El poder lanza gestos para evitar un rebrote de la protesta argelina
El movimiento que forz¨® la ca¨ªda de Buteflika cumple dos a?os mientras el Gobierno trata de ganarse a los manifestantes prodemocracia con indultos
El poder argelino acaba de tender la mano al Hirak, el movimiento de protestas que inund¨® las calles de las principales ciudades del pa¨ªs el 22 de febrero de 2019 reclamando la marcha del presidente Abdelaziz Buteflika, que llevaba 20 a?os en el poder y pretend¨ªa continuar otros cinco m¨¢s. El problema es que los activistas han visto ya c¨®mo esa misma mano se convert¨ªa en un pu?o. Y no terminan de fiarse.
El actual presidente, Abdelmayid Teb¨²n, de 75 a?os, reconoci¨® el jueves en un discurso televisado que ¡°el Hirak bendito¡± ha salvado a Argelia. Y anunci¨® que conceder¨ªa una gracia presidencial a entre ¡°50 o 60 personas¡± pertenecientes a este movimiento formado sobre todo por j¨®venes. Difundi¨® su mensaje a solo cuatro d¨ªas de que este lunes se cumpla el segundo aniversario del nacimiento de la corriente y las manifestaciones que piden m¨¢s democracia.
En las redes sociales hay llamamientos a manifestarse este lunes, mensajes que reivindican una verdadera democracia y el sometimiento del poder militar al civil. Pero nadie sabe c¨®mo reaccionar¨¢n las autoridades ante una posible afluencia masiva en Argel, la capital. El pasado martes, miles de personas marcharon pac¨ªficamente en la ciudad de Kherrata, en la regi¨®n de Cabilia, 300 kil¨®metros al este de la capital. Fue ah¨ª donde hace dos a?os se desencaden¨® la primera manifestaci¨®n espont¨¢nea, el detonante de la gran marcha que se convoc¨® seis d¨ªas despu¨¦s en la capital y en la que naci¨® el Hirak. En esta ocasi¨®n, los manifestantes corearon en Kherrata lemas ya cl¨¢sicos como: ¡°los generales a la basura¡± y ¡°Teb¨²n ha llegado mediante el fraude, colocado por los militares¡±. La de Kherrata ha sido la primera gran manifestaci¨®n desde que comenz¨® la pandemia ¡ªque ha causado casi 3.000 muertes en el pa¨ªs¡ª y el Hirak anunci¨® una tregua en sus manifestaciones.
El Comit¨¦ Nacional de Liberaci¨®n de los Detenidos (CNLD), indic¨® en enero a este diario que desde el inicio de las protestas hab¨ªan sido procesadas 2.500 personas. Y aunque la mayor¨ªa fueron liberadas, a¨²n quedaban en las c¨¢rceles 86 ¡°presos de conciencia¡±. Entre los que han salido en febrero y los que han sido amnistiados deber¨ªan quedar muy pocos miembros del movimiento en prisi¨®n. ¡°Pero contin¨²an las detenciones, no hay apertura democr¨¢tica¡±, explica un simpatizante del Hirak que solicita el anonimato. La p¨¢gina de Facebook del CNLD informaba de que el activista Bensuna Benjamed ha sido convocado este domingo por la polic¨ªa, acusado de incitar a la celebraci¨®n de concentraciones no armadas.
Teb¨²n lleg¨® a Argel hace solo una semana desde Alemania, donde ha sido tratado durante dos meses de covid-19. Se?al¨® tambi¨¦n que hab¨ªa decidido disolver el Parlamento para adelantar a este a?o las elecciones legislativas que estaban previstas para 2022 y que reformar¨ªa el Ejecutivo. Expres¨® tambi¨¦n su deseo de abrir las puertas de la Asamblea a la juventud. En Argelia la media de edad es de 29 a?os, pero buena parte de las personas en el poder sobrepasan los 65.
Salvo la liberaci¨®n de los detenidos, el resto de los mensajes no aporta ninguna novedad. Coinciden con la hoja de ruta que present¨® Teb¨²n en su investidura hace un a?o. El Hirak siempre se ha opuesto a la convocatoria de legislativas y reclama la formaci¨®n de una Asamblea que redacte una nueva Constituci¨®n.
Denuncia de violaci¨®n de un preso
El anuncio de la liberaci¨®n de los presos ha podido calmar las aguas en la calle. Pero no ha hecho olvidar entre los simpatizantes del Hirak las injusticias y vejaciones sufridas. El 1 de febrero, el estudiante Walid Nekkiche, de 25 a?os, que llevaba m¨¢s de un a?o en prisi¨®n preventiva, declar¨® ante un tribunal en el este de Argel que durante su arresto, tras participar en una marcha, fue agredido de manera ¡°sexual, f¨ªsica y verbal¡±. Fue tal la consternaci¨®n que provoc¨® su denuncia de violaci¨®n que la Fiscal¨ªa General, en un gesto sin apenas precedentes, encarg¨® una investigaci¨®n de oficio.
Pero el Comit¨¦ Contra la Tortura advierte de que esa investigaci¨®n no debe servir como el ¡°en¨¦simo subterfugio¡± para calmar la c¨®lera y la indignaci¨®n. ¡°Sus torturadores tienen que ser identificados y juzgados¡±. De momento, la fiscal¨ªa no ha emitido ning¨²n informe.
Fadil Bumalaj, un antiguo preso de conciencia, escribi¨® en Facebook tras el discurso de Teb¨²n: ¡°Deber¨ªa haber pedido disculpas oficiales a todos los detenidos. Los prisioneros pol¨ªticos, sus familiares y todo el pueblo argelino reclaman la reparaci¨®n de da?os f¨ªsicos y morales¡±.
El vicepresidente de la Liga Argelina por la Defensa de Derechos del Hombre, Said Salhi, indica a EL PA?S desde Argel: ¡°Hacen falta m¨¢s gestos democr¨¢ticos desde el poder. Teb¨²n ya liber¨® el 2 de enero, durante su investidura, a 76 detenidos del Hirak. Pero eso no impidi¨® que el poder siguiera llenando de nuevo las c¨¢rceles y que hoy volvamos a tener las mismas cifras de presos de opini¨®n¡±.
Salhi cree que la prueba sobre las intenciones reales del poder llegar¨¢n este lunes. ¡°?Van a ser autorizadas este d¨ªa las manifestaciones, sobre todo, en Argel?¡±, se pregunta. ¡°Ya hay un dispositivo policial importante en la capital. ?Van a reprimir las marchas pac¨ªficas del Hirak? M¨¢s all¨¢ de la liberaci¨®n de los detenidos se necesitan gestos que muestren el respeto a las libertades democr¨¢ticas. Es necesaria tambi¨¦n una apertura en los medios de comunicaci¨®n¡±.
Existen medios locales bloqueados y medios internacionales que se ven privados del permiso necesario para acceder al pa¨ªs. El sitio digital TSA (Tout sur l¡¯Alg¨¦rie), el m¨¢s le¨ªdo antes de que comenzasen las protestas, emiti¨® el 11 de febrero un comunicado en el que denunciaba haber sufrido ¡°20 meses de censura arbitraria¡±. Este medio solo puede leerse en Argelia a trav¨¦s de una conexi¨®n VPN, que simula el acceso a internet desde otro pa¨ªs. ¡°Dos a?os despu¨¦s del Hirak, nada ha cambiado en Argelia en el terreno de las libertades¡±, se?ala TSA.
Es dif¨ªcil saber la fuerza con la que cuenta ahora el Hirak, porque la pandemia y la represi¨®n lo han diezmado. Tambi¨¦n hay algunos que sienten cierta desafecci¨®n. As¨ª, un cineasta argelino que se mostraba entusiasmado en las primeras semanas del movimiento, indica ahora en conversaci¨®n telef¨®nica con la condici¨®n del anonimato: ¡°El balance que yo hago de estos dos a?os no es negro ni blanco. El Hirak ha conseguido el 90% de lo que quer¨ªa. Los principales responsables del antiguo r¨¦gimen est¨¢n en la c¨¢rcel. Y hoy los pol¨ªticos tienen miedo de firmar cualquier papel. Antes se sent¨ªan impunes. Hemos empujado al sistema a cambiar su pol¨ªtica. Pero el sistema es un poco lento¡±. El cineasta rechaza la actitud de algunos miembros del Hirak: ¡°Hay gente que basa su existencia en criticar en Facebook, pero no lanza ninguna propuesta. Critican, pero no se remangan para trabajar. Yo no digo que el actual sistema sea genial. Pero creo que Teb¨²n se ha rodeado de gente competente en su Gobierno, al contrario de lo que suced¨ªa con Buteflika. Los nuevos responsables de Cultura me han llamado para consultarme sobre la nueva ley del cine. Eso habr¨ªa sido imposible hace dos a?os¡±.
El Hirak est¨¢ debilitado en comparaci¨®n con sus comienzos. Pero no ha sido doblegado. Todas las elecciones organizadas por el poder desde que Buteflika fue obligado a dimitir han sido boicoteadas por los activistas. Y todas han registrado r¨¦cords de abstenci¨®n. La supuesta mano tendida de Teb¨²n no ha convencido hasta ahora a la mayor parte de los argelinos, seg¨²n se desprende de la afluencia a las urnas. Pero la gran ventaja del Hirak frente al poder es su gran inconveniente: no hay un l¨ªder claro ni unos objetivos bien definidos. La gran argamasa que mantiene unidos a los activistas es el hartazgo de un poder anclado en la corrupci¨®n, la falta de transparencia y los m¨¦todos represivos.
Un analista, que solicita no revelar su nombre, indica: ¡°El Hirak no ha ganado en estos dos a?os. Pero el sistema tampoco ha logrado controlarlo. Y ahora los pol¨ªticos est¨¢n paralizados, no se atreven a tomar medidas, no sea que en el futuro vayan a venir otros y los metan en la c¨¢rcel, lo mismo que se ha hecho con los colaboradores de Buteflika¡±.
Lo ¨²nico que parece claro con la llegada del segundo aniversario es que ¡ªa pesar de la pandemia, de la represi¨®n y de las divisiones internas¡ª el Hirak sigue vivo.
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