100 ni?os muertos por disparos en cinco terribles a?os de violencia contra la infancia en R¨ªo de Janeiro
Un tercio de las v¨ªctimas recibieron tiros durante operaciones policiales y seis de cada diez ni?os, en la regi¨®n metropolitana
Rafael, Endryw, Ana Clara, Alice, Kaio. Estos son los ni?os que han muerto por disparos en el ¨¢rea metropolitana de R¨ªo de Janeiro solo este a?o. Hay uno m¨¢s, cuyo nombre y foto no se han hecho p¨²blicos. Son seis de los 100 ni?os que han muerto en los ¨²ltimos cinco a?os en la misma regi¨®n. A Kaio, de 8 a?os, le alcanz¨® una bala perdida el pasado 16 de abril. Lo operaron de urgencia y permaneci¨® nueve d¨ªas ingresado en el Hospital Municipal Pedro II, hasta que acab¨® falleciendo, el s¨¢bado 25. El martes 27 fue enterrado en presencia de otros ni?os como ¨¦l.
Kaio era hijo ¨²nico y viv¨ªa con sus padres en la zona oeste de R¨ªo. El viernes 16, estaba en una fiesta en un centro de refuerzo escolar. Su madre, Thais Silva, estaba all¨ª con ¨¦l. El ni?o estaba haciendo cola para que le pintaran la cara cuando una bala perdida, posiblemente procedente de un tiroteo cerca de all¨ª, le alcanz¨® en la cabeza. Cuando vio la sangre de su hijo en el suelo, Thais no pudo reaccionar, solo llorar. ¡°Ni siquiera pod¨ªa sostener a mi hijo¡±, dijo, seg¨²n relatan los peri¨®dicos de la ciudad.
En los ¨²ltimos cinco a?os, a otros tres ni?os les alcanz¨® un tiro cuando estaban en la escuela o iban hacia all¨ª. A otros 17 les alcanz¨® estando en casa, seg¨²n datos del Instituto Fogo Cruzado, una plataforma digital que registra datos de violencia. Entornos que deber¨ªan ser islas de seguridad para los ni?os no lo son en R¨ªo de Janeiro, un estrato del Brasil en el que nacer en la periferia no sigue las estad¨ªsticas naturales de un ciclo vital. ¡°La vida perdida de un ni?o es un presente y un futuro menos para todos nosotros¡±, afirma Pedro Hartung, abogado y coordinador jur¨ªdico del Instituto Alana, que promueve el derecho y el desarrollo integral de los ni?os en Brasil.
En 2019, el ¨²ltimo curso escolar convencional antes de la pandemia, el 32% de los tiroteos en la regi¨®n metropolitana se produjeron en torno a los colegios. La grave situaci¨®n ha llevado a la Defensor¨ªa P¨²blica a presentar una acci¨®n civil p¨²blica para prohibir las operaciones policiales cerca de las guarder¨ªas y escuelas y para que los helic¨®pteros de la polic¨ªa se mantengan alejados de los edificios. La Fiscal¨ªa tambi¨¦n ha tomado medidas y ha emitido una recomendaci¨®n para que se establezca un sistema de notificaci¨®n obligatoria a las escuelas municipales cuando se produzcan tiroteos en sus proximidades.
La violencia armada de la que han sido v¨ªctimas los ni?os de R¨ªo se perpet¨²a por la incapacidad del Estado para contener la circulaci¨®n de armas de fuego, ya que el 70% de los tiroteos se han producido en ausencia de las fuerzas de seguridad que podr¨ªan protegerlos. Por otro lado, el 30% de los ni?os han muerto durante tiroteos resultantes de operaciones policiales, como fue el caso de Agatha Felix, muerta a los 8 a?os por un disparo de rifle que realiz¨® un polic¨ªa militar.
La Defensor¨ªa P¨²blica present¨® una demanda contra el Estado para indemnizar a la familia de Agatha y el Gobierno de R¨ªo de Janeiro apel¨®, argumentando que no hay pruebas de la responsabilidad del Estado y que la cantidad solicitada para la indemnizaci¨®n ¡ª5.300 salarios m¨ªnimos¡ª es excesiva y constituye ¡°una violaci¨®n frontal de los principios de constitucionalidad, razonabilidad y proporcionalidad¡±. Todo eso a pesar de que la Polic¨ªa Civil concluy¨® que el disparo que mat¨® a la ni?a sali¨® del arma del polic¨ªa, que est¨¢ encausado. Seg¨²n la investigaci¨®n, hubo un ¡°error de ejecuci¨®n¡±. Un error muy caro, pero que puede salirle barato al Estado.
Incluso para los ni?os que sobreviven a entornos violentos en los que la gente muere al azar hasta dentro de casa, el impacto de esta exposici¨®n tiene consecuencias f¨ªsicas y psicol¨®gicas. ¡°?C¨®mo podemos esperar que estos ni?os [supervivientes] obtengan buenos resultados en un examen [como el] Pisa [Programa Internacional de Evaluaci¨®n de Alumnos, que eval¨²a el nivel de conocimientos de los estudiantes], por ejemplo, o que ocupen espacios importantes en el mercado laboral si se ven perjudicados desde el principio de sus vidas, en este proceso de formaci¨®n, por el contexto en el que viven?¡±, pregunta el abogado Pedro Hartung.
Coste de hoy y ma?ana
La p¨¦rdida de estas vidas cuesta mucho a las familias, pero no solo a ellas. Nos cuesta a todos como sociedad. Hartung nos recuerda que debemos entender que todos los ni?os son ¡°nuestros ni?os¡±, y que esto determina nuestro futuro como la sociedad que queremos y podr¨ªamos ser. ¡°Tenemos que pensar en una l¨®gica de ciudad, de seguridad p¨²blica y de educaci¨®n en la que el ni?o est¨¦ en el centro¡±, dice el abogado, que el lunes 19 pidi¨®, en una audiencia p¨²blica en el Supremo Tribunal Federal, que se haga o se aplique un protocolo de actuaci¨®n policial en ¨¢reas de alta concentraci¨®n de ni?os y adolescentes, centrado en la preservaci¨®n de la vida.
En ¨²ltima instancia, el asesinato de ni?os tambi¨¦n representa el coste econ¨®mico de lo que no somos debido a la violencia. Las estimaciones del Instituto de Estudios Econ¨®micos Aplicados (Ipea) y del Foro Brasile?o de Seguridad P¨²blica mostraron que las p¨¦rdidas de Brasil por la violencia ascienden anualmente al 6% del PIB, o aproximadamente 68.500 millones de d¨®lares considerando valores de 2016, el a?o base del estudio. La cantidad era equivalente a la que invirti¨® el Estado en educaci¨®n en la ¨¦poca.
El nobel de Econom¨ªa James Heckman concluy¨® en uno de sus estudios que la inversi¨®n en la primera infancia ¡ªde cero a cinco a?os¡ª es una estrategia eficaz para el crecimiento econ¨®mico. Calcul¨® que, por cada d¨®lar gastado, el retorno financiero para la sociedad es de seis d¨®lares. Heckman lleg¨® a la conclusi¨®n de que el rendimiento de la inversi¨®n era del 7% al 10% anual. El an¨¢lisis econ¨®mico del profesor Heckman sostiene que ¡°proporcionar recursos para el desarrollo de la primera infancia genera beneficios para el ni?o y para el conjunto de la sociedad, a trav¨¦s de la mejora de la educaci¨®n, la salud y los resultados econ¨®micos¡±. En otras palabras, para cambiar el ma?ana es necesario ¡ªy posible¡ª actuar hoy. Pero el hoy no nos deja ninguna esperanza.
¡°Una sociedad que no se moviliza para prevenir las muertes de ni?os no tiene futuro¡±, afirma Daniel Lozoya, defensor p¨²blico de R¨ªo de Janeiro. Tambi¨¦n destaca que es muy raro que se llegue a identificar la autor¨ªa de un homicidio o intento de homicidio de un ni?o en el ¨¢rea metropolitana de R¨ªo, sobre todo cuando el 76% son v¨ªctimas de balas perdidas.
En 2020, el Gobierno estatal de R¨ªo fue condenado a indemnizar a 81 personas por errores, delitos o mala conducta de los agentes de polic¨ªa. El importe medio era de algo m¨¢s de 18.000 d¨®lares, lo que equivale a unos 100 salarios m¨ªnimos. A modo de comparaci¨®n, la suma de la cantidad pagada a todas estas v¨ªctimas no llega al 5% de la indemnizaci¨®n que se ha pagado a la familia de George Floyd, un hombre negro que muri¨® asfixiado por un polic¨ªa blanco en Estados Unidos el a?o pasado.
En la mayor¨ªa de las sentencias analizadas por el diario Extra, los magistrados argumentan que, dado que las familias de las v¨ªctimas son pobres ¡ªen su mayor¨ªa habitantes de barrios marginales¡ª, las elevadas indemnizaciones constituir¨ªan un ¡°enriquecimiento injusto¡±. Es decir, la Justicia acepta las defensas que presenta el Estado. ¡°Esas indemnizaciones son irrisorias. No provocan cambios en la actitud del Estado, porque econ¨®micamente se vuelve hasta interesante, es un incentivo para continuar con esta pol¨ªtica¡±, dijo Lozoya, el defensor p¨²blico, al comparar el caso de estas v¨ªctimas, que son pobres, con las indemnizaciones por muertes de otro tipo. ¡°La media de indemnizaci¨®n en casos de accidentes a¨¦reos en que las v¨ªctimas son familias de clase media normalmente es de 92.000 d¨®lares¡±.
?Las vidas de los negros importan?
De los 100 ni?os muertos por tiros en la regi¨®n metropolitana de R¨ªo, EL PA?S ha podido identificar la raza de 29 de ellos a trav¨¦s de fotos y reportajes sobre los cr¨ªmenes: 24 eran negros. La mayor¨ªa de las noticias no mencionan la raza de las v¨ªctimas, lo que tambi¨¦n sit¨²a a la prensa en el centro del debate de los especialistas. Seg¨²n el estudio del Instituto Fogo Cruzado, en los ¨²ltimos cinco a?os un tercio de las v¨ªctimas fueron tiroteadas durante operaciones policiales y seis de cada diez ni?os, en la capital.
En el barrio de Bangu, donde viv¨ªa Kaio, fue donde murieron m¨¢s ni?os por disparos durante este periodo: cinco, o uno por a?o, una perversa loter¨ªa durante la fase m¨¢s inocente de la existencia de una persona. Adem¨¢s de Bangu, el complejo de favelas Alem?o, Campo Grande, Vila Santo Ant?nio y Mar¨¦ encabezan el ranking de los barrios donde m¨¢s ni?os fueron v¨ªctimas de la violencia armada. Son barrios en los que una parte importante de la poblaci¨®n es pobre y negra.
El abogado Paulo Hartung nos recuerda que, para mucha gente, los ni?os negros no son ni?os, son ¡°menores¡±. ¡°Los ni?os que son v¨ªctimas de este tipo de violencia [balas perdidas] son ni?os muy concretos, negros y de la periferia. Por esta raz¨®n, no atraen la misma atenci¨®n que, por ejemplo, un ni?o que recibe un disparo en un barrio de clase media alta. Esto acaba por no generar tanta conmoci¨®n y tanto movimiento, porque todav¨ªa tenemos un racismo estructural en el pa¨ªs que subclasifica a estos ni?os¡±.
El polic¨ªa blanco que asesin¨® a George Floyd fue condenado el 20 de abril, menos de un a?o despu¨¦s del crimen. La familia de Floyd lleg¨® a un acuerdo para recibir una indemnizaci¨®n de 150 millones de d¨®lares el pasado mes de marzo. Seg¨²n Lozoya, las v¨ªctimas del Gobierno de R¨ªo de Janeiro tardan una media de 10 a?os en cobrar. Las vidas de los negros importan, pero no a todos.
Con informaci¨®n de Gil Alessi.
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