Militares franceses: una fuerza conservadora, pero fiel a los valores republicanos
La publicaci¨®n de dos tribunas en las que grupos de militares advierten de una ¡°guerra civil¡± en Francia ha suscitado dudas sobre el estado de ¨¢nimo del Ej¨¦rcito
El papel de los militares se ha situado en el centro del debate p¨²blico en Francia, que tiene uno de los Ej¨¦rcitos m¨¢s poderosos del mundo. Dos tribunas recientes firmadas por dos grupos de uniformados ¡ªunos retirados, otros de forma an¨®nima y por tanto dif¨ªcil de verificar su n¨²mero e identidad¡ª que advert¨ªan del ¡°desmoronamiento¡± del pa¨ªs y de una ¡°guerra civil latente¡± por la ¡°laxitud¡± del Gobierno ante los ¡°antirracistas¡±, los ¡°islamistas y las hordas de las periferias¡±, han levantado pol¨¦mica. La discusi¨®n se centra en torno a los l¨ªmites de las opiniones en una fuerza a la que se exige un deber de reserva y trata de esclarecer hasta qu¨¦ punto est¨¢n caldeados los ¨¢nimos entre los militares. Pero, seg¨²n los expertos consultados, estos escritos tienen una representatividad limitada y, si bien se trata tradicionalmente de una fuerza conservadora, los valores democr¨¢ticos y republicanos se imponen con claridad en el Ej¨¦rcito.
La publicaci¨®n de estas cartas abiertas en la revista Valeurs Actuelles se produce a un a?o de las elecciones presidenciales de 2022, en las que, seg¨²n las encuestas, uno de los elementos claves, sobre todo entre el voto de derecha, va a ser la cuesti¨®n de la seguridad esgrimida por todos. Y, aunque queden meses, el pa¨ªs ya se ha sumergido en una larga precampa?a. En las ¨²ltimas presidenciales, en 2017, el 41% de los militares y el 54% de los polic¨ªas encuestados por el instituto Cevipof dijeron haber votado en la primera vuelta por la l¨ªder del partido de ultraderecha Reagrupamiento Nacional (RN), Marine Le Pen, frente al 16% de la totalidad de la poblaci¨®n. En las europeas de 2019, el 52% volvi¨® a votar por el RN, seg¨²n otro estudio.
Para Emmanuelle Herv¨¦, oficial de la Marina en la reserva y experta en gesti¨®n de crisis y comunicaci¨®n, no debe sorprender ¡°que los militares sean de derechas en general, porque corresponde a los valores de base: el mundo militar no forma parte de la categor¨ªa innovadora de la poblaci¨®n, por definici¨®n son gente a favor de conservar las cosas. Pero eso no quiere decir que sean fascistas¡±, precisa. Si hay un malestar entre algunos militares, afirma, es un sentimiento de la sociedad en su conjunto, no espec¨ªfico de los uniformados, motivo por el cual, como dec¨ªa recientemente el soci¨®logo J¨¦r?me Fourquet, los temas que evocan las tribunas ¡ªzonas del pa¨ªs donde no se aplican las leyes, barrios problem¨¢ticos donde ni la polic¨ªa entra¡ª han tenido un amplio eco en un pa¨ªs a¨²n marcado por las protestas de los chalecos amarillos y recientemente sacudido por nuevos atentados y la muerte de varios polic¨ªas, en medio de constantes discursos pol¨ªticos sobre seguridad.
En cualquier caso, subraya Herv¨¦ por tel¨¦fono, las tribunas ¡°no son representativas¡± de las Fuerzas Armadas. ¡°Ese repudio, esa falta de lealtad al Gobierno no es un comportamiento representativo del mundo militar franc¨¦s. Los militares est¨¢n muy apegados a la Rep¨²blica y jam¨¢s van a tener un problema de lealtad as¨ª. Son republicanos y sus valores ¡ªhonor y servir a la Rep¨²blica, a las leyes de la Rep¨²blica¡ª son lo m¨¢s importante, y eso es todo lo contrario a lo que tratan de decir [las tribunas] sobre un golpe de Estado¡±, insiste.
Los signatarios originales superan los 70 a?os y llevan retirados hasta varias d¨¦cadas, ¡°es gente que no conoce las Fuerzas Armadas de hoy en d¨ªa¡±, coincide el general retirado J¨¦r?me Pellistrandi, para quien los militares actuales, que tienen una media de 28 a?os, ¡°son muy fieles al Gobierno, a la Constituci¨®n¡±. El tambi¨¦n redactor jefe de la revista Defensa Nacional lamenta una ¡°instrumentalizaci¨®n¡± de las Fuerzas Armadas que ¡°fragiliza¡± una instituci¨®n muy bien valorada por la sociedad. ¡°Hemos visto el uso de la tribuna por los pol¨ªticos, desde la extrema derecha de Marine Le Pen a la izquierda con [el l¨ªder de Francia Insumisa, Jean-Luc] M¨¦lenchon. Eso no es bueno, porque las Fuerzas Armadas deben mantener una neutralidad muy estricta, va en contra del esp¨ªritu de nuestro Ej¨¦rcito¡±, subraya.
Con todo, la tentaci¨®n de violar el principio de neutralidad por el que las Fuerzas Armadas francesas son conocidas como la grande muette (la gran muda o callada) y atravesar la barrera entre lo militar y lo pol¨ªtico, es algo que han vivido tanto Francia como Espa?a en el pasado, lejano y reciente, reconoce Pellistrandi, que como antiguo alumno de la Escuela de Guerra de Madrid conoce muy bien las instituciones militares a ambos lados de los Pirineos.
Desde Napole¨®n al mariscal P¨¦tain o el general Charles de Gaulle, los ejemplos abundan. La primera tribuna militar fue publicada en el 60? aniversario del fracasado putsch [golpe de Estado] de Argel de varios generales contra el entonces presidente De Gaulle. Otro episodio menos recordado es la tribuna que firmaron 45 oficiales apoyando p¨²blicamente a Jacques Chirac contra el socialista Fran?ois Mitterrand en las presidenciales de 1988. La diferencia, insisten tanto Pellistrandi como Herv¨¦, es que su motivo era el recorte presupuestario en defensa, no cuestiones de pol¨ªtica interna donde unas fuerzas militares que por definici¨®n ¡ªsalvo los gendarmes¡ª no operan en territorio nacional, no tienen legitimidad para comentar, subrayan.
¡°El riesgo no es esa especie de fantasma abracadabrante de un putsch¡± de las tribunas, resum¨ªa en una reciente columna en Lib¨¦ration el tambi¨¦n general retirado Didier Castres, antiguo jefe del Estado Mayor adjunto. El riesgo, advert¨ªa, es ¡°un debilitamiento moral de los Ej¨¦rcitos, su divisi¨®n y, por ello, una erosi¨®n de su capacidad operacional. La Rep¨²blica una e indivisible necesita de un Ej¨¦rcito uno e indivisible¡±.
El general que no habla
En toda la crisis provocada por las tribunas militares, una voz ha permanecido llamativamente silenciosa estas semanas: la del general Pierre de Villiers, protagonista del primer choque entre el presidente Emmanuel Macron y las Fuerzas Armadas al que algunos atribuyen el origen de la crisis actual. En julio de 2017, De Villiers se convirti¨® en el primer jefe del Estado Mayor de la V Rep¨²blica que presentaba su dimisi¨®n, a ra¨ªz de lo que consider¨® una humillaci¨®n p¨²blica: ¡°Yo soy vuestro jefe¡±, dijo Macron unos d¨ªas antes en un discurso ante oficiales, despu¨¦s de que De Villiers hubiera criticado p¨²blicamente el recorte en Defensa del presupuesto de ese a?o. Desde entonces, De Villiers se ha convertido en una referencia de la derecha m¨¢s conservadora y, tambi¨¦n en su momento, de los 'chalecos amarillos'. Aunque niega ambiciones pol¨ªticas, hay quienes quieren verlo en el El¨ªseo. ¡°Claro que no va a decir nada ahora. Tiene que mantenerse limpio, presidenciable¡±, ironiza la consultora y oficial en reserva Emmanuelle Herv¨¦.
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