Prudencia Ayala, la primera mujer que intent¨® ser presidenta en Am¨¦rica Latina
Cuando esta madre soltera, ind¨ªgena y con poca educaci¨®n formal lanz¨® su candidatura a la presidencia de El Salvador en 1930, las mujeres no pod¨ªan votar. La tildaron de loca y analfabeta, pero su valent¨ªa abri¨® el camino a la participaci¨®n pol¨ªtica de las salvadore?as
Prudencia Ayala (1885-1936) ten¨ªa todas las papeletas para estar del lado de las olvidadas de la historia: mujer, ind¨ªgena y pobre, solo pudo ir a la escuela hasta segundo grado porque su madre no pod¨ªa seguir pag¨¢ndola. Con su esp¨ªritu autodidacta y su pensamiento m¨¢gico ¡ªdesde ni?a dijo que escuchaba voces y empez¨® a predecir el futuro¡ª se fue haciendo un hueco en la sociedad salvadore?a de la ¨¦poca, hasta que en 1930 se convirti¨® en la primera en Am¨¦rica Latina en postularse a la presidencia. Lo hizo ¡°orgullosa de ser una humilde india salvadore?a¡±, como dijo al lanzar su candidatura, y en un momento en el que las mujeres de su pa¨ªs todav¨ªa no pod¨ªan votar.
¡°La mujer ha gobernado en Europa en el sistema mon¨¢rquico. ?Qu¨¦ de extra?o tiene que gobierne en las Rep¨²blicas del continente indo-latino-hispanoamericano? (...) No es arrebatar los derechos al hombre, sino constituir la soberan¨ªa nacional en los dos sexos que forman la familia humana¡±, escribi¨® en la primera de las tres ediciones de Redenci¨®n Femenina, un peri¨®dico que fund¨® para exponer sus ideas feministas. Con los trajes que se hac¨ªa a s¨ª misma y un bast¨®n de madera, un elemento que en aquel momento estaba reservado a los hombres intelectuales, Prudencia Ayala mostraba una valent¨ªa excepcional para enfrentarse a los prejuicios y el machismo imperantes.
Hija de un ind¨ªgena mexicano y otra salvadore?a, Ayala naci¨® en 1885 en departamento de Sonsonate. Con 10 a?os se mud¨® con su madre a Santa Ana, una ciudad cafetera donde conoci¨® el movimiento sindicalista. All¨ª comenz¨® a ganarse la vida como costurera. A los 12 empez¨® a tener premoniciones que, a?os despu¨¦s, publicar¨ªa en el Diario de Occidente de Santa Ana. En sus p¨¢ginas acert¨® con algunas profec¨ªas, como la ca¨ªda del k¨¢iser de Alemania en 1914, lo que le vali¨® el sobrenombre de la ¡®Sibila Santaneca¡¯.
Ya como madre soltera ¡ªtuvo dos hijos¡ª, Ayala public¨® poemas y art¨ªculos en los que promov¨ªa la uni¨®n centroamericana y la igualdad entre hombres y mujeres. Tambi¨¦n escribi¨® contra las dictaduras y en contra de la intervenci¨®n militar estadounidense en Nicaragua. En 1919 fue encarcelada tras acusar de corrupci¨®n al alcalde de Atiquizaya. Al salir de prisi¨®n se fue a Guatemala, donde la acusaron de participar en el golpe de Estado contra el dictador Manuel Estrada Cabrera. De vuelta en su pa¨ªs, public¨® tres obras: Escible, Aventuras de un viaje a Guatemala (1919); Inmortal, amores de loca (1925) y Payaso literario en Combate (1928).
En junio de 1930, lanz¨® un ¨®rdago al presentarse a la presidencia de un pa¨ªs donde las mujeres no pod¨ªan votar. ¡°Lo ve¨ªa como una lucha por los derechos femeninos¡±, afirma Tania Primavera, del Museo de la Palabra y la Imagen de El Salvador (MUPI). ¡°Irrumpe en un momento en que solo las mujeres de la alta sociedad sal¨ªan en los comerciales pein¨¢ndose, yendo a bailes. Hab¨ªa un gran lujo en la capital, mientras ella ve¨ªa a los trabajadores del caf¨¦ sacando adelante este pa¨ªs y ganando una miseria. Ella trataba de cambiar todo eso¡±.
La candidatura de Ayala fue repudiada por muchos. Los diarios de la ¨¦poca la caricaturizaron y tacharon de loca, fea, analfabeta, bochinchera y marimacha. Tambi¨¦n tuvo aliados, como los estudiantes que la ovacionaban o el fundador del diario La Patria, Alberto Masferrer, con quien compart¨ªa ideas feministas y antimperialistas y quien defini¨® su causa como ¡°noble y justa¡±. De su plan de Gobierno, que ten¨ªa 13 puntos, dijo que no era inferior ¡°al de los otros candidatos que se toman en serio¡±. En ¨¦l promov¨ªa la educaci¨®n p¨²blica, el apoyo a la clase obrera, el derecho al voto de las mujeres, la no discriminaci¨®n a los hijos ileg¨ªtimos o suprimir ¡°lo m¨¢s posible¡± el aguardiente.
Su candidatura no prosper¨® porque la Corte Suprema determin¨® que las mujeres no ten¨ªan derecho a optar a cargos p¨²blicos. Prudencia Ayala falleci¨® en julio de 1936 y permaneci¨® en el olvido por m¨¢s de medio siglo hasta que una casualidad la sac¨® del ostracismo. Fue en 1996 cuando uno de sus hijos vio una foto suya en una exposici¨®n del MUPI en San Salvador y le dijo al director del museo que su familia ten¨ªa un ba¨²l con los escritos y objetos de su madre.
El hijo, ya anciano, falleci¨® poco despu¨¦s de aquel encuentro, pero la pista le sirvi¨® al museo para reconstruir su legado. Y Prudencia Ayala pas¨® de ser la ¡°loca¡± que se postul¨® a la presidencia a una mujer valiente que, con rebeld¨ªa y determinaci¨®n, luch¨® por lo que cre¨ªa justo, gener¨® un debate y sent¨® un precedente en la lucha de las mujeres salvadore?as.
Este perfil forma parte de ¡®Olvidadas por la historia¡¯, una serie que recupera la figura de mujeres pioneras y adelantadas a su ¨¦poca que fueron ignoradas o minusvaloradas.
Cr¨¦ditos
- Redacci¨®n: Lorena Arroyo, Antonia Laborde, Camila Osorio, Santiago Torrado, Stephanie Vendruscolo y Antonia Laborde, Camila Osorio, Santiago Torrado, Beatriz Guill¨¦n
- Ilustraci¨®n: Fernanda Castro
- Edici¨®n de Texto: Eliezer Budasoff, Lorena Arroyo
- Edici¨®n visual: H¨¦ctor Guerrero
- Dise?o - Desarrollo web: Alfredo Garc¨ªa