El fiscal del ¡®caso Floyd¡¯ pide al jurado en su alegato final: ¡°Crean lo que vieron sus ojos. Fue un asesinato¡±
El jurado debe emitir por unanimidad el veredicto de un caso que ha conmocionado a Estados Unidos
El juicio contra el polic¨ªa Derek Chauvin por la muerte del afroamericano George Floyd ha terminado este lunes y aguarda veredicto en un clima de alta tensi¨®n en Minneapolis, con las escuelas p¨²blicas cerradas por precauci¨®n y los militares de la Guardia Nacional desplegados en las calles. En su argumentaci¨®n final, el fiscal Steve Schleicher ha pedido al jurado que crea ¡°lo que vieron sus ojos¡± y ¡°lo que sintieron en sus tripas¡±. ¡°Esto fue no una operaci¨®n policial, fue asesinato¡±, ha recalcado. Aquel arresto mortal del 25 de mayo, grabado en v¨ªdeo, encendi¨® la mayor ola de protestas contra el racismo en 50 a?os y Estados Unidos mira a este tribunal de la calle de 6 como un lugar donde se va a dar un mensaje al mundo.
¡°No puedo respirar¡±. Las ¨²ltimas palabras de George Floyd antes de morir, convertidas en un grito nacional contra el racismo, aparecen estos d¨ªas por cualquier lugar que uno pise en Minneapolis, escritas en los coches, plasmadas en camisetas, en ventanas o en la caja registradora de cualquier comercio. Esta ciudad rica del Estado de Minnesota, un g¨¦lido pedazo de EE UU pegado a Canad¨¢, ha visto cambiar su historia con la muerte de Floyd y ahora est¨¢ a punto de alumbrar la moraleja final. Famosos activistas de los derechos civiles, como los reverendos Jesse Jackson y Al Sharpton, han llegado al tribunal entre leves copos de nieve para acompa?ar a la familia en el ¨²ltimo d¨ªa de juicio.
¡°Usen el sentido com¨²n, crean lo que vieron sus ojos, ustedes han visto lo que han visto¡±, ha dicho este lunes al jurado Schleicher, ayudante especial del fiscal de Minnesota. Este proceso, ha recalcado, ¡°no es contra la polic¨ªa, es un proceso a favor de la polic¨ªa¡±. Chauvin, de 45 a?os, ¡°traicion¨® su placa, abandon¨® sus valores y su entrenamiento y mat¨® a un hombre¡±, ha a?adido. Schleicher se ha tomado cerca de dos horas en una exposici¨®n en la que ha tratado de humanizar a Floyd, hablar de sus problemas para recalcar que, aunque en un principio no colaborase con los agentes que lo quer¨ªan detener, ¡°no era una amenaza¡± y no estaba justificado semejante uso de la fuerza.
El juicio comenz¨® hace tres semanas con el visionado de la detenci¨®n y muerte de Floyd, un v¨ªdeo de nueve minutos y 29 segundos en los que se ve a un hombre negro de 46 a?os tumbado en el suelo, con la rodilla de un polic¨ªa en el cuello, mientras clama que no puede respirar, suplica que le dejen, acaba delirando e invocando a su madre difunta para acabar inm¨®vil, inconsciente, muerto, sin que la rodilla del uniformado se mueva de all¨ª. Otros dos agentes (que aguardan juicio) le ayudan a retenerlo. El episodio corresponde al 25 de mayo del a?o pasado. Ese d¨ªa, una patrulla acudi¨® a la llamada de una tienda, Cup Foods, que denunciaba que alguien les hab¨ªa pagado con un billete falso de 20 d¨®lares y arrest¨® a Floyd de un modo brutal mientras los transe¨²ntes lo grababan y ped¨ªan a Chauvin que parase. Luego qued¨® en silencio y poco despu¨¦s su coraz¨®n par¨® debido a la asfixia, seg¨²n el forense y los expertos m¨¦dicos aportados por la fiscal¨ªa.
Durante tres semanas de vistas, el abogado de defensor, Eric Nelson, ha intentado contrarrestar la fuerza de semejantes im¨¢genes y tratado de crear una duda razonable en el jurado, poniendo el acento en el consumo de drogas de Floyd para argumentar que no muri¨® por culpa de una maniobra de inmovilizaci¨®n que, sostiene, era necesaria por la resistencia que opon¨ªa. Esto ¨²ltimo ha sido rebatido en el juicio por el propio jefe de la polic¨ªa de Minneapolis, Medaria Arradondo. En un testimonio poco habitual, contra un miembro del cuerpo, Arradondo acus¨® al agente de violar las reglas del departamento, pues, aunque la maniobra de inmovilizaci¨®n con la rodilla en el cuello est¨¢ autorizada, ¡°una vez Floyd dej¨® de resistirse, [Chauvin] debi¨® parar¡±. El agente incumpli¨® tambi¨¦n el deber de proporcionarle ayuda m¨¦dica cuando se mostr¨® inconsciente.
¡°Esos nueve minutos y 29 segundos [del v¨ªdeo que ha dado la vuelta al mundo] ignoran los 16 minutos y 59 segundos previos¡±, recalc¨® este lunes el abogado defensor. Nelson hizo hincapi¨¦ en que Floyd se resisti¨® al principio del arresto: ¡°Tres agentes de polic¨ªa no fueron capaces de meterle en el coche patrulla¡±.
Chauvin, que declin¨® testificar, est¨¢ acusado de los cargos de homicidio imprudente, asesinato en segundo grado (implica intenci¨®n en el instante, pero no premeditaci¨®n) y asesinato en tercer grado (definido en Minnesota como el cometido por alguien que, aunque no busca el objetivo de matar, causa muerte actuando de forma peligrosa, con una ¡°mentalidad depravada¡± y sin cuidado por la vida humana).
El jurado, formado por una docena de hombres y mujeres del condado, se encerrar¨¢ y aislar¨¢ ahora en un hotel hasta decidir un veredicto por unanimidad sobre cada uno de esos cargos.
Este es el juicio a un hombre por la muerte de otro hombre y sobre eso es sobre lo que debe decidir el jurado, pero sobre sus hombros pesa algo muy parecido a un episodio de la historia. El juez, Peter Cahill, les record¨® que ¡°su exclusiva responsabilidad¡± es ¡°decidir sobre cuestiones factuales¡±. Las deliberaciones pueden llevar horas, d¨ªas o semanas. ¡°Tengan la esperanza de tardar poco y h¨¢ganse a la idea de que tardar¨¢n mucho¡±, advirti¨® el juez la semana pasada. Fuera, en las calles, en las concentraciones y vigilias que comenzaron aquel 25 de mayo y se repiten estos d¨ªas, la sentencia parece irrevocable. Tambi¨¦n el convencimiento de que el desenlace de aquel episodio maldito hubiese resultado distinto de ser Floyd un hombre blanco.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.