EE UU se anota una victoria en su intento de extraditar a Julian Assange
La justicia brit¨¢nica cuestiona el informe que amparaba el riesgo de suicidio si es entregado
La batalla por la extradici¨®n de Julian Assange a Estados Unidos contin¨²a, despu¨¦s de que un tribunal brit¨¢nico considerase este mi¨¦rcoles que su salud mental no es tan d¨¦bil como para no poder afrontar un proceso judicial al otro lado del Atl¨¢ntico. El Alto Tribunal facilita as¨ª un significativo bal¨®n de ox¨ªgeno a la determinaci¨®n estadounidense de sentar al fundador de Wikileaks en el banquillo de los acusados por cargos de espionaje y pirater¨ªa inform¨¢tica, ya que desaf¨ªa abiertamente el dictamen que, el pasado junio, hab¨ªa rechazado la demanda de Washington por el riesgo de suicidio, si fuese entregado a las autoridades norteamericanas.
Como consecuencia, la victoria que Assange se anotaba hace dos meses ha quedado hoy neutralizada en una vista que deber¨ªa ser suficiente para inquietar al fundador de Wikileaks, puesto que la misma jueza que en junio bloqueaba su extradici¨®n hab¨ªa amparado, paralelamente, la opini¨®n de Estados Unidos de que sus actividades iban m¨¢s all¨¢ del mero ejercicio del periodismo. Esta coincidencia de pareceres constitu¨ªa ya por entonces un arma letal para Assange, ya que cuestionaba el argumento fundamental de sus abogados, que insisten en que est¨¢ siendo castigado por su labor como periodista.
La disputa se remonta a noviembre de 2010, con la publicaci¨®n de los controvertidos cables remitidos al Departamento de Estado norteamericano, considerada de aquella la mayor filtraci¨®n de documentos confidenciales jam¨¢s perpetrada. Estados Unidos acusa a Assange, entre otros cargos, de haber ayudado a la analista de defensa Chelsea Manning a incumplir la Ley de Espionaje y de publicar informaci¨®n clasificada que puso en riesgo la vida de los informadores. El acusado, por su parte, mantiene que los cargos tienen una motivaci¨®n pol¨ªtica, puesto que el material revel¨® el alcance de los abusos de los derechos humanos por parte de la Administraci¨®n norteamericana.
Hasta ahora, la esperanza m¨¢s realista para Assange se basaba en el cr¨¦dito que la jueza Vanessa Baraitser hab¨ªa dado al informe psiqui¨¢trico que alertaba de las nefastas consecuencias de enviarlo a Estados Unidos para un juicio que, seg¨²n su defensa, no ser¨ªa justo. De hecho, la opini¨®n de la magistrada de que la ¨²nica barrera que deber¨ªa impedir la entrega de Assange era su salud, y no qu¨¦ lo esperar¨ªa en un proceso ante la justicia estadounidense, hab¨ªa generado ya una notable controversia y, para frustraci¨®n de su equipo legal, esta jornada ha quedado en entredicho.
En opini¨®n del juez Timothy Holroyde, se hab¨ªa otorgado demasiada importancia al dictamen psiqui¨¢trico, por lo que la clave de la disputa se centra ahora en el dossier presentado por el profesor Michael Kopelman, que manten¨ªa que Assange se quitar¨ªa la vida si su extradici¨®n fuese aceptada. El problema principal que los jueces ven ahora es que el informe pasa por alto el hecho de que el acusado hab¨ªa tenido dos hijos con su prometida durante los siete a?os de auto-exilio forzoso que hab¨ªa pasado en la Embajada de Ecuador en Londres. Su aislamiento lleg¨® a un abrupto final en abril de 2019, cuando fue desalojado contra su voluntad, despu¨¦s de que el por entonces presidente del pa¨ªs sudamericano, Len¨ªn Moreno, anulase la cobertura ofrecida por su antecesor, Rafael Correa, al fundador de Wikileaks.
Su paternidad hab¨ªa sido precisamente el factor de m¨¢s peso empleado por Assange para solicitar su puesta en libertad bajo fianza, un argumento repetidamente empleado por su pareja, Stella Moris, quien se ha dirigido directamente a la Casa Blanca para rogar que se permita a sus dos hijos, de cuatro y dos a?os, ¡°tener a su padre¡±. Sus peticiones fueron desestimadas y el fundador de Wikileaks contin¨²a en la prisi¨®n londinense de Belmarsh, debido, en parte, al riesgo de fuga detectado por los jueces brit¨¢nicos.
En ¨²ltima instancia, el debate se dirimir¨¢ en base a qui¨¦n es capaz de convencer de la autenticidad de las conclusiones de Kopelman. Para la acusaci¨®n, no hay duda de que el experto hab¨ªa confundido a la jueza Baraitser, hasta el punto de sobredimensionar su dictamen; mientras que la defensa de Assange considera que si alguien est¨¢ en posici¨®n de evaluar los hechos, esa es precisamente la jueza que hab¨ªa escuchado todas las evidencias relacionadas con el caso.
Esta jornada, la balanza se ha decantado a favor de la visi¨®n norteamericana, ya que el magistrado consider¨® que era, ¡°como m¨ªnimo, justificable¡± que Baraitser hab¨ªa dado demasiado trascendencia a la opini¨®n del experto forense; y la acusaci¨®n no perdi¨® la oportunidad de reiterar que la salud mental de Assange no alcanza el m¨ªnimo requerido por la ley para impedir la extradici¨®n.
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