®ganes como "la masacre del Brexit" pintados en sus laterales. Si hay un sector que se siente especialmente traicionado por el acuerdo comercial cerrado entre Londres y Bruselas es el sector pesquero. No solo porque, al contrario de lo que prometi¨® Johnson, no ha recuperado el control pleno e inmediato de sus aguas territoriales, sino porque los nuevos tr¨¢mites aduaneros y sanitarios, adem¨¢s de la lentitud en el transporte de la mercanc¨ªa, han provocado que pescados y mariscos se estropeen en los puertos sin llegar nunca a su destino. El Gobierno ha admitido finalmente que deber¨¢ ofrecer compensaci¨®n econ¨®mica a muchas empresas pesqueras, sobre todo en Escocia, que se enfrentan al riesgo de ver quebrar su negocio. "Admitimos que muchas de ellas se enfrentan a dificultades temporales de las que no tienen culpa alguna", aseguraba esta semana un portavoz de Downing Street en un intento de calmar las aguas, mucho m¨¢s agitadas despu¨¦s de que el euroesc¨¦ptico Jacob Rees-Mogg, ahora al frente del grupo parlamentario de los conservadores, irritara con su respuesta a los diputados escoceses del SNP que reclamaban ayudas para sus pescadores y denunciaban las condiciones en que se hallaban las capturas retenidas. "La clave est¨¢ en que hemos recuperado nuestra pesca. Ahora son peces brit¨¢nicos, y por tanto son mejores y m¨¢s felices", pretend¨ªa ironizar Rees-Mogg el pasado jueves.
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