La guerra de las sanciones queda declarada
Nacen nuevas alianzas internacionales, como la liderada por la UE y EE UU, para la imposici¨®n de castigos a pa¨ªses terceros, mientras China se blinda con una ley que garantiza las represalias
Unos meses antes de que la pandemia confinase al mundo, numerosos mensajes de ciudadanos iran¨ªes llegaron a la redacci¨®n de EL PA?S expresando su frustraci¨®n ante la imposibilidad de abrir o desbloquear una cuenta bancaria en entidades financieras espa?olas. Trabajadores, estudiantes, investigadores... decenas de iran¨ªes que se hab¨ªan trasladado a Espa?a de forma legal denunciaban la imposibilidad de hacer frente a sus recibos o incluso manejar sus ingresos. Esto obligaba a muchos a viajar desde su pa¨ªs a ciudades como Madrid y Barcelona con grandes cantidades de dinero en met¨¢lico. Algunos lo sab¨ªan, otros quiz¨¢ no, pero eran el ¨²ltimo eslab¨®n y lo siguen siendo del gran castigo impuesto por Estados Unidos a Ir¨¢n a causa de su programa nuclear; eran objeto de las temidas sanciones perseguidas por la OFAC, siglas en ingl¨¦s de la Oficina de Control de Activos Extranjeros, dependiente del Departamento del Tesoro estadounidense.
En septiembre, el informe del centro de an¨¢lisis CIDOB Sanciones internacionales: sus ¡®otros¡¯ efectos dec¨ªa que ¡°las sanciones internacionales han venido adquiriendo una creciente importancia como instrumento pol¨ªtico¡± desde la Guerra Fr¨ªa. As¨ª ha sido hasta convertirse en los ¨²ltimos a?os en munici¨®n fundamental y casi ¨²nica en crisis entre pa¨ªses o bloques. Y Bielorrusia es un buen ejemplo. El pasado 24 de junio, la Uni¨®n Europea aprob¨® nuevas sanciones contra el r¨¦gimen de Alexandr Lukashenko, destinadas esta vez a asfixiar su econom¨ªa. De un modo algo inusual, el Alto Representante de Pol¨ªtica Exterior de la UE, Josep Borrell, admit¨ªa lo siguiente acerca de las consecuencias de estas medidas: ¡°Lo sentimos, va a afectar a la econom¨ªa y a la poblaci¨®n¡±. Las sanciones est¨¢n dirigidas a sectores estrat¨¦gicos de las exportaciones bielorrusas como los derivados del petr¨®leo, del tabaco y los fertilizantes de potasio, con lo que, en efecto, afectar¨¢n indirectamente a los ciudadanos bielorrusos.
La UE y EE UU son, junto a la ONU, los principales sancionadores en el actual orden mundial. De nuevo en la OFAC, sirva de ejemplo, echando un vistazo a su listado de sanciones se encuentran solo este a?o actualizaciones de medidas de castigo contra Ir¨¢n, Venezuela, Corea del Norte, Congo, Nicaragua, Yemen, Rusia... Pero quiz¨¢ el cambio, como apunta Clara Portela, profesora de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Valencia y una de las autoras del reporte de CIDOB, se est¨¢ produciendo en el seno de la Uni¨®n Europea. Bielorrusia de nuevo es una buena muestra. Tras a?os en los que se apost¨® por sanciones dirigidas a individuos vinculados al r¨¦gimen a trav¨¦s de la elaboraci¨®n de una lista negra, ahora se ha pasado a una ¡°acci¨®n mucho m¨¢s contundente¡±. El motivo: el secuestro y desv¨ªo a Minsk el pasado 23 de mayo del vuelo de la aerol¨ªnea Ryanair en el que viajaban el reportero disidente bielorruso Roman Protasevich y su compa?era, la ciudadana rusa Sofia Sapega, que fueron detenidos.
¡°Lo de Ryanair¡±, contin¨²a Portela en una conversaci¨®n telef¨®nica, ¡°pasa a ser una cuesti¨®n de seguridad para la Uni¨®n Europea. Es decir, mientras reprimas a los tuyos, puedes esperar una lista negra, pero si tocas un transporte civil con ciudadanos comunitarios, la respuesta es m¨¢s contundente¡±. Como lo fue contra Rusia y su servicio de inteligencia en enero de 2019 tras envenenamiento del exesp¨ªa ruso Sergei Skripal en el Reino Unido. Se hab¨ªa llevado a cabo un ataque en territorio a¨²n por entonces comunitario. De nuevo, la seguridad en riesgo.
Hay otra novedad que se consolida en las sanciones contra el r¨¦gimen de Lukashenko. Bruselas ha impuesto sus castigos en coordinaci¨®n con Reino Unido, Canad¨¢ y Estados Unidos. Y no es la primera vez. El 22 de marzo, este mismo cuarteto anunci¨® medidas contra dirigentes y entidades chinas vinculadas a la represi¨®n de la minor¨ªa uigur en la regi¨®n aut¨®noma de Xinjiang. Pek¨ªn contest¨® sancionando a su vez a una decena de pol¨ªticos y cuatro organizaciones europeas. Pero no se ha quedado ah¨ª. El pasado 11 de junio, China aprob¨® una ley general contra las sanciones extranjeras. A grandes rasgos, los individuos o empresas que cumplan con las medidas adoptadas por Washington y Bruselas podr¨ªan convertirse ahora en objeto de castigo, esta vez de Pek¨ªn.
Portela incluir¨ªa en esta nueva alianza internacional a pa¨ªses como Australia, Nueva Zelanda y Jap¨®n. ¡°En lo que se refiere a sanciones financieras [en el caso de Xinjiang se inclu¨ªa la congelaci¨®n de activos], cuando una persona queda excluida de los mercados de estos pa¨ªses, queda aislada¡±, explica la profesora de la Universidad de Valencia. As¨ª se sienten muchos de los ciudadanos iran¨ªes que salen de su pa¨ªs. Las entidades financieras que como en Espa?a tienen cierta exposici¨®n en el mercado estadounidense evitan asumir el riesgo de tener clientes de nacionalidad iran¨ª ante el posible castigo que le puede infligir la OFAC desde Washington.
La coalici¨®n no declarada de pa¨ªses sancionadores, dirigida por Bruselas, Washington y Londres, tiene raz¨®n de ser desde que Rusia, objeto de una pila de sanciones internacionales en 2014 por el conflicto de Ucrania y la anexi¨®n de Crimea, redujera al m¨ªnimo su apoyo a cualquier medida de castigo planteada en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde tiene capacidad de veto. ¡°Solo en casos de extrema gravedad¡±, se?ala Portela, ¡°Rusia ha consentido y se ha abstenido en la votaci¨®n¡±.
Las sanciones son el nuevo rey del tablero internacional. Hacia delante y hacia atr¨¢s. Tras a?os de castigos, dos de los pa¨ªses m¨¢s se?alados por aquellos erigidos en autoridad -origen de las sanciones-, Venezuela e Ir¨¢n, est¨¢n cerca, aparentemente, de ser perdonados. El pasado 25 de junio, Borrell y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, firmaron una carta en la que abr¨ªan una puerta a levantar el r¨¦gimen sancionador contra el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro. ¡°Estamos dispuestos a revisar la pol¨ªtica de sanciones sobre la base de un progreso significativo en una negociaci¨®n amplia¡±, dec¨ªa el escrito. En ese di¨¢logo, lento, celebrado en Viena, se encuentra tambi¨¦n Ir¨¢n para que EE UU vuelva al pacto de 2015 sobre su programa nuclear -limita el enriquecimiento de uranio a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales-, que rompi¨® Donald Trump tres a?os despu¨¦s.
?Aprendieron la lecci¨®n? ¡°Las sanciones¡±, contin¨²a Portela, ¡°no se imponen con la expectativa de que el dirigente de turno cambie su pol¨ªtica, haga elecciones o llame a la puerta en son de paz. Los destinatarios no son los sancionados, sino todos los dem¨¢s. Cualquier Estado que quiera poner en marcha un programa nuclear solo tiene que mirar hacia Ir¨¢n o Corea del Norte¡±.
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