El Papa cerca a los cardenales y directivos de la Santa Sede con nuevas leyes contra la corrupci¨®n
Las medidas proh¨ªben, entre otros asuntos, invertir en para¨ªsos fiscales o recibir regalos de m¨¢s de 40 euros y obligan a una declaraci¨®n de bienes y antecedentes previa a la contrataci¨®n
Una vez un jefe de Estado le pregunt¨® a Juan XXIII cu¨¢ntas personas trabajaban en el Vaticano. Roncalli, tirando de socarroner¨ªa, respondi¨® divertido: ¡°M¨¢s o menos la mitad¡±. Visto con la perspectiva de los esc¨¢ndalos de los ¨²ltimos a?os, la otra mitad tampoco est¨¢ claro que remase siempre en la direcci¨®n del inter¨¦s com¨²n de la Santa Sede. Los ¨²ltimos pont¨ªfices han tenido que abordar de distintas maneras los casos de corrupci¨®n surgidos, casi siempre, alrededor del dinero y de la opacidad de las cuentas vaticanas. Y Francisco, inmerso en un proceso de purga por el ¨²ltimo incidente que le ha costado una fortuna a una Santa Sede en n¨²meros rojos, ha decidido promulgar nuevas medidas sobre la contrataci¨®n del personal de administraci¨®n y de las ¨¢reas financieras del Vaticano. Entre otras cosas, proh¨ªbe invertir en para¨ªsos fiscales que operen contra la doctrina cat¨®lica.
La nueva norma, casualmente, coincide con el ¨²ltimo d¨ªa de la sesi¨®n plenaria de Moneyval (El Comit¨¦ de expertos en la evaluaci¨®n de medidas contra el lavado de dinero y la financiaci¨®n del terrorismo del Consejo Europeo) para terminar el informe sobre los progresos del Vaticano en esta materia. Las dimensiones y caracter¨ªsticas fiscales y legales de la Santa Sede la han convertido siempre en un lugar favorable a la corrupci¨®n. Con el motu proprio (documento pontificio de car¨¢cter legal) del Papa publicado este jueves se introducen nuevas reglas para evitar que se manifiesten ¡°conflictos de inter¨¦s, los m¨¦todos de clientelismo y la corrupci¨®n en general¡±, seg¨²n escribe Francisco.
Los cardenales, que acaban de sufrir una fuerte bajada de sueldo, son uno de los principales objetivos de las nuevas medidas. Las normas aprobadas no permiten ahora recibir regalos de m¨¢s de 40 euros. El motu proprio afecta a todos los que se encuentran en los niveles funcionales C, C1, C2 y C3 (es decir, desde los cardenales jefes de dicasterios hasta los vicedirectores con contratos directivos de cinco a?os) y a todos los que tienen funciones de administraci¨®n jurisdiccional activa o de control y supervisi¨®n. Este rango de empleados en la Ciudad del Vaticano deber¨¢ firmar una declaraci¨®n en el momento de la contrataci¨®n y despu¨¦s cada dos a?os haciendo constar que ¡°no tienen condenas firmes, ni en el Vaticano ni en otros Estados, y que no se han beneficiado de indultos, amnist¨ªas o gracias, y de no haber sido absueltos por prescripci¨®n¡±.
Algunas de las medidas, sin embargo, tienen que ver m¨¢s con el sentido com¨²n y con la falta de control que hab¨ªa que con su propio contenido. El nuevo reglamento, por ejemplo, se?ala que dichos empleados no podr¨¢n ¡°estar sujetos a procedimientos penales pendientes o a investigaciones por participaci¨®n en una organizaci¨®n criminal, corrupci¨®n, fraude, terrorismo, blanqueo de capitales de actividades criminales, explotaci¨®n de menores, tr¨¢fico o explotaci¨®n de seres humanos y evasi¨®n fiscal¡±. Adem¨¢s, deben declarar ¡°que no poseen, ni siquiera a trav¨¦s de intermediarios, dinero en efectivo o inversiones o participaciones en sociedades o empresas en pa¨ªses incluidos en la lista de jurisdicciones con alto riesgo de blanqueo de capitales (a menos que sus familiares sean residentes o est¨¦n domiciliados por demostradas razones familiares, laborales o de estudios)¡±. Cabe recordar que el Vaticano, a trav¨¦s de su banco, lo ha hecho durante muchas d¨¦cadas.
La promulgaci¨®n del motu proprio llega en un momento en el que la Santa Sede trata de reponerse a una cadena de casos de corrupci¨®n y esc¨¢ndalos soterrados desde que Francisco lleg¨® al Vaticano y trat¨® de poner orden en las finanzas. Desde entonces han dimitido auditores generales o ministros de Econom¨ªa o se ha despose¨ªdo a un cardenal (Angelo Becciu) de todos sus derechos debido a un supuesto caso de corrupci¨®n en la compraventa de un inmueble en Londres con el que la Santa Sede quer¨ªa especular. Ahora, todos ellos deber¨¢n garantizar, entre otras cosas, ¡°que todos los bienes, muebles e inmuebles, de su propiedad o que solo tengan en posesi¨®n, as¨ª como las remuneraciones de cualquier tipo que reciban, proceden de actividades l¨ªcitas¡±. El problema es que muchos de los esc¨¢ndalos se han producido operando a trav¨¦s de terceras personas ¡ªcomo el del palacio de Londres¡ª y los antecedentes de cardenales o empleados de la Secretar¨ªa de Estado pod¨ªan ser inmaculados.
El contexto de la medida tambi¨¦n incluye la ¨²ltima revelaci¨®n conocida a trav¨¦s de la cadena italiana Rai3, que explic¨® c¨®mo el APSA, el organismo de la Santa Sede que se ocupa de la gesti¨®n del patrimonio, habr¨ªa invertido el dinero del Vaticano en la empresa farmac¨¦utica Novartis, que produce la p¨ªldora del d¨ªa despu¨¦s. El ex auditor general de la Santa Sede, Libero Milone, encargado de revisar las cuentas del Vaticano del 2015 al 2017 y que acab¨® siendo obligado a dimitir tras un caso de espionaje, revel¨® en este programa que el Vaticano hab¨ªa realizado inversiones ¡°arriesgadas¡± que ¡°no respondieron a la doctrina social de la Iglesia que enumera exactamente las cosas que pod¨ªan y no pod¨ªan hacer¡±. En el futuro, tambi¨¦n ese tipo de inversiones, pese a su estupenda rentabilidad, se ver¨¢n con otra ¨®ptica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.