El Parlamento Europeo se dispone a aprobar el pacto pos-Brexit pese a recelar de Londres
El resultado de la votaci¨®n, que se conocer¨¢ este mi¨¦rcoles, permite la ratificaci¨®n del pacto de comercio y cooperaci¨®n alcanzado con el Reino Unido en diciembre
El Parlamento Europeo ha votado este martes el consentimiento al acuerdo de comercio y cooperaci¨®n sellado por la UE y el Reino Unido el 24 de diciembre de 2020. El pacto entr¨® en vigor de forma provisional el pasado 1 de enero, evitando una brusca ruptura tras el final del per¨ªodo transitorio del Brexit. Y aunque hasta el mi¨¦rcoles no se sabr¨¢ el resultado de la votaci¨®n en la Euroc¨¢mara, se da por hecho su aprobaci¨®n definitiva porque todos los grandes grupos lo han apoyado.
El debate previo a la votaci¨®n (m¨¢s de cuatro horas y media) y la largu¨ªsima lista de oradores (una de las m¨¢s numerosas de los ¨²ltimos a?os) encajaba con el momento hist¨®rico que supone autorizar la ratificaci¨®n del primer acuerdo comercial con un antiguo socio de la UE. Antes del debate, casi todos los eurodiputados presentes en el hemiciclo han dado un aplauso de despedida a Michel Barnier, el infatigable negociador europeo del acuerdo de salida y del pacto pos-Brexit, cuya ratificaci¨®n se vota este martes. La incertidumbre sobre el desenlace es m¨ªnima porque los grandes grupos apoyan la luz verde y en comisi¨®n parlamentaria el consentimiento se aprob¨® casi por unanimidad (108 votos a favor, uno en contra y cuatro abstenciones).
El voto favorable, sin embargo, no oculta la desconfianza de Bruselas hacia el Gobierno de Boris Johnson, sobre todo, en relaci¨®n con el protocolo del acuerdo sobre la convivencia entre Irlanda y la provincia brit¨¢nica de Irlanda del Norte. Durante el debate previo a la votaci¨®n, numerosos europarlamentarios han reclamado a la Comisi¨®n Europea que extreme la vigilancia para garantizar que Londres cumple lo pactado y evitar que Irlanda del Norte se convierta en un agujero de entrada de productos hacia el mercado interior europeo.
El l¨ªder del grupo popular, el eurodiputado alem¨¢n Manfred Weber, ha se?alado que su mensaje a Boris Johnson ¡°es que va a afrontar desaf¨ªos inmensos y tiene la responsabilidad de respetar los compromisos del Acuerdo de salida, en particular, la aplicaci¨®n del Protocolo sobre Irlanda e Irlanda del Norte¡±. Por parte del grupo liberal Renew, la eurodiputada francesa Nathalie Loiseau tambi¨¦n subrayaba que el control parlamentario del acuerdo ser¨¢ ¡°sin precedentes¡± y avisaba de que ¡°la ratificaci¨®n no es un cheque en blanco ni para Londres ni para la Comisi¨®n. El tiempo de la candidez se ha terminado¡±.
El protocolo irland¨¦s entr¨® en vigor el 31 de enero de 2020, coincidiendo con la salida del Reino Unido de la UE. Pero su impacto no se dej¨® notar hasta que el 31 de diciembre concluy¨® el per¨ªodo transitorio de salida y se visualiz¨® la frontera establecida entre la provincia brit¨¢nica y el resto del Reino Unido para preservar la integraci¨®n econ¨®mica de la isla lograda con los acuerdos de paz de 1998.
La separaci¨®n de facto del mercado brit¨¢nico ha provocado revueltas en Belfast, ha impedido el despliegue de los funcionarios europeos encargados de vigilar los controles aduaneros para los productos procedentes del Reino Unido y ha llevado al Gobierno de Johnson a poner en duda la aplicaci¨®n del protocolo que negoci¨®.
La Comisi¨®n Europea inici¨® el pasado 15 de marzo un procedimiento de infracci¨®n contra el Reino Unido por incumplimiento de los acuerdos. Bruselas conf¨ªa en resolver el conflicto por la v¨ªa de la negociaci¨®n. Pero ha advertido de que, en caso contrario, iniciar¨¢ un procedimiento de arbitraje que podr¨ªa acabar en sanciones millonarias a Londres o en la suspensi¨®n del acuerdo de salida y del nuevo tratado comercial y de cooperaci¨®n. Ese desenlace pondr¨ªa de nuevo sobre la mesa la amenaza de una ruptura con graves turbulencias econ¨®micas y sociales.
La europarlamentaria Iratxe Garc¨ªa, l¨ªder del grupo Socialista, ha pedido a la Comisi¨®n que ¡°siga adelante con las represalias previstas en los tratados del Brexit si Londres contin¨²a incumpliendo los controles fronterizos entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido¡±. El popular David McAllister, coordinador del grupo parlamentario sobre el Reino Unido, ha apuntado que ¡°el protocolo de Irlanda no es el problema, sino la soluci¨®n. El nombre del problema es Brexit¡±.
Garc¨ªa se ha mostrado partidaria, no obstante, de ¡°tender una mano de amistad hacia el Reino Unido y hacer todo lo posible por desarrollar una relaci¨®n constructiva en seguridad y pol¨ªtica exterior¡±, dos ¨¢reas en las que no se pudo llegar a un acuerdo con Londres antes de su salida. La eurodiputada socialista ha se?alado que ¡°la responsabilidad de los errores de los l¨ªderes populistas no debe recaer en los acuerdos futuros¡±.
Los grupos parlamentarios m¨¢s partidarios de la integraci¨®n europea (populares, socialistas, liberales y verdes) han subrayado las desventajas del Brexit y el impacto que ya est¨¢ sufriendo el Reino Unido, desde la ca¨ªda de exportaciones hacia la UE a la salida de trabajadores cualificados europeos. ¡°El Brexit no es un proyecto de libertad, sino para construir barreras¡±, ha resumido la eurodiputada Terry Reinke, del grupo de los Verdes. La eurodiputada socialista Inmaculada Rodr¨ªguez Pi?ero ha vaticinado que ¡°las desventajas de estar fuera de la UE ser¨¢n cada d¨ªa que pase m¨¢s evidentes para los ciudadanos brit¨¢nicos¡±.
Programa Erasmus
Atenci¨®n particular se ha concedido a la retirada del programa Erasmus, calificada de ¡°vandalismo cultural¡±, porque impedir¨¢ a los estudiantes brit¨¢nicos participar en esos intercambios, aunque se ha obviado que el Reino Unido cuenta con cuatro universidades entre las 25 mejores del mundo (seg¨²n la llamada clasificaci¨®n Shangh¨¢i), mientras que la UE solo tiene una (francesa).
Entre los grupos euroesc¨¦pticos se ha augurado un camino de ¨¦xitos para el Reino Unido y se ha puesto como ejemplo las campa?as de vacunaci¨®n contra la covid-19, en la que el antiguo socio ha puesto ya las dos dosis necesarias al 25% de la poblaci¨®n brit¨¢nica frente al 9% en la UE. En ese caso, se ha obviado que m¨¢s de la mitad de las inyecciones del Reino Unido han sido desarrolladas y fabricadas en la UE.
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