Las tribulaciones gemelas de Italia y Espa?a
La trascendental gesti¨®n de los fondos europeos exhibe rasgos de inmadurez de los dos sistemas pol¨ªticos, con excesiva inestabilidad (Italia) o rigidez (Espa?a)
La imagen que el parlamentarismo italiano y espa?ol han dado de s¨ª en los ¨²ltimos d¨ªas compone un retrato inmisericorde, en ambos casos a cuenta de c¨®mo gestionar los fondos europeos. El asunto es trascendental y resulta normal que cause tensiones; pero no hasta los extremos en cuesti¨®n. Italia se ha precipitado a una crisis de Gobierno forzada por las discrepancias entre socios en esta materia. El Parlamento ha sido teatro de los proverbiales flujos migratorios de diputados y senadores italianos, que tan a menudo cambian de camiseta a mitad de partido, en busca de una nueva mayor¨ªa para evitar elecciones. Al menos, ah¨ª, todos hablan con todos.
En Espa?a no hay transfuguismo. Todos permanecen muy anclados en su lado de la trinchera, pero pr¨¢cticamente no se habla. El Gobierno se dio cuenta de que no contaba con mayor¨ªa para el decreto que plasma la gobernanza de tan importantes fondos el d¨ªa anterior a la votaci¨®n. Solo entonces, cuando no quedaba m¨¢s remedio, intent¨® hablar en serio ¡ªy a la desesperada¡ª con otros partidos para sortear el abismo. Aqu¨ª no cay¨® el Gobierno. Pero, en t¨¦rminos conceptuales, no es f¨¢cil distinguir cu¨¢l de las dos perspectivas pol¨ªticas es peor. Las circunstancias son diferentes ¡ªen un caso excesiva fluidez; en el otro, excesiva rigidez¡ª pero en conjunto el com¨²n denominador es igual: insuficiente madurez pol¨ªtica. No todos los actores pol¨ªticos son culpables y, entre los muchos que tienen culpas, hay que graduar las responsabilidades. Pero lo que s¨ª ocurre es que en ambos casos el conjunto del sistema parece tolerar ¡ªo hasta favorecer¡ª comportamientos irresponsables que acaban en inestabilidad o confrontaci¨®n irracional. Una mir¨ªada de gestos de esa clase da pie a otros en una espiral que a veces hace imposible determinar la matriz de la irresponsabilidad. Son c¨ªrculos viciosos.
Ambos pa¨ªses han sufrido con especial dureza la embestida de la pandemia. Espa?a est¨¢ en el furg¨®n de cola con una contracci¨®n del PIB del 11% en 2020; Italia retrocede alrededor del 9%. El colapso es tan desestabilizante que los socios europeos han acordado el desembolso de ingentes ayudas precisamente a estos dos pa¨ªses, buena parte de ellos a fondo perdido (Espa?a unos 72.000; Italia unos 81.000).
Mientras estos dos poco edificantes enredos pol¨ªticos ten¨ªan lugar en el sur, el ministro de Econom¨ªa alem¨¢n, Peter Altmaier, inform¨® el jueves al Bundestag de que su Gobierno est¨¢ preparado a desembolsar otros 50.000 millones en ayudas a las empresas alemanas, que se a?adir¨ªan a los 80.000 ya inyectados, a los 23.000 gastados en programas de apoyo al empleo, y a un programa de est¨ªmulo multianual de m¨¢s de 130.000 millones. Este poderoso plan de apoyo econ¨®mico evidencia dos cosas: la capacidad fiscal de hacerlo; y la pol¨ªtica. La primera deriva de una econom¨ªa fuerte y a?os de cuentas equilibradas; la segunda, de tener un gobierno eficaz con una mayor¨ªa s¨®lida. Esto ¨²ltimo ocurre en buena medida gracias al sacrificio de los socialdem¨®cratas, que por tercera vez en cuatro legislaturas hacen de socio j¨²nior de Merkel, en un acto de responsabilidad que ha logrado importantes objetivos pero al coste de ponerlos casi al borde de la muerte pol¨ªtica. Lo sab¨ªan, pero no se echaron atr¨¢s.
Esta misma semana se supo tambi¨¦n que el fondo soberano noruego de pensiones logr¨® rendimientos por valor de 100.000 millones de euros en 2020 gracias a sabias estrategias de inversi¨®n. El petr¨®leo que alimenta ese fondo depende de la suerte; pero la gesti¨®n -de la materia prima y del fondo-, no. Es este un caso notable de pol¨ªticas de Estado, pol¨ªticas de futuro, reflexi¨®n compartida de valores.
Naturalmente todas las realidades son complejas. Son irracionales juicios de valor en blanco y negro. Pero algunos sistemas, y sus valores, parecen propiciar c¨ªrculos virtuosos.
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