Una nueva amenaza de asalto al Capitolio enfrenta a EE UU al riesgo duradero del extremismo aut¨®ctono
La C¨¢mara baja suspende la sesi¨®n del jueves despu¨¦s de que la inteligencia detectara en los foros conspiranoicos planes de un nuevo ataque de radicales que fantasean con un regreso de Trump
Fracasada la revuelta del 6 de enero y consumada dos semanas despu¨¦s la investidura de Joe Biden, la realidad se empe?a en arruinar las delirantes profec¨ªas de los seguidores de QAnon, que vaticinan un regreso triunfal de Donald Trump para aplastar a unas fantasiosas ¨¦lites corruptas que mueven los hilos del pa¨ªs. Una nueva amenaza que apuntaba a la jornada de este jueves ha puesto en alerta a la polic¨ªa del Capitolio y ha llevado a la C¨¢mara baja a suspender sus sesiones. Estados Unidos se enfrenta a la amenaza duradera de un extremismo, cada vez m¨¢s arrinconado y m¨¢s fan¨¢tico, que brota y crece dentro de sus propias fronteras.
El pasado 6 de enero no cay¨® ¡°la tormenta¡±, aquella fantas¨ªa de tribunales militares y ejecuciones sumarias que anticipaba en un v¨ªdeo Ashli Babbit, veterana de la Fuerza A¨¦rea de 35 a?os, despu¨¦s de atravesar el pa¨ªs para asaltar el Capitolio y antes de recibir un disparo mortal en el cuello mientras trataba de entrar por el ventanuco de una puerta a una sala donde se ocultaban los legisladores. Tampoco el 20 de enero se produjo el regreso triunfal de Trump, para salvar al pa¨ªs y aplastar a esos poderosos progresistas adoradores de Sat¨¢n y ped¨®filos. En lugar de eso, el h¨¦roe sali¨® por piernas a su retiro dorado en Mar-a-Lago y, entre versos de Amanda Gorman y extraordinarias medidas de seguridad, Joe Biden se convirti¨® en el 46? presidente de Estados Unidos. La realidad proporciona a los seguidores de QAnon sucesivos incumplimientos de las disparatadas profec¨ªas de las que la extrema derecha conspiranoica se alimenta en oscuros foros digitales.
Consumado el relevo en la Casa Blanca, algunos seguidores han despertado de la fantas¨ªa en la que han vivido estos a?os. Han tratado de reconstruir los v¨ªnculos con sus familias y amigos, rotos en ese viaje fan¨¢tico a una realidad paralela. Pero los hay que han renovado sus votos de fidelidad a QAnon, retorciendo la realidad aun m¨¢s para tratar de adaptarla a los tozudos acontecimientos. Unos creen que en realidad Biden y Trump trabajan juntos en las sombras, otros sospechan que simplemente han intercambiado sus cuerpos. Y muchos ten¨ªan el 4 de marzo marcado en sus calendarios como otra fecha clave. El d¨ªa en que, esta vez s¨ª, Trump ser¨ªa investido de nuevo.
Por eso, la polic¨ªa del Capitolio y la Guardia Nacional estaban este jueves en alerta, despu¨¦s de revelar la v¨ªspera que hab¨ªan recibido ¡°informaci¨®n nueva y preocupante que indica inter¨¦s adicional en el Capitolio entre el 4 y el 6 de marzo por parte de un grupo miliciano¡±. La C¨¢mara baja (no as¨ª el Senado) suspendi¨® sus sesiones para esa jornada, en previsi¨®n de un posible intento de asalto al Capitolio.
Despu¨¦s de haber sido agarrados por sorpresa en la igualmente anticipada revuelta de enero, las fuerzas de seguridad y algunos congresistas se tomaron en serio la amenaza que apuntaba a este jueves. La seguridad del per¨ªmetro del Capitolio lleva reforzada desde el asalto, y la polic¨ªa de la instituci¨®n pidi¨® a otros cuerpos locales y federales que estuvieran preparados. Delante de las vallas met¨¢licas, decenas de soldados vigilaban por la ma?ana los alrededores, junto a camiones militares. Aproximadamente 5.200 soldados est¨¢n ahora de servicio en Washington, donde la Casa Blanca, el Congreso y varias plazas permanecen blindadas desde la violenta jornada del 6 de enero. Sin embargo, por la ma?ana no hab¨ªa signos de protesta en los sitios m¨¢s emblem¨¢ticos de la capital.
La polic¨ªa del Capitolio, objeto estas semanas del intenso escrutinio de los senadores que investigan la deficiente respuesta a la revuelta de enero, ha solicitado que los miembros de la Guardia Nacional desplegados en el complejo federal se queden hasta mayo. La presidenta de la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi, afirm¨® que todos los comit¨¦s van a recibir un borrador con la propuesta. ¡°Deber¨ªamos tenerlos aqu¨ª mientras sean necesarios¡±, apunt¨® la l¨ªder dem¨®crata. La ¨²ltima palabra la tiene el Pent¨¢gono, que este mismo mi¨¦rcoles fue acusado por el general de la Guardia Nacional de Washington de haber demorado m¨¢s de tres horas la aprobaci¨®n del env¨ªo de tropas para sofocar la revuelta de enero.
Desde aquella insurrecci¨®n, que el director del FBI, Chris Wray, calific¨® esta semana en el Congreso de ¡°terrorismo nacional¡±, el foco de los servicios de inteligencia estadounidenses ¨Ccolocado en el terrorismo internacional desde los atentados del 11 de septiembre de 2001¨C se ha redirigido a la amenaza de los grupos racistas y de extrema derecha dentro de las propias fronteras del pa¨ªs. Wray asegur¨® que sus agentes est¨¢n investigando en la actualidad cerca de 2.000 casos de terrorismo nacional, m¨¢s del doble que en 2017.
Pero los expertos coinciden en que la actividad y la capacidad de organizaci¨®n de los grupos de extremistas ha disminuido desde enero. Sus cuentas han sido desterradas de las principales redes sociales. Est¨¢n vigilados m¨¢s de cerca por los agentes federales y la polic¨ªa, que han arrestado hasta la fecha a cerca de 300 personas relacionadas con el asalto al Capitolio. Y el elemento aglutinador que era Donald Trump est¨¢ pr¨¢cticamente silenciado, aunque el pasado fin de semana, en su primer acto p¨²blico tras la investidura, insisti¨® en las acusaciones infundadas de fraude electoral masivo.
La fecha del jueves no era gratuita. Es el d¨ªa en que originalmente se celebraba la investidura de los presidentes, desde que George Washington tomara posesi¨®n el 4 de marzo de 1789. El margen de cuatro meses entre las elecciones y la toma de posesi¨®n ten¨ªa sentido cuando las noticias y las personas circulaban a trote de caballo. Pero pronto se revel¨® problem¨¢tico. Por ejemplo, entre la victoria y la investidura de Lincoln, siete Estados del sur se separaron de la Uni¨®n. El 15 de febrero de 1933 casi matan a tiros a Franklin Delano Roosevelt, de modo que dos semanas despu¨¦s se aprob¨® la 20? Enmienda, que establece el relevo presidencial en ¡°el mediod¨ªa del vig¨¦simo d¨ªa de enero¡±.
Sucede que, para los seguidores de QAnon, todos los presidentes de Estados Unidos desde Ulysses Grant son ileg¨ªtimos, lo mismo que todas las enmiendas a la Constituci¨®n aprobadas despu¨¦s de 1871, a?o en el que aseguran que se aprob¨® una ley que convirti¨® al Gobierno de Estados Unidos en una corporaci¨®n. Tal ley, por supuesto, solo existe en el imaginario conspiranoico. El mismo en el que el jueves, 4 de marzo de 2021, Donald Trump se dispon¨ªa a convertirse en el 19? presidente de Estados Unidos, el ¨²nico leg¨ªtimo desde Grant.
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