Mark Rutte aspira a su cuarto mandato en Pa¨ªses Bajos aupado por la gesti¨®n de la pandemia

La amenaza constante de la pandemia ha evitado la rudeza de los choques pol¨ªticos que suele caracterizar una campa?a electoral, y los sondeos previos a los comicios legislativos que se desarrollan entre este lunes y el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en Pa¨ªses Bajos presentan a un candidato claro en cabeza: el actual primer ministro liberal de derecha en funciones, Mark Rutte, de 54 a?os, que aspira a su cuarto mandato consecutivo desde 2010, aunque necesitar¨¢ formar un Gobierno de coalici¨®n. La gesti¨®n del virus ha reforzado la imagen del dirigente.

La covid-19 ha marcado a su vez una b¨²squeda de votantes que se ha trasladado a la televisi¨®n y la radio, ha favorecido los encuentros telem¨¢ticos con los electores y ha aumentado los mensajes en las redes sociales para evitar contagios entre los m¨¢s de 13 millones de ciudadanos llamados a las urnas. La convocatoria marcada en el calendario es para el mi¨¦rcoles, pero 1.600 colegios electorales han abierto ya este lunes para que puedan votar de manera anticipada los grupos de riesgo y los mayores de 70 a?os.

Hay 37 partidos en liza y 1.579 aspirantes a un Parlamento de 150 esca?os, una cifra que bate el r¨¦cord de 28 partidos registrado en 2017. De las cabezas de lista 10 son mujeres, otro hito nacional. El mi¨¦rcoles habr¨¢ 9.200 colegios por todo el pa¨ªs. Como no hay jornada de reflexi¨®n, el debate final, en forma de duelos entre los ocho candidatos de los grandes partidos ¡ª desde la extrema derecha, la democracia cristiana, los liberales, la socialdemocracia hasta los ecologistas y los socialistas radicales¡ª est¨¢ previsto para la noche de este martes. Tambi¨¦n tendr¨¢n tiempo de pantalla otras ocho agrupaciones m¨¢s peque?as.

La gesti¨®n del coronavirus ha catapultado a Mark Rutte, porque como explica un estudio de la Oficina de Planificaci¨®n Social y Cultural (SCP, en sus siglas neerlandesas), ¡°si un l¨ªder pol¨ªtico es visible en tiempos de crisis aumenta su apreciaci¨®n por parte del votante¡±. Y ¨¦l se ha dirigido sin pausa a la ciudadan¨ªa como jefe de los liberales de derecha (VVD), primer ministro y cabeza visible contra la pandemia. Un triplete singular, ya que apenas se ha hablado durante la campa?a del esc¨¢ndalo de las ayudas a cerca de 30.000 familias que fueron acusadas sin motivo de fraude. El caso provoc¨® en enero pasado su dimisi¨®n, y la del Gabinete, en bloque, y habr¨¢ una investigaci¨®n parlamentaria. Pero Rutte, soltero y ¡°sin tiempo aunque abierto a tener una relaci¨®n¡±, sigue siendo el nombre m¨¢s valorado de la pol¨ªtica neerlandesa.

Otra cosa es el precio que pueda acabar pagando su partido, que depende por completo de su imagen. Los sondeos m¨¢s recientes otorgan al VVD entre 31 y 40 diputados, frente a los 33 esca?os que cosech¨® en 2017.

Entre las nuevas candidatas a dirigir el pa¨ªs, una de las figuras destacadas es la diplom¨¢tica Sigrid Kaag, liberal de izquierda (D66) y ministra en funciones de Comercio Exterior y Cooperaci¨®n para el Desarrollo. De 59 a?os, le pasa un poco como a Rutte; su partido ¡ªque es parte de la coalici¨®n saliente¡ª gira en torno a ella. Casada con un dentista y diplom¨¢tico palestino, tienen cuatro hijos y trabaj¨® en la ONU, en distintas oficinas y responsabilidades, entre 1994 y 2017. Su nombre ha cobrado protagonismo en las ¨²ltimas horas.

Sin lucha aparente por la primera plaza, el votante holand¨¦s ha tenido menos incentivos para escoger de forma estrat¨¦gica y los grandes grupos han opacado a los peque?os. De modo que a pesar de la proliferaci¨®n de nuevos partidos, y de que entre un 10 y un 15% de los votantes sigue indeciso, la tradicional estabilidad parece mantenerse en pie. La columnista Sheila Sitalsing, en el curso de una videoconferencia con prensa extranjera, indica que ¡°si bien se le critica a Rutte su falta de visi¨®n, con la pandemia se ve como un estadista que puede manejar esta crisis¡±. Para las encuestas, solo dos de las nuevas agrupaciones parecen tener opciones de estrenarse con alg¨²n esca?o en el Parlamento: Volt y JA21. El primero es un movimiento pol¨ªtico paneuropeo y liberal que tiene un diputado en el Parlamento Europeo gracias a su rama alemana. El otro se escindi¨® de Foro para la Democracia (FVD), el partido fundado por Thierry Baudet, tras el esc¨¢ndalo de homofobia y antisemitismo destapado en noviembre de 2020 en su seno. Baudet, de 38 a?os, es el otro representante de la extrema derecha holandesa, junto con Geert Wilders, y batalla ahora por seguir siendo relevante. La mayor¨ªa de encuestas pronostican entre tres y seis esca?os para el FVD, despu¨¦s de que venciera en las regionales hace menos de dos a?os.

Armen Hakhverdian, profesor de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de ?msterdam, explica durante el citado encuentro con la prensa que ¡°el problema de la formaci¨®n de Gobierno no son los grupos peque?os, sino los seis o siete partidos que pueden rondar el 10% y aspiren a gobernar, ahora que el centro pol¨ªtico est¨¢ en crisis en Europa¡±. Hakhverdian considera que ¡°hay izquierda en el pa¨ªs, pero no parece que haya una imagen de mayor¨ªa de izquierda¡±, y del voto de los j¨®venes se sabe poco. ¡°No es que sean antipol¨ªtica, es que no parece interesarles¡±, a?ade.

Es posible que la nueva coalici¨®n sea dif¨ªcil de cerrar y sume hasta cinco partidos, pero si en algo est¨¢n ya de acuerdo los que tienen posibilidades de gobernar es que no lo har¨¢n con Wilders, de 57 a?os, el l¨ªder del Partido para la Libertad. Es la segunda fuerza nacional con 20 esca?os en el Parlamento, solo por detr¨¢s de los liberales de derecha de Rutte, y seg¨²n los sondeos tiene bastantes opciones de mantener dicha plaza. Wilders tacha de antidemocr¨¢tico el vac¨ªo de sus colegas. Sin embargo, Wopke Hoekstra, ministro de Finanzas en funciones y cabeza de lista de los democristianos (CDA), arremeti¨® contra el dirigente: ¡°Wilders se descalifica por s¨ª solo porque ignora el art¨ªculo 1 de la Constituci¨®n, que proh¨ªbe la discriminaci¨®n por razones pol¨ªticas, de religi¨®n, credo, opini¨®n o g¨¦nero¡±.