El aplazamiento de las elecciones siembra la frustraci¨®n entre los palestinos
Nueve de cada diez ciudadanos se hab¨ªan registrado para participar en los primeros comicios convocados en tres lustros
Recibida con escepticismo, la convocatoria de elecciones parlamentarias y presidenciales provoc¨® sonrisas burlonas entre los palestinos cuatro meses atr¨¢s. Pero el aparente compromiso entre nacionalistas de Fatah e islamistas de Ham¨¢s para poner fin al cisma que envenena desde hace tres lustros la convivencia en la sociedad palestina devolvi¨® a una gran mayor¨ªa la esperanza en las urnas.
Sin haber podido expresar su voluntad mediante el voto desde 2006, un 93% de los electores de Cisjordania, la franja de Gaza y Jerusal¨¦n Este se hab¨ªan registrado para las legislativas previstas para el pr¨®ximo d¨ªa 22. ¡°Me siento frustrado y decepcionado por el actual liderazgo palestino, avejentado e incapaz¡±, lamentaba desde Hebr¨®n el activista pro derechos humanos Issa Amro, un militante pacifista perseguido tanto por las fuerzas de seguridad israel¨ªes como por las palestinas. ¡°No debemos ofrecer ning¨²n pretexto a quienes est¨¢n en contra de las elecciones¡±, declar¨® Amro al portal Middle East Eye.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha aplazado sin fecha cierta los comicios generales al alegar el veto de Israel a que se celebren en Jerusal¨¦n Este. Abbas, de 85 a?os, lo advirti¨® en la noche del pasado jueves en un discurso televisado: ¡°No iremos a las urnas sin Jerusal¨¦n. Tan pronto como Israel acepte la votaci¨®n, la celebraremos¡±.
Posponer una decisi¨®n pol¨ªtica en Oriente Pr¨®ximo suele equivaler a cancelarla definitivamente. Las facciones disidentes de Fatah, formaci¨®n liderada por el rais palestino, temen que el voto en Jerusal¨¦n solo sea una excusa del veterano Abbas para perpetuarse en el poder. Y desde su feudo en el enclave de Gaza, Ham¨¢s ha acusado a Abbas de perpetrar un ¡°golpe¡± contra la democracia.
Israel se ha escudado en que su propio Gobierno se halla a¨²n en funciones tras las elecciones del 23 de marzo, las cuartas en dos a?os, para incumplir los Acuerdos de Oslo ¡ªde los que surgi¨® la Autoridad Palestina en 1993¡ª, que le obligan a facilitar el voto a los palestinos de la Ciudad Santa. La excusa alegada por el primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu, sin embargo, no imped¨ªa la organizaci¨®n de las votaciones en los distritos de la gobernaci¨®n de Jerusal¨¦n situados tras las barreras y muros de separaci¨®n con Cisjordania. O en consulados y sedes internacionales que se ofrecieron a acoger mesas electorales en la parte de la urbe anexionada por Israel tras la guerra de 1967.
M¨¢s que por una reedici¨®n de la aplastante victoria de Ham¨¢s en las legislativas de 2006 ¡ªel sistema proporcional ahora vigente dificulta las mayor¨ªas absolutas¡ª, el presidente de la Autoridad Palestina parec¨ªa m¨¢s preocupado por la fractura del sufragio nacionalista laico. Daba por descontado el auge del movimiento de Mohamed Dahlan, un antiguo jefe de seguridad que fue expulsado de Fatah. Desde el exilio goza del apoyo de Emiratos ?rabes Unidos.
Su legitimidad como l¨ªder nacionalista se ha visto mucho m¨¢s amenazada por la irrupci¨®n en la campa?a de una lista nacionalista impulsada por Marwan Barguti, l¨ªder de la Segunda Intifada encarcelado a perpetuidad en Israel tras ser juzgado por terrorismo y figura pol¨ªtica con gran popularidad en la calle palestina.
¡°Abbas se ampara en el mantenimiento de un falso statu quo [mediante la coordinaci¨®n de la seguridad con Israel] para seguir al mando de un fosilizado movimiento aferrado al poder pol¨ªtico y econ¨®mico en Cisjordania¡±, analiza Amira Hass, columnista y escritora experta en asuntos palestinos en el diario Haaretz. ¡°Viejas glorias reconvertidas en altos cargos, que no han sido ratificados en las urnas acaparan la c¨²pula de la Administraci¨®n y la seguridad, mientras controlan iniciativas del sector privado en beneficio de sus asociados y confidentes¡±, apostilla Hass para describir el clima de corrupci¨®n y nepotismo que aleja al liderazgo palestino de la sociedad civil.
Estallido a las puertas de la Ciudad Vieja
Tras el estallido de violencia del 22 de abril en la Ciudad Vieja, que se sald¨® con m¨¢s de un centenar de heridos, en su gran mayor¨ªa palestinos, la tensi¨®n ha ganado enteros en Tierra Santa. Durante el fin de semana se registr¨® el lanzamiento desde Gaza de cerca de medio centenar de cohetes contra territorio israel¨ª.
La respuesta de Israel fue inusualmente comedida. Y en un gesto contemporizador, despu¨¦s de haber permitido la marcha de cientos de ultraderechistas jud¨ªos hacia el barrio musulm¨¢n de la Ciudad Vieja, la polic¨ªa de Israel retir¨® las barreras que imped¨ªan las tradicionales reuniones de j¨®venes en las noches de Ramad¨¢n en la Puerta de Damasco, origen de los disturbios en Jerusal¨¦n Este durante este mes sagrado musulm¨¢n. Ondeando su bandera nacional lo hab¨ªan celebrado como una anticipada victoria electoral.
Del desencanto al retorno de los ¡®lobos solitarios¡¯
Tras la paralizaci¨®n de las negociaciones entre israel¨ªes y palestinos en 2014 y la guerra que se produjo a continuaci¨®n en Gaza, una ola de ataques palestinos sembr¨® la violencia entre 2015 y 2016 en la bautizada como Intifada de los cuchillos, en la que perdieron la vida unos 300 palestinos, en su mayor¨ªa atacantes abatidos por las fuerzas de seguridad, y 50 israel¨ªes. En medio del sentimiento de frustraci¨®n que ha rodeado el aplazamiento de las elecciones, un goteo de ataques con pu?ales o atropellos con veh¨ªculos se han sucedido en los ¨²ltimos d¨ªas.
El domingo fue el m¨¢s violento. Tres israel¨ªes resultaron heridos al ser tiroteados desde un coche que se dio a la fuga en el norte de Cisjordania. Al inusual atentado con armas de fuego le precedi¨® un intento de pu?alada en otro cruce cisjordano. Una palestina de 60 a?os result¨® muerta al ser ¡°neutralizada¡± por los soldados a quienes hab¨ªa amenazado. Las rotondas fueron hace cinco a?os el escenario de las acciones de los llamados lobos solitarios.
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